Capítulo 25

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Regresar a clases y tratar de parecer que las cosas entre James y yo van mejor que antes esta de la mierda. Porque no es así, no lo será mañana, ni dentro de poco tiempo, lo sé perfectamente porque yo misma la he pedido que deje de molestarte, que ya no gana nada con estarme pidiendo disculpas, después de haber dejado marcas en mis hombros, las cuales ahora son más visibles que nada. El haber tenido la piel pálida no era tan agradable como muchos decían o querían, también tenía sus desventajas, para mi esto esta todo mal. Vaya basura.

Estaba llevando mi cuerpo al colegio casi a arrastras, no era que no quisiera asistir, sino que me daba una pereza total que no quería hacer nada. Quedarme en casa por el resto del día para poder recuperar mis horas de sueño no estaría nada mal.

Si el profesor de Biología continuaba explicando si clase, juro que en cualquier momento podría quedarme dormida, cerrar mis ojos por unos largos segundos no sonaba para nada mal, quería hacerlo. Que por fin, y mejor que nunca, me siguiera dando igual lo que los demás pensarán de mi, tampoco entendía como es que de un día para otro había comenzado a importarme lo que las demás personas a mi alrededor pensarán o dijeran de mi. Y si mal no recuerdo, comenzó desde que Amy llegó a mi absurda vida. Pudo haber llegado para mi buen o para hacerme más débil...

Cerré mis ojos con fuerza, ocultando las ganas de querer gritar, trate de calmarme cuando el timbre sonó dando por terminada la clase de Biología.

—Bueno, chicos. Para la próxima semana quiero sus ensayos sobre algún animal del que ustedes deseen realizar. Espero que hayan prestado atención a la clase porque no quiero imprevistos el día de entrega. —lo escucho hablar, unos ni siquiera prestan atención, yo no presté atención a la clase y eso significa que tendré problemas para el ensayo.

Suspiro nuevamente y siento una mano acariciar mi hombro derecho, me giro con brusquedad y veo al idiota de Will con una cínica sonrisa en el rostro, no sé que es lo que quiera y tampoco es que me interese. Este idiota la mayor parte del tiempo no tiene nada bueno que hacer o decir.

Es imbécil con palabras grandes.

—¿Pasa algo, Horan? —aparto su mano con brusquedad y me levanto, tomando mi mochila, pasándola por mi hombro.

Después de las sacudidas y fuerza que James había ejercido sobre mis hombros, estos habían quedado lastimados y peor aún, con marcas demasiado visibles en ellos.

Tuve que soportar las preguntas de Amy acerca de las marcas en mi piel, ya que ella había sido la que se deshizo de mi ropa aquella noche que dormí en su casa.

De alguna u otra manera tuve que evadir el tema, mientras que ella solo se limitaba a no preguntar una vez más, pero solo por esa vez porque sabía que en cualquier momento volvería a preguntar.

—¿Qué fue lo que hice para que ya no me dirijas la palabra? —pregunta detrás de mí, cada vez más sacándome de quicio- ¡Responde! —grita a mitad de pasillo y y me giro a él de golpe.

Sus ojos se abren de golpe cuando estoy cerca de él y se aleja un paso.

—¡No estoy de humor, maldita sea!

—Lo siento... —murmura alejándose otro paso- Yo sólo quería preguntarte algo.

Cierro mis ojos, calmo mi respiración y las ganas de golpear algo. Abro nuevamente mis ojos y lo miro, tratando esta vez de ser un poco mas paciente.

—Bien, ¿Qué era? —me cruzo de brazos más tranquila y relajada— Que sea rápido por favor, tengo clase de Cálculo.

Él termina por sonreírme y sé que ha sido una mala idea, en la cabeza tiene algo que me dice que será estúpido lo que sea que me vaya a decir. Puedo sentirlo. El tiempo de conocerlo me ha dejado cada vez un poco mas de saber acerca de él, es como si fuese alguien más de mi familia, de mis amigos.

Rebeldía; 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora