Capítulo 24

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《La Banda》

Paul despertó gracias al típico ruido ambiental que hacían los autos al comenzar el día, sin embargo, el pelinegro no abrió los ojos pues quería continuar durmiendo por lo menos un rato más. Pasó su brazo por sobre la frazada y abrazó algo, lo estrujó con fuerza mientras se acurrucaba. Un brazo pasó por su cabellera negra y la acarició, entonces Paul decidió abrir los ojos con lentitud, encontrándose con el pecho de John frente a él.

-Buenos días.- dijo con voz suave, soltando un suspiro.

-Buenas tardes, dirás.- rió el mayor.

-¿Eh? ¿Qué hora es?

-Um.- John miró su reloj de muñeca -12:58

-Qué tarde.

-Eso no importa ahora.- se acercó al rostro del menor y le dió un beso en los labios, uno corto y fugaz que hizo sonreír a Paul.

Se dieron unos cuantos besos más, riendo y haciéndose cosquillas, pero entonces un ruido les hizo detenerse.

-Será mejor que bajemos.- dijo despreocupado el menor, suponiendo que Ringo ya se había levantado y por causa de la resaca ya estaba chocando con todo.

-¿Es necesario?- preguntó arropandose con la frazada y colocando una almohada sobre su rostro.

-Lo es, amor.

John soltó una risita-. Repitelo.- dijo en tono juguetón.

-¿Repetir qué?

-Me dijiste amor.

-¿Y te gusta?

-Me encanta.

Paul sonrió y se levantó.

-Vamos, debemos comer algo.- dijo animando al pelicastaño, dándole pequeños golpecitos en la pierna.
Finalmente, salieron de la habitación, vestidos y sin poder evitar esbozar esas sonrisas estúpidas.

Ya estando en la planta baja, fueron a la cocina. Paul abrió los ojos como platos y John solo silbó; George tenía a Ringo contra la mesa, le besaba el cuello y lo lamía o así era hasta que el silbido de Lennon los alertó de que no estaban solos.

-¿Qué diablos...?- murmuró McCartney.

Harrison se separó del ojiazul lo más rápido posible.

-Al parecer no querían que nos quedáramos con la cocina porque ustedes querían estrenarla.- se burló John, adentrándose a la cocina, arrastrando a Paul consigo para luego tomar asiento.

-No es lo que piensan.- dijo Ringo con rapidez.

-Si, claro.- habló al fin Paul, sonriendo al ver a sus amigos en aquella situación tan vergonzosa.

Quién diría que el ojiazul y el cejón habían estado más cerca de tener sexo que él y John, aquello le hizo al pelinegro dirigir su mirada hacia Lennon, quién estaba más ocupado molestando a la pareja frente a ellos. Paul en ese momento se preguntó si sería capaz de poder estar con John de forma sexual, el pesarlo le producía escalofríos; tenía la idea de que tal vez todo saldría cómo con Ludwig y se negaría a tener sexo, aquello le asustaba. ¿Y si John se aburría de él por ello?

John sabía de la violación, se lo contó de forma fugaz pues no quería recordarlo ni por si acaso y mucho menos profundizar el tema, pero aún así la duda lo invadía. ¿Sería diferente con John?

Un beso en su mejilla le hizo salir de sus pensamientos, John lo miraba con cara de idiota... Paul pensó en que esa debía ser su cara en esos momentos y que así había sido desde que se enamoró del pelicastaño.

* * * * * *

-He estado pensando...- habló John, captando la atención del pelinegro a su lado, que había estado jugando con un avión de papel hecho por él mismo, con un papel en el que había escrito algunos versos para una canción en la que trabajaban.

-¿En qué?

-¿Qué te parece si volvemos a ser The Beatles?- preguntó junto a una sonrisa curiosa.

-¿Hablas de volver a formar una banda?

-Si, aunque tendrá el mismo nombre. Me gustó demasiado cómo para pensar en otro.

-Yo creo que eres muy flojo cómo para pensar en otro.- rió Paul.

-¿Eso crees?- preguntó encarnando una ceja, pero sin dejar de sonreír.

-Sin duda.- respondió divertido.

-¡Ya verás!- exclamó para luego abalanzarse al cuerpo del menor y comenzar a hacerle cosquillas, provocando que McCartney soltara carcajadas fuertes que intentaba ahogar con sus manos, las cuáles eran apartadas por John.

-¡John, para!- exclamaba entre risas, tirando la cabeza hacia atrás.

-No lo haré.- acercó su boca al cuello descubierto del menor, en dónde plantó un beso y luego varios más.

-John...- las cosquillas cesaron, ahora los pequeños besos que daba John al pelinegro eran los protagonistas -John... para.- suspiró Paul, sintiendo el placer que aquellos besos húmedos le daban, pero entonces recordó la violación, sus gritos, el dolor y alejó de un empujón al pelicastaño, sin decir nada para luego esconder su rostro entre sus manos -No puedo, John... no puedo. Yo... perdón.-Paul había comenzado a llorar.

John, dándose cuenta de lo que había hecho, rápidamente abrazó a Paul para calmarlo.

-No fue tu culpa cariño... yo... yo lo olvidé. Perdóname.- dijo contra la cabellera negra y suave de su amado. Pasaron unos minutos abrazados en los que Paul se logró calmar, entonces John se alejó lentamente para ver el rostro algo rojo del de mirada color hazel.
-¿Estás mejor?- preguntó con voz suave, haciendo chocar su frente con la ajena.

-Si.- asintió junto a una pequeña sonrisa.

-¿Entonces?

-¿Entonces qué?- cuestionó confundido.

-¿Quieres formar una banda conmigo?- Paul reprimió una risa. John lo había dicho cómo si le hubiese propuesto armar una familia.

-Claro que si, John love.

-Oh, mi Paulie.- el pelicastaño comenzó a besar el rostro de McCartney, haciéndolo reír.

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⏰ Última actualización: Mar 18, 2017 ⏰

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