Diez.

1.5K 162 12
                                    


***

....¿Y si esa chica era realmente la indicada, que pasaría con ella, con su amistad?

___Capítulo diez; Hoy me libero de ti___

—Oh, hola, Elsa. Pasa—Habló Jack tras abrir la puerta de su departamento, dejando pasar a la rubia.

—¿¡En que rayos estabas pensando!?

—¿De que hablas?—Rió el joven.

—¿¡Como se te ocurre ir con una desconocida a media noche para tener sexo!?—Exclamó.

—Fue tu idea. Intentó cosas nuevas. Además, tú lo haces siempre–Se excusó.

—Si, pero es diferente.

—¿Como eso puede ser diferente?

—Soy policía, puedo defenderme, a diferencia de ti—Respondió.

—¡Por favor, Elsa, soy más fuerte que tú!

—Jack, conozco a las personas. La gente es cruel, la mayoría es cretina—Murmuró tomándolo por los hombros—Veo de que son capaces algunos.

—Els, son solo chicas.

—¡¿Y qué tal si es un delincuente que se hizo pasar por una joven!?—Dramatizó—Solo me preocupo por ti.

—Mira, aprecio tu preocupación. De verdad. Pero puedo cuidarme solo, gracias.

—¿De verdad? ¿Como cuando las exploradoras te convencieron de comprar una docena de cajas de galletas?—Respondió burlona.

—¡No fue mi culpa! Ellas eran cuatro, y yo estaba solo—La platinada río fuertemente, y como si fuera arte de magia ella dejó de sentir ese enojo dentro de sí. Solo Jack podía hacer algo como eso.

—Solo cállate y acepta mis preocupaciones —Jack sonrió tiernamente y la abrazó por inercia, solo dejándose envolver por el peculiar aroma a vainilla que su cabello proporcionaba—¿Podemos pelear después? Eugene está afuera, y para ser sincera, no he terminado mi turno.

El albino río y se despidió de un beso en la frente, para después acompañarla a la salida. La miró subir a la patrulla y sonrió con ternura.

—¡Te quiero, idiota!—Se aseguró Elsa de decir ante de desaparecer por el camino.

—¿Y bien? ¿Qué pasó?—Preguntó el moreno.

—Fue a la casa de una tipa anoche—Mencionó la rubia.

—¡Genial!

—¿Como eso es genial?

—Pues, tu plan funcionó. Eso es lo genial.

—Supongo que si, ¿Verdad?—Murmuró cabizbaja.

—Deberías estar feliz. ¡Te libraste de él!—Exclamó divertido•Te invito unas cervezas. Elige el lugar.

—Olvídate, no estoy de humor.

—¿Que? ¿Invitación a la diversión rechazada? ¿Que le hiciste a Elsa Arendelle?—Bromeó—¡Vamos, tú siempre estás de humor!

—Pues hoy es la excepción, Flinn.

—¡Oh, por dios! ¡Estas celosa!

—¡Pero que dices! Yo nunca estoy celosa, y nunca lo estaré.

—Claro que si—Habló sarcástico, volviendo su vista al frente—Claro que si.

Continuará....

Un Plan A Largo Plazo [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora