Dieciséis.

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***

Y así de fácil, se había de olvidar de todo.

___Capítulo dieciséis: El amor no es una ciencia___

La chica de cabello platinado recién entraba al lugar, y casi descaradamente, tomaba de la nevera del albino una cerveza.

—¿Que hay?—Saludó Elsa, dejándose caer en el sofá donde Jack se encontraba.

—¿Sabes? Las personas normales saludan con un "hola, ¿Que tal?" Y después si, ya pueden tomar de MI cerveza—Se quejó el peliblanco.

—Si, si. Las personas normales no ven noticias en un sábado por la tarde—Refunfuñó—Oh, espera, eso es lo que tú haces, perdedor.

—Shh, No me dejas oír—Bufó Jack, arrebatando la botella de las manos de Elsa, y así después beber de ella.

—Son noticias, Jack, como si la gente lo viera—Subió sus pies en la mesa de centro del albino, sin importarle en lo más mínimo cuanto Jack se enojaría por ello. Aunque, inesperadamente, el solo rió y la abrazó por los hombros— ¡Dios! ¿Esa es Rapunzel?

—¡Oh, si! Es ella—Habló el joven, sorprendido, tomando el control para subir el volumen del televisor.

—¡Súbele! ¡Súbele!—Canturreaba la albina, pegando sus puños contra sus piernas, interesada en el programa—¡Súbeleeeeee!

—Eso es lo que estoy haciendo, Elsa.

—Si, si, como digas—

—..... ¿Has dicho que tu compañía "Soluciones de amor"—Elsa rió por lo bajo hacia aquel nombre, ganando una mirada fulminante de parte del albino —tiene como efectividad un cien por ciento de éxito a la hora de unir parejas?

—¡Buu! ¡Basura!—Exclamaba la rubia—¡Buu!

—¡Shh! ¡Cállate!—Gruñó el peliblanco—Déjame ver el reportaje...

—Dinos... ¿Cuál es tu secreto?—Habló la reportera.

—¡Ciencia!—Exclamó la pelidorada, emocionada

—¿Como eso es posible?—Rió Elsa, tomando a Rapunzel como tonta.

—Verás.. Toda cosa en la vida puede desglosar en unos y ceros. Incluso el amor—Explicó—Todo lo que tengo que hacer es juntar todas las variantes, hacer el algoritmo y ¡Bang! Ya tienes a tu alma gemela, créeme que si funciona.

—Woow—Suspiró Jack, atento al televisor.

—¡Vamos, Jack!—Rió la joven—¿No creerás esa basura, no?

—No lo sé, Elsa. Se ve muy comprometedor, debe ser real.

—¡Jack, Jack, Jack! ¿Con que finalidad creer que hacen eso?

—¿Ayudar a las personas desesperadas a encontrar pareja?—Habló en un tono obvio.

—¿Que? ¡No!—El albino frunció el ceño divertido hacia cada cosa que Elsa decía—Solo estafan a esos pobres diablos ilusos que recurren a eso.

—Elsa, yo quiero ser un "pobre diablo iluso que recurre a eso"—suplicó con un puchero, haciendo bufar a Elsa—¡Vamos! ¿si? Vaaaaaaaamos.

—¿Y por qué no vas solo?—Gruñó.

—Els.... ¡Por favooooor!

—¡Agh, bien!

[...]

—¿A que nombre, perdón?—Musitó la recepcionista, manteniendo el teléfono de la oficina entre su hombro y oreja.

—Jackson Frost—Susurró el en respuesta.

—Hecho. Vaya a tomar asiento, en un momento le atienden.

La pareja de peliblancos se encaminaron hasta las sillas de espera a unos metros, a lado de una gran escultura, la que parecía muy costosa.

—Uh, pero que elegante—canturreó la albina—¡Mira, Jack, una escultura! Quiero tocarla. ¿Puedo tocarla? Voy a tocarla—Pero antes de que Elsa posara sus manos en la obra de arte, recibió un manotazo de parte de Jack, deteniéndola a tiempo—¡Hey!

—¡Mantente quieta!—Gruñó.

—¿Que? Pero es aburrido así—Jack pudo los ojos en blanco y le prestó atención a la alegre pelidorada que caminaba a su rumbo.

—¡Jack, Elsa! ¿En que les puedo ayudar?—Charló la joven ojiverde.

—Tratándose de Jack, ya deberías saberlo—Masculló en bajo, recibiendo un codazo en sus costillas—¡Hey! ¿Que acaso miento?

La chica les miró tiernamente mientras peleaban empujándose de lado a lado entre si, rió y se decidió por sacarlos de su discusión inocente; —Okay, Jack, tú vas primero. Luego tú Elsa.

—Oh, no, no, no—Se apresuró a decir—Es solo ese anciano el que espera tu ayuda.

—Ahh—Suspiró desilusionada—Esta bien, ¿Vamos, Jack?

—¡Seguro!—Exclamó alegremente, pero pronto volvió su rostro serio ante la platinada—..No toques nada..

—¡Ay, Jack!—Se lamentó, rodando los ojos, insolente—Bien..., pero no prometo mucho.

Jack solo la miró con cara de pocos amigos y caminó con Rapunzel rumbo a su oficina, al ya estar lejos, Elsa pudo sacar una sonora carcajada, dejó de reír y se puso recta, en espera de su amigo.

—Hum—Gruñía la joven, mirando la habitación de cabo a rabo. Era un lugar verdaderamente agradable, con paredes de colores alegres, con los que buscaban dar una presentación cómoda para los jóvenes.

Bufó, y dirigió su vista hasta la escultura a su derecha.

—Poop—Musitó tocando la obra de arte con su dedo índice. Rió para sí misma y recuperó su postura, pegando los ojos al reloj cada que podía.

Después de un buen tiempo salió Jack, sonriente, la rubia lo miró expectante y se levantó del asiento.

—¿Y....? ¿Que tal?—Preguntó curiosa.

—Me dan los resultados en unos días.

— ¡Oh, vamos, Jack! Es una estafa.

—¡Y dale con eso!—Exclamó, cansado. La joven se interpuso en su camino y lo tomó por la mandíbula.

—Jack, el amor no es una ciencia–Murmuró, mirándole a esos ojos azules que tanto le hacían enloquecer– No se pueden calcular los sentimientos. Solo debes tener un poco de fé, ella está por llegar.

...Quizás ya llegó...

Continuará....

Un Plan A Largo Plazo [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora