Capítulo 74

29 4 2
                                    

El último día de clases fue un tanto vergonzoso para mi. Es como si hubiese echado por la borda toda mi reputación, aunque claro, tampoco era que me importará mucho, además, a cualquiera le puede pasar lo que a mi me pasó.

Agradecí que fuese el último día de clases, para que las vacaciones de invierno comenzarán de una vez por todas, había sido buena elección entregar los trabajos y hacer los exámenes a su tiempo. Logré promediar, pude llegar a casa aliviada de cierta forma, por supuesto.

Se me hacía todo tan raro, últimamente me sentía cansada y con dolor de cabeza, uno que otro día, los vómitos eran insoportables y vaya que temía que fuera otra cosa que no fuese enfermedad. Me jodía el simple hecho de pensarlo.

Llevaba dos largos días tumbada en la cama, ni siquiera podía levantarme para ir al baño y hacer mis necesidades, me sentía terriblemente mal. Con un pequeño movimiento mi cabeza llegaba a doler demasiado y los mareos volvían de manera insoportable, ni cerrando los ojos podía hacer que esos síntomas desaparecieran.

Gemí por el malestar ocasionado a que intenté levantarme de la cama, volví a caer en el tullido colchón de mi cama, a la vez que tomaba mi cabeza entre mis manos, ¿Por qué tenían que pasarme este tipo de cosas a mi?, peor aún, ¿Por qué estando cerca de navidad?

Me quejé de manera fuerte, sentía que cada vez todo comenzaba a empeorar.

—Jade... —el cuerpo a un lado mío se movió, emitiendo sonidos— ¿Qué pasa? —se sienta en la cama, su rodilla rozando con lo muslo un poco suave— ¿Han vuelto los dolores y mareos? —preguntó, su mano no tardó en dar pequeñas caricias en mi espalda, mientras me recostaba en la cama con él, sobre su pecho.

Ni siquiera pude responder a nada de sus oraciones, pero, sabía que mi comportamiento en ese momento era más que claro, sabía lo que me sucedía.

James ha pasados estos días conmigo en casa, mientras nuestros padres siguen trabajando, estando por tener pronto sus merecidas vacaciones de invierno a partir del viernes. Era domingo apenas. Los días se me hacían largo y vaya que apenas habíamos salido del colegio el viernes, sólo que yo lo hice más temprano que los demás.

Nuestros padres llegarían en un par de horas más, por ser domingo, arreglaban los últimos papeleos todo para que sus empleados tuvieran un buen salario estas vacaciones.

Mamá estos siguientes cinco días se dedicaría a enviar todos y cada uno de los vestidos que tenían como pedido para todas aquellas señoritas que habían pedido vestido para pasar las fiestas navideñas en fiestas o en familia. Papá tenía que realizar papeleos para su empresa, claro, aún todo relacionado con música; aún le seguía gustando cantar y producir, tenía ciertos contratos con personas que apenas se lanzaban en la industria musical, les ayudaba de buena forma. Según escuché —estando un poco de metiche—, que junto con un par de chicos tenían que terminar de grabar antes de que llegarán las vacaciones.

Era obvio que los dos seguían teniendo mucho trabajo por delante aún.

—¿A dónde ibas? —murmuró su pregunta— ¿Necesitas algo? Sabes que puedes pedírmelo y con gusto te traeré lo que necesites. —sus labios susurran las palabras en mi oído. Todo parece mágico estando entre los brazos de James.

—Y-Ya me cansé —musité. Fue imposible no entre cortar mis palabras cuando hablé, me sentía tan mal.

Sentí un gran nudo en mi garganta, mis ojos se llenaron de lágrimas, se acumularon, todo hasta que cerré mis ojos y estas salieron, delineando mi nariz y mejilla, cayendo en la camiseta de James.

—Amor... —acarició mi mejilla que no estaba húmeda, se dio cuenta de lo que me sucedía cuando comencé a sollozar— ¿Por qué lloras? —intentó apartarse, seguro queriendo buscar mi rostro para verme a la cara.

Rebeldía; 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora