《Decisiones》
Daban las seis de la mañana, Paul caminaba algo torpe y lentamente por las calles, ya que aún estaba presente el alcohol en su sangre. Había salido de la casa de Ringo, sin avisar a ninguno de sus amigos, solo dejando una nota con letra desprolija en la nevera que esperaba vieran antes de preocuparse.
Ya había llegado a casa de los McCartney; por su mente pasó que posiblemente su padre ya estaría despierto y Mike aún luchando por levantarse.
Introdujo la llave en el cerrojo y abrió la puerta, ésta se arrastró hasta abrirse totalmente, dejando ver el interior de la casa, la escalera, puertas, el florero de su madre con flores marchitas y los cuadros con fotografías. El pelinegro se adentró en la casa, no había ruido, voces, ni olores que le dijeran que Jim o Mike estaban despiertos.Subió con dificultad las escaleras, tropezando de vez en cuándo; al llegar al último escalón arrastró los pies hasta finalmente llegar a su habitación, en dónde se abalanzó contra la cama para hundirse lentamente en el colchón y las sábanas limpias. Se volteó quedando con la espalda sobre la cama, mirando su habitación con sumo cuidado: la puerta había quedado abierta, todo lo demás estaba intacto, incluso las cajas que contenían las colillas de cigarro y la goma de mascar usada de Lennon, el diario escondido entre sus otros tantos libros pasando totalmente desapercibido, también estaba el grueso álbum de fotos dedicado solo a John, el cuál había comenzado antes de ser descubierto por el castaño.
Lentamente cerró los ojos.
Al abrirlos, sintió cómo si hubiese dormido diez horas, aunque en realidad fueron dos.
Bajó lentamente los escalones, sin saltarse ninguno. Al llegar a la sala, se encontró con Jim, quién leía el periódico.-Paul.- llamó el mayor, evitando que el mencionado llegara a la cocina.
-¿Qué pasa padre?- preguntó al momento de voltearse.
-Últimamente no te he visto mucho por aquí, también me he enterado de que tus notas están bajando.- Paul miró el piso -Solo quiero que te centres más en tus estudios... y si llega el caso de que no seguirás con ellos, quiero que tengas un buen trabajo, uno estable... deja esa banda que no te está haciendo bien.
El menor miró a su padre a los ojos, sabiendo que éste hablaba en serio. Jim no era de andar con rodeos, por lo que todas sus palabras cayeron cómo balde de agua fría sobre la cabeza y hombros de su hijo.
-Piensa en lo que te he dicho, Paul.
Asintió-. Si...
* * * * * *
Cierto pelinegro marcaba con semblante triste el número de Lennon; Paul sentía que debía decirle lo ocurrido con su padre y así quizás todo sería más claro para él mismo. Ya lo había estado pensando durante toda la tarde, no había salido de casa por tener la cabeza ocupada con aquel tema, por un lado había pensado en que su padre tenía razón y necesitaba un trabajo estable, mejorar sus calificaciones y dejar de tener a la banda por sobre esas cosas, pero por otro lado pensaba en su sueño, Paul desde pequeño había querido dedicarse a la música y ésto se intensificó con la muerte de su madre, quién siempre le decía que siguiera sus sueños, y también estaba John... ésta decisión lo alejaría o lo mantendría cerca, dependiendo de lo que McCartney decidiera.
-¿Aló?- se escuchó desde el otro lado de línea, era John.
-John...- se aclaró la garganta -Hoy hablé con mi padre, más bien, él habló conmigo.
-¿Y qué te dijo?- John ya presentía lo que Paul le diría.
-Que necesito concentrarme en mis estudios o conseguir un trabajo estable...
-¿Y bien?- aquello sorprendió al menor.
-¿Y bien... qué?
-¿Qué elegirás? ¿La banda o un trabajo estable? ¿A mí o a tu padre? - aquellas últimas palabras dejaron al corazón del pelinegro saltando cómo loco -Nos vamos mañana a Hamburgo, por eso necesito tu respuesta ahora.
Paul apretó los labios, intentando tomar la decisión correcta.
-¿A... a qué hora mañana?
-Seis de la mañana.
Hubo un largo lapso de silencio, lleno de suspenso tanto cómo para John cómo para Paul.
-Yo...- tragó espeso -Elijo a la banda... te elijo a ti.
John esbozó una sonrisa que McCartney no pudo ver.
-Pasaremos por ti, empaca lo necesario.
-Si.- el pelinegro colgó; no se sentía arrepentido de su decisión, por lo menos no por el momento.
Paul corrió escaleras arriba, entró a su cuarto y tomó una maleta escondida en lo profundo de su armario, comenzó a empacar, al cerrar la maleta, volteó a ver su guitarra apoyada en la pared.* * * * * *
El sonido de un claxon hizo a Paul subir la mirada; ansioso y con rapidez se llevó su guitarra a la espalda y tomó con fuerza la maleta, estaba bien abrigado y completamente listo para partir, de hecho no había podido dormir a causa de la emoción de partir.
Salió de su cuarto con la velocidad de un cohete, pero ni eso evitó que se encontrara con su padre al inicio de las escaleras.-¿Paul? ¿Qué ocurre allá fuera?- preguntó el mayor, refiriéndose al claxon que no paraba de sonar.
-Padre yo...- respiró hondo -He tomado mi decisión y escojo seguir con la música, no dejaré a la banda.
Jim miraba a su hijo sin expresión alguna, provocando que este comenzara a ponerse aún más nervioso que antes, el silencio que había entre ellos dos era sepulcral.
-Entonces... te deseo suerte, hijo.
Paul no podía dar crédito a esas palabras. ¿Jim lo había aceptado? ¿Realmente lo había aceptado?
El menor dejó caer su maleta y abrazó con fuerza a su padre.
-No te decepcionaré, lo prometo.- rompió con el abrazo y volvió a tomar la maleta para luego ir escaleras abajo, abrir la puerta y encontrarse con todos los chicos metidos en un auto negro.
-¡Vamos, Macca!- llamó John.
Si, definitivamente no se sentía arrepentido.
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Hasta no poder más [McLennon]
Fanfiction¿Cuánto estarías dispuesto a soportar por la persona que amas? Paul se ha obsesionado con un chico que canta en las calles, sin embargo por un descuido, éste chico lo soborna para formar una banda, lo que llevará a Paul a sufrir por el amor no corre...