Hola, mi nombre es Sandra, voy al instituto y solo podría daros un consejo. Tened cuidado si os enamoráis de una profesora. En mi caso, me enamoré de mi profesora de física y química y esos juegos fueron a más causando grabes consecuencias.
Primer l...
Al fin verano... No hay clases, Cristina ha desaparecido, Germán está muerto, Carmen está muerta. Todo perfecto.
Estaba muy feliz junto a Daria, quedaba casi todos los días con ella, a la playa, a comer y más cosas. Aún no se lo había dicho a mis padres, pero ya habría tiempo, no se qué pensarían al respecto, pero esa idea me aterraba un poco.
Todo había salido genial, y yo que pensaba que mi vida acabaría como un infierno, pero había válido la pena todo, ahora podía estar junto a mi Daria.
- ¿En qué piensas?
- Nada Irene, todo parece irreal.
- Bueno, por todo lo que me has contado... Sí, todo esto parece de película. Al menos estás con alguien a quién amas.
- Sí... - dije en un suspiro.
Realmente quería muchísimo a Daria, pero aún no habíamos hablado acerca de nuestra relación, creo que en la cena que tenía con ella esta noche sería el momento de decírselo, pedirle al fin que fuésemos novias.
P.O.VDaria
Que bien sentaba el verano, no había que madrugar y podía quedar con Helena cuando quería. Esta noche iba a quedar a cenar con ella, aunque en verdad tenía otra cosa planeada. La cena sería muy repetitiva en cuanto a las últimas semanas que había quedado con ella.
Para comer no me compliqué mucho la vida. Pedí una pizza para que me trajesen a casa.
Al terminar de comer miré mi móvil y vi que tenía un mensaje de alguien que no esperaba.
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Era mi mejor amigo Juan Carlos. Hacía mucho tiempo que no lo veía ni hablaba con el. Desde que se fue a Alemania a estudiar.
Tendría que quedar con el sin duda, le echaba mucho de menos. Tenía que contarle muchas cosas y el a mi también.
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Estaba sentada en el sofá cuando sonó el timbre. Fui hacia la puerta y me encontré a Helena, estaba muy emocionada por la noche que teníamos por delante.
Le di un beso apasionado que me recordó a ese primer beso en mi despacho. Como pasaba el tiempo...
-Hola Daría. -dijo con una preciosa sonrisa.
-Hola Helena. -le devolví la sonrisa.
Helenallevaba un vestido rojo como la sangre, muy pegado a su cuerpo, resaltando todas sus curvas. Me ponía mucho, pero hoy tenía preparado algo especial que no olvidaría en la vida. Helena se acercó a mi con mucha sensualidad y empezó a besarme el cuello, me daban ganas de follármela ahí mismo, pero sería mejor esperar a la sorpresa.
