Capítulo 24 parte 1. Es lo que es.
“..too long we've been denying
now we're both tired of trying
we hit a wall and we can't get over it
nothing to relive
it's water under the bridge
you said it, i get it
i guess it is what it is..”
Cuatro días, siete horas, perdí la cuenta en algún momento de los minutos. Traspaso la puerta del colegio con la esperanza renovada del día a día de volver a verla. No se nada de ella desde aquella vez en que la corrí cuando escapaba, no tengo el valor para golpear la puerta de su casa tampoco. Mi papá suele decir que a veces hay que dejar enfriar las cosas, debería hacerle caso, tiene su propia gama de experiencia en esta mierda. Para mí, el asunto ya paso de frio a congelado. ¿Por qué no se nada de ella? Estuve parado en la ventana como un acosador por horas esperando verla salir de casa o asomarse a regar las plantas. Nada.
No importa cuantas veces papá aseguró de que esta bien, solo voy a creerlo cuando lo vea. De cualquier forma no logro entender porque accedió a hablar con el y a mi me da la espalda. Después de todo yo no soy el padre que la negó todo este tiempo, y aún así pago como si lo fuera. Estoy completamente trastornado, mas allá de eso, estoy dolido.
Las marcas que había dejado sobre mi piel aún no desaparecen. Esta bien así. Es el único recordatorio que tengo de ella. Tenerlas es una prueba de que fue real, de lo que tuvimos y lo que sé que voy a perder. El dolor físico ayuda a sobrellevar otra clase de dolores. No me importaría recibir más rasguños y golpes, pero al parecer ni para eso quiere verme. Así que entreno duro todos los días, nado mas que ningún otro compañero, corro más rápido que nadie, paso tantas horas en el gimnasio como puedo. A veces siento que puedo escuchar a mis músculos llorar. No me importa, sigo porque el dolor externo hace que no tenga que pensar. Solo siento, y dios como lo hago! Aún así, en algunas ocasiones me veo a mi mismo pensando en como volver a empezar, como volver a cero. ¿Podría retroceder todo los que nos paso?, ¿Hubiera hecho algo diferente?. No lo se. Tal vez en alguna parte erre. Lo más probable que en todo.
Te amo Anna, perdóname que eso no haya sido suficiente.
Suena el timbre. La primera hora paso tan rápido como un pestañeo aunque me llamaron la atención tres veces por no estar concentrado en mis tareas, algo que sin dudas va a llegar a oídos de papá. Va a haber otra mirada de preocupación, se va a sentar a mi lado esperando a que hable. Solo que no pienso pronunciar palabra esta vez. No lo soporto. Otro día, otra hora, otro instante infinito arrancándome algo que es mio. Mi derecho a callar, a enojarme, a sentir miedo, y finalmente mi derecho a no compartirlo con nadie.
Entro a literatura con cierta ira contenida, es fácil estos días enojarme por cualquier detalle insignificante producto de la ida y venida de mis pensamientos. La clase ya esta casi llena, no es que me preocupe. Estoy casi seguro de que no es tarde, ¿o si?
Mierda. Ella está acá
Aun sentada al fondo del aula puedo reconocerla. Su pelo color caramelo cuelga suelto a un lado y su mano escribe frenéticamente sobre la hoja de papel. Incluso ahora puedo darme cuenta que esta adelantado tarea para la siguiente clase. Así es ella de tenaz, de práctica. Aunque también sé que lo hace ahora porque lo más probable es que no tenga tiempo para hacerlo después.
Algo me dice que nota que estoy en el aula o soy yo haciendo el suficiente ruido como para que lo haga. Intento ser valiente y busco el asiento más aproximado a ella posible. ¿Va a empezar a gritarme y pedirme que me vaya? ¿Va a pegarme de nuevo?. No importa. Nunca considere importante lo que otros tengan para decir de mí.
Anna ¿es que no te das cuenta? Vos sos la única persona que importa para mí
La miro descaradamente y sin ningún tipo de reparo. Puede creer todo el mundo que soy un psicópata o que simplemente la amo, lo cual es cierto. Me da igual. Anna deja la lapicera con la que escribe a un lado utilizando más fuerza de lo normal y enfoca su vista hacia mí. Dios, esos ojos. Lo que veo en ellos casi me deja sin habla. Enojo, tristeza, ¿desilusión?
Mierda. No me hagas esto.
Como si supiera que capte el mensaje, vuelve a su tarea sin mirarme de nuevo.
En un segundo lo perdí todo, porque no hay nada que pueda contestar a eso.
La hora se esta haciendo eterna, más aun siendo consiente de su indiferencia. Se supone que estoy resolviendo las preguntas de la guía de lectura, el único problema es que no tengo idea de que libro es. Probablemente nunca lo leí.
-¿Qué es lo que querés que haga?- Digo abruptamente, la mitad de la clase se da vuelta. Supongo que lance la pregunta más alto de lo que pretendía. Ella me mira horrorizada por haber llamado la atención de tal forma. Cuando los demás vuelven a sus tareas escucho que habla en un susurro.
-No podés hacer nada – apenas se la oye decir, sin despegar la mirada de su hoja- es lo que es, Lucas.
-¿Qué mierda significa eso? –si, estoy enojado. Por haber mentido, por quererla, por que me ignora.
Porque me va a dejar.
-Significa que lo dejes de una vez –jamás despega la mirada de la hoja y hace que escribe cuando sé que no lo esta haciendo. Esta no es ella, lo sé. No puede serlo.
No son sus palabras, sino la naturalidad con la que las dice lo que saca lo peor de mí. Arranco de sus manos la hoja en la que “escribe” tanto y pego mi rostro al suyo.
-¿es eso lo que querés?-pregunto desafiándola a que me lo diga en la cara. Siento su respiración agitada y tengo miedo de tentarme y robarle un beso adelante de toda la clase.
-Si, es lo que quiero- contesta con una resolución que me hace temblar.
Salgo de la clase como un rayo al escuchar el timbre. Esto no se termina acá.
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Una y otra vez
Teen FictionEstoy marcando el camino para que las bestias nos despedacen, y aún asi no me importa. Correría a ella de nuevo una y otra vez. Al parecer, se está volviendo un imán del cual yo no puedo escapar y sé, sin ninguna duda, que ambos vamos a pagar por é...