Prólogo.🃏

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Cuando alguien piensa en la perfección siempre imagina cosas hermosas, bellísimas, depende de lo que seas; si eres un hombre probablemente imagines a una mujer muy bella, si eres una chica, en un hombre muy rico de clase alta, y los animales para ellos es perfecto una salchicha, pero que sucede ¿cuando no lo eres?, simplemente eres burlado, odiado hasta llegar a ser olvidado.

La vida no es sencilla y más cuando eres un ser imperfecto e incompleto. Eso lo sabía a la perfección Connie. Cuando vives en el siglo XVIII es agotador vivir como cirquense, siempre das alegría a las personas que te ven, incluso no te miran como un humano.

-¡¡¡A sus lugares!!! ¡¡La función va a empezar!! -Gritaba a toda voz el presentador para que todos tomara posición en cuanto llegara el acto.

-¿Jefe? -Connie le pregunta temerosa a un hombre robusto de pieles morenas intensas y semblante serio, quien portaba un traje tan elegante de clase real.

-¿Qué pasa Connie? Deberías estar en tu puesto. -contestó indiferente.

-Si lo sé, pero ya no hay pelotas rojas...

-¡Pues usa lo que sea! ¡Tomates, rábanos, incluso cebollas! ¡No te pago para holgazanear! -«tacaño... » pensó para sus adentros la joven, ¿qué podía hacer? Nada, no tenía el derecho de objetar o contestarle.

Diciendo eso para desaparecer bajo la gran tela roja donde mucha gente esperaba con palomitas y dulces de caramelo, resignada, Connie toma el bastón que la ayuda a caminar dirigiéndose a lo que es la bóveda donde guardan los alimentos. Podría llegar corriendo si tuviera sus dos piernas, pero no, eso pasa cuando te revelas ante los superiores.

Tomó cuatro tomates con un intenso color carmesí que no parecían ser vegetal. "Caminó" a lo que era un gran espejo y pinto su rostro de blanco, delineó sus ojos, pintos una linea en las aberturas de sus labios dando el efecto de una sonrisa roja, se puso el traje colorido que tapaba su cuello donde terminaba en las caderas un tutu color verde, donde se suponía que debería estar su pierna izquierda había un tipo velo color morado, donde disimulaba su nudillez, llegaba hasta arriba de lo que suponía debería ser la rodilla, en la otra pierna se puso una media de colores llamativos y para finalizar una coleta. Su trabajo era hacer malabares con actos tontos con ayuda de sus otros compañeros para causar gracia.

-¡A continuación los sensacionales payasos del circo SMILE! -El presentador dio la señal con un par de chasquidos para que los payasos entrarán en escena.

Connie siempre daba su mayor esfuerzo para no caerse mientras hacía malabares con los tomates. Miraba al publico como observaba a todos sus compañeros dando un gran esfuerzo para hacerlos reír. Unos de los payasos notando lo distraída que se encontraba la morena, pasó con su triciclo a su lado haciéndola caer donde todos los tomates quedaron destrozados encima de ella.

-No te distraigas tonta. -Decía sarcástico el payaso mientras se oían las risas del público.

Levantó su rostro observando al publico como la gente se burlaba de la desgracia de otros, pero entonces lo vio...
Un chico de cabellos alborotados de color oscuro miraba serio al escenario, no sonreía, en realidad lo que su cara demostraba era una mueca de desaprobación. Se suponía que debería estar muriéndose de risa.

Pero no fue así.

Fin del prólogo.
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Subido el 18 de febrero de 2017.
Editado el 4 de agosto de 2017.

stevenuniverse20yy ←←Te agradezco que me motivarás para editar la historia.
Al rato.

I'M ALONE: La Pequeña Payasa #FanficAwards2017[Steven Universe] StevonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora