Capítulo 4 La idea del vos y yo

1.5K 17 4
                                    

Capítulo 4.  La idea del vos y yo

Lucas

 

Entro a la casa y no miro atrás. No voy a hacerme ésto esta noche, no voy a recriminarme lo que hice, lo que nos hice. Pensaría en eso mañana, hoy dormiria sin demonios atormentándome.

Voy directamente al baño a darme una ducha, y aunque me prometo a mi mismo no sobrepensar lo sucedido, no puedo evitar el recordarme que mal había obrado ésta noche. Me había propuesto no meterme en la vida de Anna, no interactuar con ella y, sim embargo, un pequeño incidente y corro en su busca sin pensarlo. Yo estoy marcando el camino para  que las bestias nos despedacen, y aún asi no me importa. Correría a ella de nuevo una y otra vez. Al parecer, se está volviendo un imán del cual yo no puedo escapar y sé, sin ninguna duda, que ambos vamos a pagar por ésto.

Me acuesto sin cenar porque el dolor de estómago no me va a dejar estar parado por mucho más tiempo. Realmente no me importa si papá o Estaban me esperan o no para comer, no tengo ganas de dar explicaciones a nadie. Cierro los ojos rogando tener una respuesta a lo que tengo a hacer por la mañana, cierro los ojos y sólo puedo esperar sumergirme en la oscuridad del mundo de los sueños.

 Escucho que alguien golpea mi puerta en lo que me parece que fueron minutos después, contesto que pase, prácticamente con un grunido.

-Son casi las siete- me anuncia papá. -¿Te vas a vestir?, vas a llegar tarde-sentencia.

Wow ¿ya había pasado la noche?, siento que no dormí nada. -Si, si claro. Ya me visto-digo entre ojos cerrados, todavía semidormido.

-Si querés que te lleve vas a tener que apurarte, tu hermano se llevo el otro auto-me informa, todavía parado cerca de la puerta y dando una seria inspección a mi cuarto con ojos curiosos.

-No te preocupes por mi, voy caminando-digo esperando con eso terminar la conversación.

-No bajaste a cenar anoche. Escuché que llegaste y viniste a tu habitación- me dice mientras yo lucho por ponerme la camiseta del lado correcto.

 

-Me dolía el estómago así que no bajé -¿ Otra vez haciendo de detective?, no es la mejor manera de empezar mi mañana.

 

-Me lo podrías haber dicho, te podía haber dado algo para eso-continua.

 

-No importa, ya se me pasó-digo con indiferencia. Me pongo los jeans que había usado ayer sin ni siquiera mirarlo. Sé que está aún en la puerta y por eso me empeño más aún en ignorarlo.

No sé si es mi indiferencia lo que lo enoja o simplemente no está teniendo un buen día, pero de repente me toma del brazo con toda su fuerza y me hace mirarlo a los ojos. 

-Si te está pasando algo, no quiero ser el último en saberlo-. Casi me puedo ver en sus ojos verdes cuando dice eso, a veces me olvido lo parecidos que somos. No está de buen humor, definitivamente. Nos quedamos mirando un instante, por un momento mi seguridad flaquea y pienso en soltar todo lo que me está molestando. Quiero decirle todo lo que sé que había hecho, quiero gritarle que lo odio. 

Pero no tengo el coraje de hacerlo. Ahí, en frente de él, tengo la oportunidad de pedirle la verdad. Y aún así no lo hago. No puedo enfrentarlo todavía, me importa demasiado. Yo sólo no puedo tirar a la basura lo poco que queda de nosotros.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora