Hasta no poder más [McLennon]

Capítulo 20

《Toc-Toc》

-¿Cuándo... tú...- balbuceó Paul, haciendo reír al chico frente a él -¡George!- exclamó finalmente, abalanzandose sobre el menor, dándole un fuerte abrazo.

-¡Qué alegría verte, Paulie!- dijo apretando más el cuerpo del pelinegro.

-George, ¡George!- la voz de McCartney se quebró, lo que preocupó demasiado a Harrison, quién rápidamente quiso ver el rostro de su amigo, pero éste último se negaba a alejarse.

-¿Paul, qué pasa? ¿Qué tienes?- preguntaba una y otra vez, intentando ver el rostro de Paul, el cuál ya estaba rojo y empapado a causa del llanto.

* * * * * *

-Así que estás viviendo con Ringo. ¿No has ido a ver a tu padre?

Habían entrado a la sala y se sentaron en el gran sillón familiar de cuero, Harrison ya no traía la bolsa con verduras, puesto que fue a dejarla a casa, entregándolas a su madre.

-...No, no me siento preparado para enfrentarlo.- guardó silencio unos momentos para retomar la palabra -¿Y hace cuánto que estás en Liverpool?

-Bueno... después de tener un problema con el "jefe", fui deportado por ser menor de edad, ocurrió algunos días después de que te fuiste.

-¡Vaya! ¿Y qué ocurrió con Pete, Stuart y...- se silenció a sí mismo, mordiéndose la lengua a propósito para evitar decir ese nombre.

-Pete llegó algunos días después de mí y en cuanto a Stu y John... ellos no han regresado y al parecer ni han pensado en volver.

-Ah... entiendo.- Paul adornó su rostro con una sonrisa amarga.

George miró por un par de segundos a su amigo, se le notaba la desilusión a kilómetros, pero no quería que McCartney se angustiase aún más.

-Y... ¿Cómo fue que terminaste aquí con Ringo? Supongo te lo encontraste en Hamburgo, nosotros nos encontramos con él.

-Bueno, más bien él me encontró.- dijo algo nervioso.

-¿Cómo es eso?

-Yo... Um.- carraspeó, aclarando su garganta e intentando que con esto su voz no flaqueara.

-¿Ocurrió algo malo?- Paul asintió rápidamente -Cuéntame.- ordenó serio.

-Yo... fui violado en uno de los callejones de Hamburgo.

-¿Qué?- la mirada de George lentamente se dirigió al piso, perdiéndose ahí -¿Q... quién lo hizo?- preguntó volviendo a mirar al de ojos hazel.

-Un hombre borracho, nunca lo había visto... ya no importa, Ringo me salvó.

-Paul, ¿por qué no nos buscaste?

-No podía hacerlo, Geo... No quise molestarlos, porque supuse estarían mejor así.- Paul agachó la mirada, dejando caer las lágrimas sobre su regazo.

-Paul...- el de ojos color chocolate abrazó al mayor, meciendolo para calmar su llanto.

-¡Ya llegué!- Ringo apareció en la entrada de la sala, sorprendiéndose por la escena frente a él y borrando su sonrisa -...¿Qué pasó?

-Ringo, gracias.- fue lo único que dijo Harrison; el ojiazul seguía sin entender, pero prefirió solo corresponder la cálida sonrisa del menor.

Ya le preguntaría después.

Después de que Paul se calmara, entre todos prepararon el almuerzo, George decidió quedarse a comer con ellos, así que llamó a su madre para así avisarle y que ésta no se preocupara.

-Un puré de papas no estaría mal.- dijo Ringo mientras tomaba la bolsa con patatas que estaba aún en la sala para luego llevarla a la cocina.

-Yo pelaré las papas.-Paul se levantó y le quitó la bolsa al ojiazul, tomó un pelador de papas y se sentó para comenzar a pelar.
Estuvieron gran parte del día riendo, aunque de igual manera avanzaban con la comida; terminaron y comieron, ya satisfechos volvieron a hablar de trivialidades, pero Paul lentamente se levantó de su lugar y fue al lava platos para lavar lo que había utilizado.

-Necesito dormir, así que estaré arriba por si me necesitan.- Ringo y George asintieron.

McCartney subió las escaleras con rapidez, aún cuándo el sueño se apoderaba de su cuerpo rápidamente.

• • • • • •

-¿Qué fue lo que te dijo Paul?- preguntó Ringo después de algunos segundos de que una puerta en la planta alta fuese cerrada.

-Me dijo que fue violado... y que tú lo salvaste.- dijo mirando los ojos azules de su amigo -Gracias.

Richard apretó los labios y miró sus manos-. Pasó por muchas cosas malas...

-No habló mucho de ello.

-Y no lo culpo, debe ser difícil recordarlo.- Harrison asintió.

-Paul aún ama a Lennon...- sonrió de forma amarga -Me sorprende cuánto a durado y soportado su amor.

-Tienes razón...

-¿Crees que llegue a ser feliz con él?- preguntó, impaciente por la respuesta de su amigo, aún pareciendo calmado.

-Estoy seguro de que si.

En ese momento se escucharon tres golpes suaves en la puerta principal, de hecho fueron tan suaves que pudieron no escucharlos, dejando a ambos chicos mudos, mirándose extrañados.

-¿Esperabas a alguien?- Starkey negó.

George y el ojiazul se levantaron de sus lugares y caminaron hasta la puerta principal, fue Ringo quién abrió.

-Toc-Toc.- dijo esa persona.