Capitulo 35 "Bebés y miedo"

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—No está a discusión Anastasia, no quiero más hijos, con Ted estamos bien

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—No está a discusión Anastasia, no quiero más hijos, con Ted estamos bien. — La expresión en su rostro no logro conocerla, tiene un poco de confusión, pero enojo principalmente.

—Pero Christian....!

—Pero nada! Y fin del tema.

Se levanta de la cama y se dirige al baño, al poco tiempo escucho el agua correr, ha tomado un baño.

Bien hecho Anastasia, arruinaste todo y debiste esperar, ahora solo te has quedado con las ganas. Me pongo los ojos en blanco a mí misma por tal estupidez.

****

La luz que entra por la ventana hace que poco a poco despierte, no sé como pero me he quedado dormida. Abro los ojos de a poco, moviéndome y acomodándome en la cama esperando encontrar a Christian, pero para mi sorpresa no está. ¿Segura molesto por lo que le dije ayer?

Veo la hora en mi teléfono que entre tanto buscarlo resulto estar bajo mi almohada, marca las 7:30 am, desperté más temprano de lo usual, por lo general Teddy despierta alrededor las nueve de la mañana por suerte ya duerme durante toda la noche, a excepción de algunas noches.

Aun asi me levanto y voy a su habitación para asegurarme de que este bien y de que aun duerme.

Abro la puerta y me dirijo a su cuna y no está ahí, puede que Gail este con él, que Ted despertó antes y ella lo atendió, es en lo primero en lo que pienso.

Voy directo a la cocina y lo que veo es a Christian quien está dándole una papilla a Teddy, lo tiene sentado en su silla de comer y sorprendentemente Teddy abre la boca gustoso en casa bocado.

—Suelo batallar para que coma esa papilla...— digo desde la puerta de la cocina.

—Parece gustarle...— me responde.

—Ya veo,,,

Sin saber de qué tema hablar, el solo sigue dándole su comida a Teddy.

—¿Ya desayunaste? — pregunto.

—No

—¿Qué te gustaría?

—Lo que a ti te guste está bien para mí.

Me acerco al refrigerador y al abrirlo veo fresas, jugo de naranja, huevos, leche y todo lo esencial.

Se me ocurre preparar unas tostadas francesas con fresas y jugo de naranja.

Termino de preparar todo y sirvo los desayunos, coloco el de Christian frente a él, y el mío lo coloco frente a ellos.

Sé que no es algo lógico y que no debería sacar el tema de nuevo, pero no voy a darme por vencida tan fácil.

—¿Por qué no quieres otro hijo Christian?

—Ese tema ya lo discutimos Ana...

—No lo hemos discutido, tu solo te cerraste a la posibilidad y dijiste que no, quiero saber cuál es tu razón de decir no.

Teddy: Mi bebé Grey Parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora