Capítulo 6
Anna
Salgo de la sala de profesores como un rayo. No pude decir o hacer nada, sólo me había quedado ahí petrificada dejando que me humille. ¿Qué me había pensado?, que el haya sido amable una vez porque me vio desdichada no significaba nada. El no quiere tenerme cerca, sólo había actuado lo más amablemente que pudo como lo habría hecho cualquier otra persona. Sólo eso, y ahora que ya pasó no significa que me quiere como amiga. Ni como amiga ni como nada. Eso lo había dejado bastante claro.
Ahora me encuentro caminando en cualquier dirección luchando con las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos. No es sólo el hecho de que él se comportó como un idiota conmigo, sino que me siento humillida e indefensa. Es por eso que me alejo de los chicos de la escuela, no quiero jamás ser juguete de ninguno. Un juguete que pueden manipular a su gusto. Yo no soy así, tengo orgullo. Un orgullo que Lucas acaba de destrozar con 5 o 6 palabras que salieron de su boca. Ni siquiera pude fingir que no me importaba lo que decía, me llevé tal sorpresa que actué como haría cualquier otra chica a la que un chico lástima. Quedé como una tonta, y sólo pensarlo me dan más ganas de llorar.
Salgo de mi ensimismamiento cuando veo en mi reloj que estoy llegando tarde para buscar a Layla, dios me había quedado dando vueltas por el colegio mucho tiempo. Corro hacia la puerta de primaria, veo que ya no hay casi nada de gente. Logro verla. Está del lado de adentro del colegio y una maestra la está abrazando, no es la suya. Asumo que es la encargada de la puerta el día de hoy. Me acerco a ella y veo que había estado llorando. Sólo me puedo sentir horrible, punto. Layla siempre tiene miedo que la deje olvidada en el colegio, mamá lo había hecho un par de veces y esa es la razón por la que yo empecé a ir a buscarla.
Me arrodillo en el suelo e hice que me mirara a los ojos - Es la última vez que voy a llegar tarde, te lo prometo. No hay nada en el mundo que pueda hacer que me olvide de vos, ¿Entendés?. Hoy sólo me retrasé un poquito más de la cuenta, sólo eso. No va a volver a pasar-digo tratando de convencerla. Sus ojos azules seguían mirándome.
Ella sólo asiente y me da un abrazo. Caminamos juntas a casa de la mano, Layla se para a arrancar flores de los arboles de tanto en tanto. Yo, en cambio, no logro entender como éste día se había convertido en un desastre en tan poco tiempo. Más doy vueltas al asunto, peor me siento. Tal vez es mejor que olvide todo desde el principio y hacer como que Lucas nunca existió.
Cuando llegamos a casa, mando a Layla a ordenar un poco su cuarto. Está toda la ropa tirada y la cama desecha. Chequeo que mamá esté en su habitación, la encuentro mirando el canal de las compras con una copa de whisky al lado. Parecía normal, para ser el mundo de ella. Lavo los platos sucios que había quedado del desayuno y le llevo a Layla un vaso de leche con tostadas por si tiene hambre. Lib me llama para ver si quería trabajar en el turno de la noche, acepto de inmediato. Necesito la plata para ir al supermercado, sino no iba a tener mucho que cocinar ésta semana.
Layla se va a tener que quedar sola con mamá por un rato, no me gusta para nada la idea pero no veo muchas soluciones. Ya abusamos lo suficiente de sus amigas del colegio y demás vecinos con los que se queda lo sábados. Tampoco quiero que sepan más de nosotras de lo necesario.
Hiervo unas verduras que habían quedado en la heladera y hago un poco de fideos, dejo todo listo tapado en la cocina para cuando Layla quiera comer ésta noche. Voy a su habitación y le explico que me tengo que ir y que su deber es cuidar la casa, asegurarse que mamá estuviera bien cada ratito, ir a darse un baño antes de comer y calentarse la comida en el microondas. Le doy un beso y un abrazo y salgo de la casa.
ESTÁS LEYENDO
Una y otra vez
Teen FictionEstoy marcando el camino para que las bestias nos despedacen, y aún asi no me importa. Correría a ella de nuevo una y otra vez. Al parecer, se está volviendo un imán del cual yo no puedo escapar y sé, sin ninguna duda, que ambos vamos a pagar por é...