Capítulo 4

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Seguía sin asimilar que todos ellos estuviesen aquí, con nosotros. Era como un sueño, me había pellizcado ya cientos de veces, y seguía aquí, cada segundo más que pasaba me daba cuenta de que esto era más que real.

Todas esas personas a las que tenía tanto tiempo sin verlas, todas aquellas que formaron parte de mi infancia, insulso desde antes de yo ser procreada. Sonreían, nos admirábamos entre todos, nadie lo asimilaba, podría desmayarme ahora por tanta sorpresa.

Había risas por toda la casa, abrazos y lágrimas de felicidad.

Mamá y papá estaban felices, al igual que nosotros tres, era tan increíble, tan maravilloso, se habían tomado el tiempo de venir hasta nosotros con la condición de vernos, así era la familia, ellos eran nuestra gran y admirable familia.

—Bien, no quiero interrumpir tan maravilloso encuentre pero, todo está servido. Es hora de comer. —avisó mamá, sacándome de todo pensamiento en ese momento.

Había una duda, ¿cómo que ya estaba la comida, ella sabía de la llegada de ellos?

—¡Enseguida vamos! —grité, cuando mire a todos los adultos saliendo por la puerta trasera del jardín.

James me miraba desconcertado, aunque más que eso, había una sonrisa satisfactoria por parte de él, estaba tan feliz como yo.

—¿Ahora qué tramas, Jade? —me cuestionó él, con una sonrisa plasmada en su tierno rostro.

Ruedo los ojos, no siempre haría algo malo, a veces uno se cansa de hacer tanta maldad: —James, no haré nada malo, aún... sólo iba a preguntar algo. —digo de lo más obvia posible.

—Entonces, escúpelo boba. —me anima Darcy.

—¿Ustedes sabían de que sus padres tenían todo esto planeado? —niegan todos, con un rostro lleno de confusión.

Nadie habla, ni si quiera un rechiste de alguno de ellos sale, están más que desconcertados que nada, eso sólo significaba una cosa, algo importante. Papá y mamá, junto a los tíos, habían planeado todo esto... aún así, era una estupenda idea, tan increíbles como siempre nuestros padres.

—Ya veo... —entrecerró los ojos Amber, captando todo en segundos.

—Y sí, ¿hablamos de esto más tarde?, muero de hambre, sólo pienso en comida. No puedo concentrarme con el estómago vacío. —habló el chico de ojos verdosos, Connor.

Estaba confirmado que James, Darcy y yo ya habíamos más que comido, pero la comida que mamá hace no se le puede negar nadie. Jamás en la vida, te niegas y tendrás la muerte segura.

Aunque viéndolo bien, mamá no siempre cocinaba bien, muchas de las veces terminaba desesperándose y lanzando todo a quien se interpusiera en su camino, inclusive a sus hijos.

Una vez James por jugarle al imbécil, terminó con una abertura en la cabeza. Todo por que bromeó con mamá cuando no debía hacerlo, ella se molestó aún más, lanzó una sartén y cuando mi hermano intentaba salir corriendo de la cocina, la sartén le golpeó la cabeza.

Yo reía a más no poder, mamá terminó regañándome, fuimos al hospital para que cocieran la herida y para terminar fuimos a comer pizza. Mi familia era increíble, sin sarcasmo ni nada, de verdad que lo era. 

—Andando, vayamos a comer. —prosiguieron ante lo que dije, saliendo casi corriendo como locos.

(...)

—¿Quieren ir arriba? —preguntó James, haciendo que todos nos miraran a ambos.

Ellos asintieron sin más, levantándose de sus lugares.

Rebeldía; 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora