Rebeldía; 3

Capítulo 18

Tenía en cuenta todo lo que tenía que hacer ahora mismo, desde tomar una ducha hasta tomar el desayuno, regresar a mi habitación por mi mochila, esperar en la sala hasta que el pitido de varios autos nos den la señal de que ya es hora de partir partir a nuestro gran destino. No era mucho, ni tampoco es como si fuese algo demasiado pesado, todo lo contrario, pero como había mencionado antes; últimamente me encontraba muy cansada, demasiado de lo habitual.

Sentía la manera en la que mi cuerpo seguía relajado, en la que descansaba sin detenerse. Ya estaba despierta por completo, solo que quería sin seguir abrir los ojos. Había querido continuar con eso se seguir durmiendo pero no pude más, había dormido lo suficiente el día anterior después de clases y ahora, gran parte de la noche. Y vaya novedad.

Un montón de voces hablar al mismo tiempo, suenan en el primer piso, el maldito eco en esta casa es algo insoportable, o tal vez la insoportable soy yo porque antes no me había molestado en lo absoluto.

Quito las sábanas de mi cuerpo, encontrándome con la suave brisa de la mañana, el sol entre por la ventana que he dejado abierta la noche anterior, las ganas de querer sonreír aparecen en mi y sin impedirlo, lo hago, sonrío.

Camino a el closet y tomo algo de ropa limpia, la lanzo a la cama llevando conmigo al baño solamente la ropa interior. Entro al baño y comienzo comienzo a deshacerme de mi ropa, dejándola en el suelo. Me adentro a la ducha y abro esta misma, moderando el agua que salía de ella. Mi cuerpo se moja por completo, hasta mi cabello; el shampoo se esparce por todo mi cuero cabelludo, masajeo haciendo cada vez más espuma y enjuago. Prosigo a lavar mi cuerpo, de igual manera provocando espuma por este y termino nuevamente por enjuagar. Cierro el grifo de la ducha y tomo la toalla que yace en el pequeño tuvo a un lado de la ducha, coloco la toalla en mi cabeza esperando a que con rapidez mi cabello se seque un poco. Tomo otra toalla y comienzo a secar mi cuerpo, seguido de tomar mi ropa interior y ponérmela de manera lenta, cuidando de no resbalarme.

Una vez lista salgo del baño y me coloco la ropa, una blusa blanca acompañada de un bermudas negro que lleva a la mitad de mis pantorrillas, finalizo con unos calcetines blancos y también unos tenis del mismo color. Ir de manera sport a ese dichoso día para acampar sería más cómodo.

Peino mi cabello y lo dejo suelto, para que se seque con el viento. Tenía la idea de que podría echarme encima una gorra y unos lentes de sol pero, el chiste para este viaje era ese mismo, disfrutarlo al máximo, nada de andar con estupideces.

—Hola, buenos días. —se escuchan unos golpecitos en la puerta, seguido entra Darcy con una gran sonrisa en el rostro.

—Buenos días, mi castaña favorita.

Ella se ríe y mira lo que hago. Tomo mi mochila de acampar, el celular junto a los audífonos y me giro a ver a la chica detrás de mí, que permanecía aún en la puerta, mirándome atenta.

Le doy un abrazo y bajamos juntos a la sala de estar. Los tíos Styles ya están aquí, todos con una enorme sonrisa en el rostro y con todo el ánimo para ir a continuar con lo nuestro. Por lo visto, todos vestían de la misma forma en la que yo lo hacía.

Pasamos al comedor, a tomar el desayuno, algo ligero hasta que llegaramos a nuestro nuevo y fantástico destino. Cada uno de nosotros tomó asiento en el comedor, yo justamente en el medio de Darcy y mi hermano, nuestro padre en una punta de la mesa y mi madre y los tíos Styles a lado de ella, justamente frente a nosotros. Mi madre, con ayuda de la tía Claudia sirvieron el desayuno, esta vez, preparando unos delicados Waffles con jamón y algo de jugo natural de naranja. El desayuno comenzó de una manera tranquila y relajada, disfrutando y agradeciendo el delicioso sabor de este mismo, el cual mi madre había preparado de manera gustosa. Todo se tornó de manera muy diferente, risas, carcajadas y gritos alocados por parte de todo, gracias a que comencé a ahogarme con el jugo cuando me cuestionaron sobre si tenia "pareja", ya que se estaba haciendo algo muy notable que la mayor parte del tiempo permanecía en las nubes.