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Cuando me di cuenta Daria me estaba mirando fijamente y entonces dijo:

- Se que puede parecer un poco impactante... pero a mi... me gustan estas cosas, esto no se lo puedes decir a nadie.

- Sí, te prometo que no diré nada.-Sonreí y cuando le fui a dar un beso me rechazo.

Entonces Daria me empezó a explicar todo lo que ella le gustaba hacer y que siempre le gustaba dominar.

Ya lo entendía todo, aunque me parecía bastante extraño, pero las cosas que hacía eran mágicas.

Después de estar hablando un rato sobre el tema, me cogió de la mano y con unas cadenas me colgó las manos del techo y empezó a quitarme la ropa lentamente:

- ¿Estas lista?-dijo con voz sensual.

-Sí .-dije decidida, aunque en mis adentros tenía un poco de miedo a la vez que curiosidad.

Fue caminando hasta un armario y lo abrió, cogió una especie de palo con plumas al final y se fue acercando.
Lo pasó lentamente por todo mi cuerpo, se sentía muy bien, de vez en cuando me salían pequeños gemidos.

-¿Quieres disfrutarlo más? -me preguntó con una mirada pícara.

-Si... -dije un poco tímida.

De su bolsillo saco una especie de cinta y empezó a taparme los ojos, de repente sentí otra vez las plumas, subían y bajaban por todo mi cuerpo, entonces deje de sentirlas por un momento y sentí algo frío, me dio un escalofrío y pregunte:

- ¿Qué es eso?

- Un hielo, ahora mismo esta en estado de fusión con tu cuerpo, ya que estas muy caliente y se esta derritiendo.

Ya se había puesto en modo profesora de física y química. Que hablara de ese modo me ponía cachonda.

Al terminar de pasarme el cubito de hielo por todo el cuerpo empezó a masajearme los pechos, y a besarme lentamente.
Luego noté como poco a poco me quitaba la venda, esta vez llevaba una especie de palo, con tiras de cuero en el extremos, y empezó a azotarme suavemente en el culo.

Acabamos con los juegos y me lo había pasado bastante bien, aunque ya era hora de volver a mi casa y estudiar, hacer deberes y todo eso que tanto aburre...

Profe, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora