Capítulo 12

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James.

Solía pasar el tiempo pensando en lo diferente que seria si tan solo nuestro papá  no hubiese sido un cantante o si mamá no tuviera su grandioso trabajo. ¿Cómo sería una vida fuera de la fama que nuestros padres y la mayoría de nuestros familiares?

Comienzo a creer que es algo demasiado tonto al ponerme a pensar en esto, pensar que habría sido de nosotros si nuestros padres no serían lo que son ahora.

En fin, imagino que seguiríamos siendo igual de felices a como lo somos ahora, solamente el dinero sería el único cambio en nuestras vidas...

Tampoco es como si el dinero fuera tan indispensable en nuestras vidas, no. He llegado a la conclusión de lo único que puede llegar a hacer feliz a una persona es la permanencia a estar con demás personas; sean amigos, familia o tu pareja. En mi caso siempre será mi familia y por supuesto, mis amigos aunque, ellos ya son parte de esta misma.

Me removí en la cama por milésima vez, me estaba dando por vencido, no podía conciliar el sueño y eso no estaba bien, la mayoría de las veces terminaba apenas por tumbarme a la cama y al par de segundos ya estar roncando. Pero ahora era diferente, no podía lograrlo.

Me senté al borde de la cama, mis pies tocaron el frío piso y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Pasé mis manos por mi rostro y solté un exasperado suspiro, mirando al suelo mientras pensaba en que haría.

Minutos después me puse de pie, iba a salir de la habitación cuando me encuentro a Jade apunto de tocar la puerta de esta misma, le sonrío sin saber que más hacer y ella me abraza. Siendo su abrazo correspondido, jalo de su cabello un poco, provocando que suelte un leve quejido. Río para mi mismo y me separo de ella.

—¿Qué haces despierta? —es lo primero que sale de mis labios cuando beso su frente.

Ella se adentra a mi habitación y se sienta en la orilla de mi cama, dejándome ligar a mi para imitar su acción.

—No podía dormir. Llevo un par de horas intentándolo y solamente no puedo. —testifica mirando hacia la pared—. Tú, ¿Adónde ibas?

Levantó mi mirada hacia ella y le sonrío; su cabello despeinado, incluso algo enredado a causa de las vueltas que seguro estaba dando en la cama para poder dormir. Su rostro luce cansado y no la culpo, puedo estar igual o peor que ella.

—Iba ir justamente a tu habitación.

—Te gané esta vez, hermanito.

Se burla de mi y sube sus piernas a la cama, cruzandolas entre sí.

Ninguno dice nada el los próximos par de minutos, sólo estamos contemplando lo que ahora parece más importante que cualquier otra cosa, la pared.

Ella se remueve y deja caer su cabeza sobre mi regazo, dejándome algo confundido al principio. Le doy un golpe suave en la frente y ella frunce el entrecejo, mostrándome en seguida su dedo medio, acompañado de su lengua.

—No quiero ser malo contigo, Jade. Pero me encuentro en ropa interior. —murmuro recordándole. Ella simplemente se encoje de hombros y continua mirándome— Bien.

Los minutos continúan pasando, mientras ella mira hacia el techo y yo hacia la pared, perdiendo el tiempo ó tal vez tratando de que el sueño llegue a nuestros organismos para poder ir a la cama y tener una agradable noche, o lo que restaba de ella.

Sentí su mano sobre mis mejillas, las apretaba sin pudor alguno, no era algo que no me gustara, todo lo contrario. Ambos estábamos inundados en el aburrimiento y las ganas de ir a dormir no estaban en el cuerpo de ninguno de los dos.

Rebeldía; 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora