Capítulo 12. Despertar

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Capítulo 12 Despertar  

Anna. 

Me siento como una muñeca de trapo, estoy completamente a su voluntad. Al parecer no soy inmune a los encantos de éste chico. Lucas me toma por la cintura violentamente y pega sus labios a los míos. Entro en pánico. ¿Qué se supone que debo hacer?. Estoy en el gimnasio, completamente empapada y en los brazos de alguien a quien no entiendo pero que me tiene absolutamente fascinada. No quiero pensar, sólo quiero vivir el momento, quiero permitirme esto. 

Sus labios húmedos tocan los míos, siento sus brazos alrededor de mi cintura sosteniéndome. El beso empieza lento, Lucas parece estar reconociéndome por primera vez. Su respiración cálida acaricia mi rostro mientras comienza a besarme la comisura de mis labios, tomándose su tiempo para tomarlos enteros. Escucho débiles gemidos salir de su boca, ¿estaba tan entusiasmado como yo?. Sus manos acarician mi espalda hasta donde empiezan mis jeans, aprovecho para abrazarlo también. Lo quiero cerca de mí, lo quiero tan cerca que duele. Siento que el desea lo mismo, me aprieta contra su pecho con una fuerza desconocida para mí. El beso se vuelve más hambriento, más violento, más voraz. Se vuelve una necesidad. Su lengua prueba mis labios y un frio escalofrío me recorre. Podría ser el hecho de que estoy empapada, podría ser otra cosa. Saboreo su aliento con gusto a menta, su sabor en mi boca, sus labios mojados. Estamos hirviendo a pesar de que sé que eso no es posible, todo lo relacionado a él es calor para mi. 

Cuando ambos rompemos el beso para poder respirar, sólo nos quedamos ahí parados como estatuas mirándonos. Lucas me dedica una tímida media sonrisa, ¿ahora le daba vergüenza?. No puedo evitar sonreír, prácticamente me había comido la boca. Había mucho más detrás de la máscara, y estoy completamente loca por descubrir el resto. 

- Emmmmm, bueno emmm wow ¿Hace calor no?-dice y estalla a reír. 

-Tendrías que haber seguido, ahora que paso el momento me voy a congelar-digo con demasiado sinceridad. ¿Realmente le acabo de decir eso?, alguien debería cortarme la lengua ahora mismo. 

Automáticamente me vuelve a abrazar, sus brazos fuertes me rodean completamente. Debe de ser una de las mejores sensaciones del mundo, estar sostenida por alguien. Alguien como Lucas. Oculto mi rostro en su pecho para no pensar en lo que esto puede significar para mi, para la coraza que siempre llevo puesta, para el poco orgullo que me queda. Si me entrego sin reservas a una persona, puede ser lo más hermoso que me pueda pasar o la peor experiencia de mi vida. 

En éste instante, en éste lugar y rodeada de sus brazos, sintiendo los latidos irregulares de su corazón, puedo percibir el despertar de algo nuevo. Una necesidad de tenerlo que no estaba ahí antes, me consume, me lleva por delante. Y lo único que me importa… 

…es que no se termine jamás. 

Estoy corriendo por toda la casa ahora. Lucas me había concedido unos minutos para cambiarme mientras él iba a buscar el auto. Estuve más de cinco parada en frente de mi ropero. Nunca había sido muy coqueta que digamos, no me interesaba mucho mi apariencia ni como los demás me percibían. Hasta ahora, claro está. Lo único bueno es que no tenía mucho para elegir, la mayoría eran jeans gastados y alguna que otra blusa que logré comprarme con las propinas que hice con mi trabajo. Me decidí por un vestido blanco largo bastante veraniego que me había regalado Lib para alguno de mis cumpleaños. Jamás lo había usado, era demasiado lindo. Me sentía rarísima llevándolo puesto. Evité mirarme al espejo, me ponía nerviosa.  Sabía que iba a morirme de frio si se hacia tarde con esa tela tan fina así que me puse a buscar mi saco de hilo largo por toda la casa. 

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora