Sentía mi cuerpo realmente pesado, y no podía abrir los ojos.
Lo último que recuerdo es haber estado bebiendo exageradamente con Caroline, y luego seguir a aquel chico a la salida... ¡Maldición! ¡El muy hijo de puta me había apuñalado! Bueno, en parte me lo había buscado, pero no era el momento de los reproches.
Rápidamente traté de llevarme la mano al estómago, donde suponía tenía la herida, pero sólo fue un pensamiento porque nisiquiera pude moverme.
Asustada, traté por lo menos de abrir los ojos, lo cual logré después de varios intentos.
La luz de aquella habitación me cegaba, hasta que fui acostumbrándome. Miré a mí lado y mí brazo estaba conectado a un montón de cables, luego observé que estaba acostada en una cama con sábanas blancas y limpias.
Estaba asustada, no sabía donde mierda estaba.
—¿Hola?—Dije, con la esperanza de que alguien entrará a la habitación y me dijera que demonios pasaba.
No hubo respuesta; luego de eso observé que muy cerca de mí mano se encontraba un control pequeño, con solo un botón rojo. Moví como pude mí mano hacía él y apreté el botón.
A los pocos minutos, apareció un chico por la puerta, de ojos verdes y cabello castaño. Venía en un uniforme blanco y con un gafete colgando de su cuello, en el que leí que se llamaba Jeremy. Lindo nombre para un lindo chico.
-—Hola, ¿te duele algo?—Dijo mientras tomaba mí mano y revisaba algo.
—No... Disculpa, ¿qué me pasó?— Pregunté.
—Pues una chica te trajo hace una semana una madrugada. Dijo que ustedes dos estaban bebiendo en un bar, saliste un momento y al ella irte a buscar, se encontró con la sorpresa de que te habían apuñalado.— Oh Dios... Ésto parece un típico cliché de película terrorífica.
—La policía supone que la persona que te apuñaló debe de ser alguno de los prófugos que escapó de la penitenciaria hace unos días.— Mierda y más mierda.
—¿Hace una semana dices qué llegué aquí?— Pregunté.
—Sí, caíste en coma gracias a la gran pérdida de sangre que tuviste camino al hospital.
—Dios mío...— Estaba sumamente sorprendida y atemorizada.
—Escucha, algunos miembros de tú familia y tú amiga, la que te trajo, están afuera, a la espera de verte. ¿Crees qué estás lista para verlos?
Asentí y él salió de la habitación.
Al momento entraron mí padre, mis abuelos maternos y Caroline.****
Luego de tres días más en el hospital, por fin iba camino a casa.
Papá se despidió de mí en el hospital y Caroline se ofreció a traerme.—Gracias por el viaje.— Dije, bajando de su auto.
—No hay de que Elizabeth, y de nuevo lamento todo lo que pasó.
—Tranquila.— Le sonreí y cerré la puerta del auto, ella se despidió y se fue.
Al entrar a casa sentí un alivio inmenso.
Subí y decidí darme una ducha.
Al desvestirme vi el gran vendaje que tenía en la zona del estómago, donde ese chico me había clavado el cuchillo.
Tal vez fue mí culpa que todo aquello pasara, estaba tan ebria que nisiquiera sé porque lo seguí. Nadie con al menos una pizca de consciencia se atrevería a seguir a un extraño así. <Eso demuestra totalmente que soy una idiota>. Reí ante ese pensamiento y entré a la ducha.
***
Me puse el pijama y me recosté. Me quedé mirando el techo, estaba sumamente aburrida. Sentí un golpeteo en mí ventana y al correr la cortina para observar qué hacía ese ruido, me encontré con la mirada de CJ, insinuándo que lo dejara entrar.
Quité el seguro de la ventana y él entró.
—Hola preciosa, ¿cómo estás luego de esa locura de la puñalada?
—Pues, estoy bien, fuera de peligro.
—Me alegro.—Dijo y sonrió coqueto.
Luego de hablar un poco, nos empezamos a besar; cuando ya estábamos en la cama uno encima del otro a punto de "empezar", oímos un fuerte ruido en la planta baja.
—¿Qué diab...
—¡Shh!—Lo callé. Estaba sumamente asustada.
—Iré a ver.— Dicho eso, se levantó, tomó su camisa que estaba tirada en el suelo y bajó.
Yo lo seguí y susurré su nombre un montón de veces, tratando de que no bajara, pero hizo caso omiso a mis llamados y siguió bajando.
Pasaron 10 minutos, 20, 30... ¡Joder! ¡¿Por qué mierda no sube ya?!
Decidí bajar con el puto miedo a flor de piel.
Al llegar a la sala de la planta baja, me dirigí hacía el comedor. En ese momento pisé un líquido caliente.
Me agaché y mire ese líquido oscuro, parecía... Sangre.Saqué mí teléfono y llamé al de CJ. Más adelante mío sonó un pequeño timbre. Gateé lentamente hacía él y vi algo que jamás se borrará de mí mente.
CJ estaba tirado en el suelo, con un cuchillo clavado en su cabeza y el teléfono a un lado.
Tapé mí boca con ambas manos y empecé a sollozar. Dios mío, ¿quién mierda había hecho ésto?
Luego caí en cuenta de que CJ estaba muerto, y que de no huir ahora mismo, yo sería la siguiente...
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Ajenos «Jeff The Killer».
Фанфик"-¿Sí entiendes qué eso es una completa locura?- Cuestioné mirándolo. -¿Qué más esperabas de un asesino?- Respondió riéndose." Elizabeth Martinez es mí nombre. Pero ahora mismo no importa quién soy... Sólo importa él. Ese malnacido que jodió mí vida...