Desperté electrizada por el frío que se colaba por la ventana. Anoche, antes de recostarme la dejé abierta ya que me sentía agobiada por un calor penetrante.
Mire al techo aún acostada.
¿No les he contado mí historia?
Bueno, trataré de contarles un poco.
Vivo sola, ya que mí madre falleció hace dos años en un accidente de auto, y mí padre no quería estar muy cerca mío después de eso. Nuestra relación únicamente se basa en darme dinero y desaparecer hasta que necesite más. No indagaré mucho sobre eso.
Por otro lado, soy feliz sola. Y bueno, no tan sola, básicamente porque disfruto de la compañía de mí pareja, amigas o cosas así. Aunque no lo crean, antes era peor, era una... ¿Cuál es el modo más tierno de decirlo? ¿zorra, tal vez? Pues sí. Hacía sufrir al genero masculino a cuestas de mí comportamiento, mientras que la mayoría de las féminas me odiaba, lo cuál me divertía. Por éste año me he comportado mejor ya que es mí último año de escuela; es bueno terminar con buena racha ¿no?
¿Y qué más puedo contarles? Solo tengo anécdotas de mis tiempos de locura (y por locura me refiero a grandes dosis de alcohol y drogas, y una que otra dosis de sexo). Y una que otra conversación con mí padre o amigas. Es todo, mí vida hasta ahora ha sido un completo desperdicio pero espero que al menos tenga mejores historias qué contar más adelante.
Un crujido proveniente de mí ventana me sacó de mis cavilaciones. Miré y vi a mí novio (que llamaremos CJ solo por diversión) entrando por ella.
Me paré y lo recibí con un beso.
—Vaya, ¿por qué tan tierna?— Preguntó curioso.
—Pues... Ya te extrañaba.— Dije tocando levemente su entrepierna con mí rodilla. Nada del otro mundo.
Lo sé, soy algo... Coqueta.
Luego de un par de besos, empezó lo bueno.
****
Desperté ya que la alarma de mí celular indicó que eran las 7:30 am. Tenía exactamente 20 minutos para arreglarme.
CJ ya no estaba a mí lado, lo cual no se me hacía extraño. Usualmente se iba luego de nuestro ajetreo. Era ya algo normal para mí.
Luego de arreglarme y desayunar, salí de mí casa y caminé hacía la escuela.
Al entrar, vi a los estudiantes correr hacía sus salones con apuro. Las clases ya comenzarían lo cual significaba que iba sumamente tarde.
Al entrar a mí clase de español desconecté por completo.
***
Saliendo de la escuela, desvíe mí camino a casa para comprar algunas cosas.
Al terminar las compras, estaba pagando en la caja y miré un pequeño televisor que transmitía las noticias a un lado.
"Transmitimos desde la penitenciaría nacional, donde ha habido una fuga masiva gracias a una pequeña bomba colocada estratégicamente en una de las paredes laterales de ésta. Creemos que éste artefacto pudo haber sido ingresado a la cárcel en alguna visita conyugal. Aproximadamente 60 presos se encuentran siendo requeridos por la justicia, las autoridades recomiendan a los habitantes de la ciudad tener sumo cuidado. Seguiremos informando."
Me quedé un momento pensando en aquella noticia, y un escalofrío me recorrió la espalda.
—Éste mundo se está yendo al infierno a zancadas.— Opinó el vendedor, entregándome mis cosas. Yo solo lo miré y salí de ahí.
ESTÁS LEYENDO
Ajenos «Jeff The Killer».
Fanfiction"-¿Sí entiendes qué eso es una completa locura?- Cuestioné mirándolo. -¿Qué más esperabas de un asesino?- Respondió riéndose." Elizabeth Martinez es mí nombre. Pero ahora mismo no importa quién soy... Sólo importa él. Ese malnacido que jodió mí vida...