Veintiocho.

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***

–Jack..., yo~ Déjame explicarte.

___Capítulo veintiocho: ¿Sabía que eres tóxica?___

—Por favor, Jack.., escúchame–Exclamaba aquella rubia que tan duramente se aferraba a su brazo, debía escucharla, pero a él no parecía importarle más lo que ella dijera– Jack..., por favor. ¡Solo déjame explicarte!

–¿¡Explicarme que!? ¿Que te querías librar de mí?

–Jack.., no, nunca pienses eso, idiota–Masculló la joven, apenas logrando entenderse– Solo quería que no terminaras con alguien como yo..., no soy un buen partido, Jack. No quería arruinarte con toda mi mierda de vida, ¿¡Que no lo entiendes!?

–Solo entiendo que nunca pude llegarte a importar.

–Jack, por favor, no digas eso, que no es así–Susurró la joven, que ya tan alterada, dejaba salir las pequeñas gotas saladas rodar por sus mejillas–Por favor, compréndeme.., yo~ lo lamento.

–Antes..., cuando ambos podíamos entendernos, sin excepción, me gustaba estar a tu lado. Estar a tu lado me hacía feliz, Elsa, se sentía.. impredecible, me sentía libre– Susurró, levantando sus orbes de sus pies hasta los de aquella platinada–Pero, últimamente ya no es así...

–¿A-A que te refieres?

–Últimamente me siento como un proyecto a tu lado, Elsa–Siseó el joven, incomodado por las miradas lagrimientas que aquella linda rubia le regalaba–Me siento como..., un problema que necesita ser arreglado, y cuando me miras, siento que todo lo que ves es un juguete roto.

–Jack, yo nunca podría~

–Maldición, Elsa. Lo único que haces es alejarme de tí. ¡Somos distintos! ¿¡Que no lo ves!? ¡No somos el uno para el otro! ¡No somos buenos para el otro!

–Lo sé–Susurró cabizbaja.

–Entonces estamos de acuerdo. Esto que tenemos...., lo que sea que tengamos, tiene que acabar, Els–Habló mirando sus zapatos–. Solo me queda darte las gracias.

–¿Q-Que?

–Te agradezco por aclararme lo desagradable que sería para ti tenerme como pareja–Espetó cejudo, soltándose del agarre de la rubia–Gracias por liberarme, ahora sé que tú y yo nunca funcionaremos. ¡Gracias, me desintoxicaste de estos malditos sentimientos! Gracias, Elsa.

–¿Por qué me haces esto?–Su voz sonaba rota, parecía que iba a llorar, y no podía resistirlo más.

–Tú lo iniciaste...

–¡No lo comprendes, Jack!– sus ojos estaban llenos de lágrimas, por un momento, Jack creyó no soportarlo más. Sin embargo, allí estaba él, con su rostro inexpresivo, brazos cruzados, y voz con sonora rudeza y frialdad. Pura mierda–Tú solo lo lograste, me enredas en un miedo de perderte..., eres... ¡Eres un insignificante idiota! ¿Que no te das cuenta? Tú me rompiste. Yo estaba bien, con mi sarcasmo como método de defensa, pero tú me entendiste tan bien que me bajaste la guardia. Me hiciste débil, me hiciste quererte. ¿¡Quien mierda te dijo que yo debía ser salvada!? Quiero alejarte, pero el simple hecho de imaginarte lejos me daña de una manera sobrenatural.

–¿Sabías que eres tóxica?– El joven de cabellera blanca tomó la iniciativa, y caminó por los pasillos, directo a desaparecer se su vida. Elsa lo miró indecisa, lo necesitaba, y por más que odiaba aceptarlo, así era.

–¡Jack, por favor, para! Por favor, por favor, basta.., ¡Jack!....Jack....–La rubia se dejó caer de rodillas, ¿cuál era su afán de romper cada cosa buena que tenía en su vida? Lo había roto. Había roto lo que más quería en este mundo, y ya no había arreglo.

¿Alguna vez has sentido ese hoyo en el pecho? ¿Ese vacío que te duele sin saber la razón, esa sensación de sentirse incompleta? ¿Incompetente?

Pues, déjame decirte, no era nada comparado a lo que Elsa sentía.

Sabía el concepto de estar vivo, sus pulmones almacenaban aire, su corazón latía, la sangre circulaba por todo su sistema nervioso, y su cerebro mandaba órdenes a su cuerpo entero. Pero entonces.., ¿Por qué no se sentía como tal?

Bajó su vista hasta sus blanquecinas manos, sus muñecas estaban un poco enrojecidas, la razón era desconocida, pero estaba acostumbrada a ello.

Estaba acostumbrada a vivir en la impetuosa ignorancia, con esos sentimientos escondidos, con verdades profundas, con mentiras nulas.

Definitivamente, estaba viva, pero, ¿por qué sentía sus pulmones vacíos, su corazón tieso, inmóvil, sentía su sistema seco, y parecía que su cerebro no funcionaba? 

Esta viva, de hecho, pero no se sentía como tal. Estaba rota, estaban rotos, y era momento de repararlo.

Continuará....

Si, ya sé, bastante drama. ¡Pero a quien engaño! ¡Amo el drama! Pero tranquilos, que el Jelsa se aproxima, y viene lo más rápido que puede. Solo hace falta la espera.

Un Plan A Largo Plazo [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora