Pilladas infraganti

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Hoy era sábado, mis padres y mi hermana Pepa iban a salir, yo no tenía planes, solo se me ocurría hacer deberes y estudiar.

De repente recibí un mensaje.

Que bien, Daria y yo, solas en mi casa, haciendo cosas con las que por fin después de mucho tiempo podría disfrutar

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Que bien, Daria y yo, solas en mi casa, haciendo cosas con las que por fin después de mucho tiempo podría disfrutar.

Me fui a cambiarme, quería estar guapa para mi querida Daria, me solté el pelo y me maquillé un poco. Me puse un vestido muy sexy y provocativo de color negro, la ropa interior era roja de lencería.

Me pinté los labios con un rojo muy intenso del Mercadona. Me puse la colonia más sensual que tenia, una de Dolce Gabbana.

Aprovechando que Daria se estaba retrasando un poco hice unos chuletones a la plancha que había comprado en el Bonarea.

Por fin tocó el timbre, abrí la puerta, estaba esperando este momento con ansias, iba con un vestido ceñido de color verde esmeralda, al rodearle con mis brazos para besarle apasionadamente me di cuenta que llevaba la espalda descubierta.

-Pasa, por favor.-le dije con voz sensual.

Me regaló una sonrisa, se sentó en la mesa y comenzamos a cenar, la velada iba muy bien pero necesitaba juntar nuestros cuerpos y comenzar a follar como locas.

Cuando acabamos de cenar nos recostamos en el sofá a mirar una película, estaban poniendo en la tele 50 sombras de Grey. Claro, entre escena y escena tuvo que pasar lo que tenía que pasar. Comenzamos a besarnos salvajemente, notaba como la temperatura iba aumentando a medida que nos besábamos, como me pone esta mujer.

Daria me cogió del culo y me puso sobre su regazo. Empecé a hacer movimientos repetitivos contra sus piernas que hacían que mi vagina sintiera placer, mientras que Daria comenzó a desabrocharme el vestido lentamente hasta que acabó por quitármelo, quedó sorprendida al ver la lencería que me había puesto, podía ver en sus ojos que estaba muy excitada.

Los besos se intensificaban al igual que su instinto dominador, de repente en un movimiento brusco me cogió y me reposó en la encimera de la cocina. Separó mis piernas y comenzó a lamer y a escupirme en el coño mientras me cogía del culo y me atraía hacia su boca. Después de estar así 20 minutos me giró y me empezó a escupir y a comer el culo,cuando acabó de comerlo me empezó a meter el dedo indice. Lo estaba gozando demasiado,era una sensación única.

Al acabar con mi culo me cogió la cabeza,me escupió en la boca,me chupó los pezones y me dijo que hiciese el mismo proceso pero con ella. Así que le desnudé y le empecé a comer en culo salvajemente. No podía parar de hacerlo,pero como ella era la que dominaba se giró para que le comiese el coño y le metiese la lengua hasta el fondo.

En ese momento escuché el ruido que hace una puerta cuando se abre,pero estaba tan excitada que pensé que era el vecino,así que no le hice caso.

-Sandra, ¿has visto mi...? -mierda, mierda, mierda.

Allí estaba mi hermana Pepa, mirándonos boquiabierta, la había cagado pero que muy bien. Aparte de los rumores ahora y hermana Pepa me pediría explicaciones.

Mi hermana al ver todo aquello salió corriendo. Ya todo iba a ir a peor, tenia que hablar seriamente con Pepa para que no dijese nada a nadie, sobre todo tenia que impedir que se lo contase a nuestros padres...




Profe, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora