Los preparativos

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P.O.V Helena

- Pepa, tenemos que hablar...

Allí estaba mi hermana, la traidora.

- Cuando coño pensabas decirme que me espías a Daria y a mi, no eres nadie para meterte en mi vida amorosa, y menos con tus putas amigas, porque seguro que estabas con ellas en ese momento.- se lo solté todo a la cara sin remordimientos.

Se quedó callada, observándome.

- Si, ¿no?.- odiaba cuando decía eso.

La miraba cabreada.

- Es que yo flipo de verdad, no lo entiendo, ¡es que no lo entiendo!, primero, soy tu hermana, me preocupo por ti, ¿tu eres subnormal?, Esa gente no te conviene, Daria es gilipollas, tú eres gilipollas por dejarte llevar por ella.- me dijo con los ojos cristalinos.

Solo reí irónica dejando caer algunas lágrimas.

Se metió en la habitación y de repente volvió lanzándome un tarjeta a la cara, la cual reconocí al instante.

- Me sueltas toda esta mierda como si yo tuviese la culpa, pero ¿y nuestra confianza qué? ¿Cuándo cojones me ibas a contar eso? ¿Qué significa esa tarjeta Helena, me lo puedes explicar?-Dijo llorando.

- Hablas sin pensar, es solo de una amiga, no se porque rebuscas en mis bolsillos, ¿no tienes suficiente espiandome?

Estaba muy cabreada, salí corriendo de casa llorando, dando un portazo.
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No había vuelto a hablar con mi hermana, no le miraba ni a la cara, ahora mismo no quería pensar en nuestra discusión.

Faltaba un día para irme a la excursión de Texas, tenía que hacer la maleta e ir a recoger mi pasaporte.

Que ganas tenía de ir, tenía un presentimiento de que él viaje sería inolvidable.

Hice la maleta en la que metí varios bañadores, ya que había piscina cubierta en el hotel, algunas camisetas de manga corta, una sudadera por si refrescarse algún día y unas cuantas cosas más.

Estaba de camino a la oficina de policía con mi madre, simplemente entramos por la puerta que nos indicó uno de los guardias y nos sentamos esperando a que me llamasen.

- Bueno, ¿qué tal las notas Helena?-preguntó mi madre, a veces odiaba que me preguntase eso porque no es que se me diese muy bien el instituto.

- Bastante bien.-dije sonriendo falsamente.

Entonces escuché por la megafonía mi nombre y nos dirigimos a donde estaba una chica (bastante guapa la verdad) concentrada en su pantalla, tenía los ojos de color marrón caramelo y su pelo era negro.

- Muy buenas señorita Helena, ya tenemos listo su pasaporte y lo papeles para salir del país, solo necesitamos la firma de su madre.-dijo mirando a madre con una sonrisa.

Mi madre firmó y nos dio todo, seguidamente nos dirigimos al coche para llegar a mi casa, por el camino me llegó un mensaje de... Paula, no se que querría ahora... Estaba bastante avergonzada por como me tuvo que ver la otra vez y en qué situación.

Hasta que no llegué a casa no decidí responderle.

No me apetecía verla, pero también me apetecía salir un poco

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No me apetecía verla, pero también me apetecía salir un poco.

Me arreglé y salí camino a dónde me había indicado.

Cuando llegué allí estaba ella, sería, con su mirada de psicópata mirando a la nada. A veces me pregunto por que me da la sensación de que es una psicópata realmente, solo sé que tenía esa mirada, pero no sabía el motivo.

Me hizo un gesto con la mano y así lo hice, nos dirigimos allí a la entrada, al ver el casino desde fuera sentí como si hubiese estado allí antes, como si algún recuerdo en mi mente intentase reproducirse, simplemente será un déjà-vu.

El portero al observar a Paula se tensó y nos dejó entrar.

No entendía muy bien el echo de que nos dejaran entrar ya que éramos menores, se lo preguntaré a Paula más tarde.

Sentía una sensación muy familiar desde que había entrado, no se porque, a veces pienso por qué me pasa eso al mirar a ciertas personas, mirar ciertos objetos o incluso entrar en varios lugares.

Nos sentamos en una mesa, y entonces hablé.

- ¿Cómo es que te han dejado entrar?

- A ver, te voy a ser sincera...

- Oh, vaya... Tu siendo sincera, que extraño.

- Sé que cuando éramos más cercanas hice las cosas mal, y no quiero ocultarte más cosas. Quiero que comencemos sin mentiras.

P.O.V Paula

Quería contarle toda la verdad, pero no podía, cada vez que la miraba recordaba cada una de las cosas que vivimos en el pasado, aunque solo yo supiese de aquello...

Ahora mismo solo pensaba en follármela encima de esta mesa, meterle los dedos rápidamente, hacerla llegar al orgasmo, hacerla mía.

- A ver... Como habrás deducido, tomé el control de la mafia de Amparo, entonces decidí construir este local, en el cuál hacemos varias transacciones...

Ella asentía, atenta a mi explicación, cada vez me daban más ganas de hacerle el amor, pero me tenía que controlar.

Seguimos hablando unas horas más hasta que Helena decidió irse, solo se despidió con dos besos pero ese contacto me valió para sentirla un poco más cerca.

No podía con toda la presión, decidí emborracharme en el casino hasta las 12.

Cuando salí vi a una persona, la cuál creía que era una imaginación del alcohol, pero cuando habló supe que no lo era.

- Se que has estado hablando con Helena, espero que no le hayas contado nada, si no romperías tu promesa... -Dijo Daria.

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¡Hola chic@s! En este capítulo salen fragmentos de mi otra novela llamada Psicópata Sexual, no hace falta leerla para entenderla pero si queréis saber la historia del pasado de Paula y Helena os recomiendo leerla.

Os informo que subo cada viernes guapis, espero que os haya gustado el capitulo.

Profe, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora