Capítulo 14 Parte Uno. Caer
Lucas
Hace veinte minutos que estacioné el auto en el garage de casa, y por alguna extraña razón todavía sigo acá. Había dejado a Anna en su casa hace un buen rato ya. Nunca me imagine lo difícil que podía ser estar lejos de alguien a quien querés, aunque sea por un periodo corto de tiempo, a una corta distancia.
Nos dimos un beso antes de despedirnos. Ella amagó con besarme en la mejilla, pero no se lo permití. Posé mis labios en los suyos antes de que cualquiera de los dos tuviera tiempo de decir nada. Traté de que nuestro último momento de intimidad del día fuera dulce, suave, pero la necesidad y la urgencia del momento lo volvió crudo y un tanto salvaje. Para cuando pude separarme de ella, ambos estábamos agitados y sin aire. Se sintió lo más importante del mundo. Lo único importante.
La dejé ir esperando que todo siga igual mañana, poder encontrarla tan fresca y dulce como hoy. Poder pelearnos por cualquier pequeño detalle y hablar de absolutamente nada importante.
Sigo sentado en mi auto desde ese momento con la misma esperanza aunque percibo como ésta se va desvaneciendo en el aire. Mi resolución flaquea cuando estoy solo con mis pensamientos, irme a dormir todas las noches es una completa tortura. La cabeza me da vueltas con las mil y una formas en que ella me va a odiar por esto, en como el futuro recae en mis manos. Estoy tejiendo una telaraña alrededor nuestro, y sé que nos voy a dejar atrapados de alguna forma u otra. ¿Cómo vivir sin que te importen las consecuencias?, yo quisiera ser como esas personas que viven el hoy. Que no le importan lo que va a venir mañana, después de todo si algo es lo suficientemente bueno ¿ No vale la pena arriesgarlo todo?. Esteban me va a odiar, papá va a empezar que lo hago a propósito, y la memoria de mi mamá...
Salgo del auto, sé esta volviendo demasiado pequeño para contener todos mis conflictos internos. Lo único bueno es que papá no está en casa, lo que me tranquiliza. No tendría que enfrentar su interrogatorio, no hoy al menos. Siento que todo me asusta últimamente. Soy un cobarde, sé que lo soy.
Entro por la puerta que lleva directo al living, veo que todas las luces están apagadas menos las de la cocina. Considero seguir de largo a mi habitación, pero creo que puede ser Ariana y tengo mensajes para darle de diferentes llamadas telefónicas. No es ella quien está ahí. Esteban está en su lugar. Se encuentra apoyado sobre la encimera, jugando con las llaves de la puerta. Me parece raro verlo ahí sin hacer nada.
-Pensé que ibas a salir- le digo mirándolo desde la entrada de la cocina.
-Más tarde, quería venir a casa a bañarme primero- contesta. Eso no le había permitido tomarse unos cuentos tragos, pienso. Tiene un olor a alcohol que se siente desde un kilómetro al menos. Me pregunto que le diría papá si estuviera acá. -Veo que vos si saliste- me insinúa.
-Si, algo así.- digo sin darle importancia- Dios debería de buscarse un café o algo. -Veo que estuviste tomando , por ahí es mejor que te vayas a acostar en vez de salir otra vez -sugiero.
-¿Quién sos vos para decirme que me vaya a acostar?- contesta con la peor cara de desprecio que le vi en mi vida. Me quedo mirándolo sin saber que decir. No es la primera vez que lo veo un poco tomado, pero nunca busca pelea conmigo. Para eso está papá.
-No soy nadie, sólo decía. Si papá te ve así, no va a haber paz ésta noche. No tengo ganas de escuchar pelear a nadie hoy-continuo.
-No puedo creer que tengas la cara de venir a decirme que soy yo el que engendra el conflicto en casa. Que hipócrita que sos- dice viniéndose encima mío. Lo tengo tan cerca que puedo sentir su asqueroso aliento. No puedo creer las palabras que salen de su boca, ¿me está hablando a mi?. No lo creo tan borracho como para no reconocerme.
-Yo no estoy diciendo eso, dios. ¿Qué te pasa conmigo hoy?-pregunto empujándolo lejos de mi.
-Te vi cruzar a lo de Anna la otra noche y pensé que tal vez era que necesitabas algo del colegio, como alguna tarea. Te veo hoy con ella en tu auto comiéndole la boca y sólo puedo pensar en que me das asco. Enfermo de cuarta. ¿Te volviste loco?. Si lo que querés con este circo es hacerle pagar a él por lo que hizo, dejame decirte que estás completamente loco- me dice gritando. Lo tengo tan cerca que ahora es él el que me empuja contra la pared. No me puedo mover, no puedo hablar. Esto es lo que yo no quería que pase. La cabeza me da vueltas tratando de buscar una forma de decirle. Esteban me mira con la peor cara de odio que le vi jamás. El no va a entender, no importa lo que haga.
-No es como pensás, Anna y yo somos...
-¿Anna y vos qué idiota?- grita. -¿Me vas a decir que es sólo una amiga?, no me vengas con estupideces. Sos un retorcido de cuarta. Sabés lo que esa familia nos hizo, sabés lo que ella es y lo mejor que se te ocurre decirme es que no es lo que yo creo. ¿En qué estabas pensando?- Me quedo sin decir nada. No puedo discutirle ese argumento, yo no sé porque lo hago sólo que no quiero parar de hacerlo.
-¡Contesta de una vez!-grita. No lo hago, sólo lo empujo lo suficientemente fuerte para alejarlo de mí pero no lo suficiente como para hacerle daño. El tira una silla al verme alejarme, odia cuando hago ésto. Yo soy siempre el que huye para no pelear. El se levanta y viene como una furia hacia mí, choca conmigo y me agarra del cuello.
-Yo seré el conflictivo de la familia pero al menos no soy el enfermo que se acuesta con su hermana, decime vos quien es el peor de los dos ahora-escupe.
La ira no me deja responder, sólo hay una cosa que me queda por hacer. La única forma que un cobarde como yo puede enfrentar sus problemas.
Mi puño aterriza directamente en su cara, tirándolo al suelo. Quiero salir de esta cocina, de esta casa, pero no puedo abandonarlo tirado sin saber que está bien. Mi ira no llega tan lejos. Cuando lo veo levantarse, estoy preparado para irme y dejarlo solo con sus argumentos y yo con mi furia y culpa infinitas. Esteban necesita un tiempo para calmarse, el no es de las personas que guardan rencores para siempre. El enojo, miedo y confusión no me dejan pensar, sólo trato de salir de ahí. Tampoco ver ni reaccionar ahora. Cuando Esteban me devuelve el golpe con una fuerza que me hace caer, sólo puedo pensar en la única persona que es real para mí.
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Una y otra vez
Teen FictionEstoy marcando el camino para que las bestias nos despedacen, y aún asi no me importa. Correría a ella de nuevo una y otra vez. Al parecer, se está volviendo un imán del cual yo no puedo escapar y sé, sin ninguna duda, que ambos vamos a pagar por é...