《Ojos azules》
Unas orbes azules se fijaron en el pelinegro sentado junto a un vaso lleno de cerveza, mirando una fotografía descuidada, llena de arrugas, pero la imagen continuaba clara. Con lentitud caminó hacia el chico y se sentó en la silla que estaba a su costado izquierdo.
-Hola.- Paul subió la mirada al instante, encontrándose con aquellos ojos azules, más oscuros que los de Ringo.
-Hola.- dijo guardando la fotografía en el bolsillo del que hace unos minutos había salido volando.
-¿Es tu novio?- el menor negó, tomando el vaso con cerveza y llevándolo a sus labios -Dudo que sea tu hermano, es muy diferente a ti.
-No lo es...- respondió con tono amargo para después dar un sorbo a su bebida.
-¿Cuál es tu nombre?
-Paul. ¿Y el tuyo?
-Ludwig.- en ese momento, recién en ese momento, Paul se fijó en el chico; solo había estado mirando sus ojos, ignorando las facciones de su rostro, su cabello y cuerpo.
Ludwig era notablemente alemán, pero hablaba inglés... además de sus ojos, también tenía un llamativo rostro, parecía modelo, de verdad; también tenía el cabello rubio y claro, labios finos y algunas pecas en su rostro.-Es un gusto, Ludwig.- el mencionado sonrió y McCartney volvió a posar su vista en el vaso con su cerveza.
-¿Vienes mucho por aquí? Es la primera vez que vengo y lamento no haber podido venir antes.
El pelinegro no pudo evitar alzar una ceja, sonriendo divertido. ¿Ese chico le estaba coqueteando?
-Es la primera vez que vengo aquí.- contestó mirándolo nuevamente -Solo vine a acompañar a mi amigo, el baterista.
Ludwig miró al baterista que estaba en el escenario en esos momentos.
-¿Entonces no tienes novio?
-No.
-¿Te gustaría salir?- el de mirada color hazel rió, mostrando su blanca y adorable dentadura al chico de algunos años mayor.
-No creo que sea posible.
-¿Y eso por- las palabras del alemán fueron interrumpidas.
-¡Paul!- Ringo se sentó al costado derecho del menor, algo sudado por el calor acumulado en el local.
-¡Tocaron genial!
-Gracias, ¿quién es él?- preguntó mirando fijamente al rubio a un lado de su amigo.
-¿Ringo, cierto? Soy Ludwig, tu reemplazo.
-¿Mi reemplazo? Ah, tú eres el chico que viene desde Berlín.- el ojiazul más alto asintió.
-¿También tocas la batería?- pregunta Paul, dirigiendo su mirada a Lud.
-Así es, pero claro, no debutaré hasta que Ringo tenga que irse.
-Qué lástima.
-¿Por qué?
-Porque se irá dentro de dos días.
-¿Y...?
-Qué yo me iré con él, galán.- finalizó junto a una sonrisa ladina.
* * * * * *
-¡Tiene que ser un mal chiste!- exclamó Ringo al aire, con el ceño fruncido y un mohín bastante infantil.
-¿Pero por qué no solo hacen su acto con Ludwig?- cuestionó Paul a los demás chicos de la banda.
-Solo serán cinco días más, Ringo... no podemos integrar a Lud todavía, ¿qué tal si el jefe no lo acepta? Además su batería aún no llega de Berlín.
-¡Le daré la mía! ¡Solo déjenme volver a mi adorada peluquería!
-¡No Ringo! Mira, además debemos esperar el dinero, no te pagarán si no haces los cuatro días restantes y no podemos viajar sin dinero...- dijo el pelinegro, intentando calmar a su amigo.
El jefe del local en el que tocaban había demorado el día de paga, cambiándolo a dentro de cinco días, además había dicho que no aceptaría a la banda si no escuchaba a Ludwig tocar antes.-Quiero irme, Paul...
-Lo sé, pero no podemos irnos aún. Ten paciencia, yo también quiero irme.- Ringo asintió, su actitud era muy parecida a la de un niño pequeño, enojado por no poder obtener lo que tanto desea.
-Bien... seguiré tocando hasta que nos paguen y no cambiaré de opinión.- advirtió decidido.
Todos los demás asintieron, sonrientes y después se fueron a sus respectivas habitaciones; Ringo y Paul compartían la suya.
-¿Aún estás enojado?- preguntó Paul después de un largo rato en silencio, mirando el cómo el ojiazul se levantaba de su silla para ir a su cama y sentarse en ella.
-Si, lo estoy...- suspiró, quitándose los zapatos -Oye Paulie.
-¿Mh?
-¿Qué harás al llegar a Liverpool?
Paul no supo qué decir, porque realmente no sabía qué hacer al llegar allí, no quería ir a ver a su padre y que éste viese su fracaso, no podía ir a casa de George, puesto que éste seguía en Hamburgo y no tenía a nadie más.
-...No lo sé.
-Tú... ¿quieres vivir conmigo por un tiempo?- habló algo tímido el pelicastaño.
-¿Hablas en serio?- el mayor asintió.
-Es que... cómo te la pasabas ahí y George también, ahora me incomoda bastante estar solo en casa.- Paul sonrió de oreja a oreja y feliz de tener un amigo cómo Richard, se levantó de su lugar y abrazó con mucha fuerza el cuerpo del más bajo, quitándole todo el aire de los pulmones.
-¡Mi narizón favorito!
-¡No puedo respirar!
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Hasta no poder más [McLennon]
Fanfiction¿Cuánto estarías dispuesto a soportar por la persona que amas? Paul se ha obsesionado con un chico que canta en las calles, sin embargo por un descuido, éste chico lo soborna para formar una banda, lo que llevará a Paul a sufrir por el amor no corre...