Un Plan A Largo Plazo [Jelsa]

✨Treinta✨

***

–Este sábado–La pelinegra subió su vista hasta el albino, tenía un plan, solo hacía falta ejecutarlo.

___Capítulo treinta: Aeropuerto #2___

–Oh, Gogo, te dije que no hacía falta una fiesta de despedida–Musitó el joven, observando a la casa repleta de amigos.

–Pero nunca dijiste que no podía hacerla–Rió la pelinegra– Además, te lo mereces. ¿Que mejor que una fiesta maravillosa para recordar al fabuloso Jackson Overland Frost?

–Te extrañaré, Gogo–Murmuró abrazando a la joven, mientras reía de como el rostro de Gogo llegaba apenas su pecho.

–Soy consciente de eso–Rió la joven– Aún no puedo creer que vayas a hacer esto.

–Estar un poco lejos de casa me hará bien.

–¿Jack?–Esa malditamente dulce voz inundó el momento, no podía ser ella. O mejor dicho, no esperaba que fuera ella.

El peliblanco apartó a la joven de su pecho, y quedó paralizado al mirar a la platinada que lo miraba dolida. La vista de Jack recorrió a la chica, su cabello rubio atado en un moño despeinado, con ropa desaliñada, y los zapatos deportivos que algún día odio cubriendo sus pies. Se veía descuidada, sin maquillaje, y sin ánimos; Jack no pudo evitar sentirse como la persona más miserable del planeta.

–Voy por un trago–Se excusó la pelinegra, saliendo de la embarazosa situación.

–Dios, llegó, Elsa. Yo debo desaparecer– Exclamó el moreno quien intentaba correr, pero fue justo cuando Gogo lo tomó por la camisa.

–Oh, no, no te vayas–Masculló la pelinegra– Necesito a alguien que sepa usar un arma, ya sabes, prevención de desastres.

–Ahm, cierto. Gogo, gracias por invitarme–Intervino Elsa– ¡Es bueno verte! Y bueno, ¿Que festejamos? Te ascendieron, ¿verdad?

Eugene miró temeroso la escena, para así después desaparecer junto con la pelinegra.

–¿Que fue eso?–Rió la platinada, extrañada.

–Elsa, esta fiesta no es exactamente por mi...., ascenso.

–No comprendo, ¿No te ascendieron?

–Técnicamente, si... Supongo que puede decirse así.

–Bueno, pues, ¡Felicitaciones!

–También es una fiesta de despedida, Elsa–Musitó, incómodo.

–...¿Para?....–Susurró confundida, pero pronto su rostro cayó sorprendido– Ouh.., ¿T-Te vas? ¿A d-donde? ¿Cuando?

–Saldré mañana por la tarde.. a Tokio.

–Mañana te vas a Tokio, ¿¡Y me lo dices así!?

–Se suponía que Eugene te lo diría.

–¿¡Tú...., Tú le pediste a Eugene que me lo dijera!?–Exclamó dolida, sintiendo como una vez más, un nudo se hacía parte de su garganta– ¿¡Cómo puede irte sin decirme nada!?