Rebeldía; 3

Capítulo 16

Estaba a mirada de semana, justamente pasando por la clase de cálculo integral.  Mi hermano permanecía en su lugar, un asiento adelante de mi, en la fila de la derecha. Nos estábamos distanciando un poco y ni siquiera sabía el porqué de ello.

Seguramente desde un principio sería así, ambos estamos creciendo, ya no estamos haciendo cosas juntos. Nuestro grupo de amigos sigue siendo casi el mismo y lo digo así porque también he tomado en cuenta de que hemos estado saliendo y no con nuestros amigos comunes... Bueno, admito que he salido sin ellos pero, no con alguien mas, estoy tratando de valorar mi tiempo a solas para pensar acerca de todo lo que pasa a mi alrededor, no sólo concentrarme en las buenas que pasan en mi vida. Trato de hacer todo bien.

Darcy seguía siendo la misma. Estaba tan acostumbrada a pasará junto a nosotros, y hablo desde que era una bebé. Desde entonces somos como uña y mugre pero, aún así, nada sigue siendo como antes, hay algo que está sucediendo con nosotros, y no sé lo que pueda ser. Por más que trato de entender o descubrirlo, simplemente no puedo.

—Señorita Horan, si no va a estar prestando atención, salga del aula ahora mismo.

—¿Qué? —lo miro confundida, pero él solo se limita a señalarme la salida del aula—. En fin, su clase apesta.

Murmuro levantándome de mi lugar, mientras cierro mi mochila y llevo mis útiles que tenía sobre la mesada en mis manos, miro a James que niega y sólo le ignoro. Darcy me sonríe apenas y miro al profesor.

—Si mi clase no le gusta, no se tome la molestia de entrar a la siguiente clase. Así de fácil, señorita Horan.

—Créame que tomaré en cuenta sus palabras. Lo pensare y se lo hago saber.

—Deje de hacerse la graciosa. Que usted aquí es solo una alumna y yo el profesor, así que aquí yo soy la autoridad.

Detengo mis pasos antes de salir del aula, ajusto más mi agarre en mis libros que llevo en mis brazos y me giro a él.

—Me da igual.

—¿Así que le da igual? —murmura de manera cínica, dando unos pasos a mi, me encojo de hombros y él asiente— ¿Qué le parece irse a un examen extraordinario?

—Que le den —digo girandome y el habla de nuevo.

—¡Se las verá con el director! ¡La acusaré de insultarme y ser mala estudiante!

—¡Que también le den al director! —respondo en un grito y cierro la puerta de golpe al salir del aula.

Últimamente no me soporto y lo que menos quiero es causar problemas tan graves pero, solo hay ahí tanta mierda de persona que estaba preparada para querer hacerte la vida imposible al sólo ver como te va en la vida esta mas que listo para atacarte.

Cuando llego a mi casillero coloco la clave en este y lo abro, y adentro todos los malditos libros de una vez. Dejo en mi mochila la libreta de dibujo y la lapicera de colores. La cierro al igual que el casillero y camino hacia la puerta principal del colegio. Llevo mis manos a mi rostro de manera exasperada y ahogo un grito.

Salgo de aquel lugar con una enorme ansiedad. Inhalo y exhalo repetidas veces tratando de relajarme y evadir cada cosa que aparecía en mi mente.