P.O.V Paula
Abrí los ojos de repente, mire a todos lados, todo me daba vueltas, me dolía todo el cuerpo. Me toqué la cabeza y noté algo húmedo, al mirarme la mano vi sangre.
Me levanté poco a poco y en cuanto vi su coche me entraron unas inmensas ganas de pegarle un tiro, pero en cuanto un dolor en la pierna y en la barriga empezó a aparecer, supe que saldría perdiendo si me enfrentaba a ella.
P.O.V Daria
Mierda, estaba viva esa zorra. Como dice el dicho, hierba mala nunca muere.
Se estaba presionando mucho la pierna mientras huía, de su cabeza brotaba sangre y parecía dolerle cada movimiento que hacía. Al menos le había dejado bien jodida.
Me fui de allí lo más rápido que pude, al menos espero que hubiese captado el aviso.
P.O.V Paula
Como en ese momento no sabía que hacer porque me dolía demasiado la cabeza, me paré en un callejón a pensar y descansar un poco, ya que el dolor de la barriga me iba aumentando. El dolor en parte me causaba excitación, osea que me baje los pantalones y las bragas, seguidamente empecé a hacerme dedos y masturbarme. Cuando llegué al orgasmo me relajé y el dolor paró un poco.
Como seguramente Roxana estuviese en el casino de la mafia, iría allí a que me curase. No me fiaba de los médicos del hospital ni un pelo.
Fui poco a poco hasta mi destino, observando por si la loca de Daria volvía a intentar a acabar su trabajo. Si pensaba que cerraría mi maldita boca estaba muy equivocada, lo único que había conseguido es darme más ganas de matarla.
Al llegar al casino fui directa a mi despacho, allí me tome una copa de whisky y ordené que Roxana asistiera allí para curarme las heridas.
El dolor que producía el alcohol por mi cuerpo me producía mucho placer, creo que Roxana lo notó e intentó besarme. Mi reacción fue alcanzar mi preciado revolver y apuntarle entre ceja y ceja.
- ¿Qué coño crees que estás haciendo?
- Lo siento jefa... yo... yo... -su cara de asustada y su tartamudeo me producía gracia, no pude evitar reírme.
-Ni se te ocurra volver a intentar eso.
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Al día siguiente, nada más despertarme, me dieron unas ganas inmensas de vomitar. Me dolían todos los huesos.
Que pereza ir al instituto, no se porque sigo haciendo el cuadro de ir cuando no tengo la necesidad.
Creo que las únicas ganas que me dan de ir es por pasarle droga a los alumnos y ver a Helena.
Al llegar al instituto fui directa a la cantina, tenía que hablar con Roxana sobre algunos pedidos de la mafia y tenía que darle unas cuantas cosas.
- Hola. -dije seria entrando.
Pegué un pequeño vistazo por si había alguien, no quería que nadie nos escuchara.
- Hola jefa, la mercancía llega hoy al casino, creo que Néstor lo podrá recoger.
- Estupendo, toma aquí tienes la marihuana y la cocaína que me pediste, esta es de buena calidad, no la malgastes.
- Muchas gracias je...
Un fuerte golpe nos hizo girarnos al instante. El estúpido del profesor de música, Germán, había estado escuchando la conversación y encima se había tropezado con una silla al intentar salir.
Intenté salir detrás de él pero fue demasiado rápido y se escabulló.
Ya le pillaría después de las clases.
Al sonar el timbre que indicaba el final de las clases, me dirigí a el despacho de Germán, dispuesta a matarle. Había escuchado demasiado.
Al entrar, lo que vi me impresionó un poco.
Era Germán, sentado en una esquina llorando. No me daba pena la verdad, pero no entendía nada. De fondo había una canción la cual reconocía de haberla escuchado en algunas fiestas. Me parecía muy extraño que estuviese escuchando esto.-Es mi canción favorita, por si preguntas... puede que vengas a matarme, pero tranquila, no me importa nada.
Estaba flipando un poco la verdad, pero antes de hacer cualquier movimiento para ir a matarle el se levantó dirigiéndose a por una guitarra que tenía encima de la mesa.
No creo que vaya a golpearme con ella, osea que solo me quedé observando sus movimientos.
- ¿Podrías cerrar la puerta por favor?
Hice lo que me dijo y al volver a mirarle, el estaba tocando la guitarra al ritmo de la música, pero de un momento a otro, empezó a destrozarla mientras lloraba.
Cuando terminó cogió la cuerdas y se dirigió hacia el proyector, yo ya sabía lo que iba a pasar.
Se ahorcó enganchando las cuerdas de la guitarra en el proyector, tardó unos minutos en asfixiarse. Mientras su cuerpo se retorcía a causa de la falta de aire, yo aproveché para hacerme dedos, ya que me producía mucha excitación esa escena.
Al llegar al orgasmo, dejé que la música siguiese sonando y también dejé su cuerpo sin vida allí colgado. Ya lo encontraría alguien...
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¡¡Hola guapis!! Se que llevaba como dos semanas sin actualizar pero es que estoy a tope de exámenes y todo es una mierda. Pero espero que os haya gustado el capítulo, puede que quede poco para el final, pero en cuanto acabe esta historia, me pondré a escribir otra que tengo pensada. Tranquilos que estará relacionada con mis historias actuales.
Besos :)
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Profe, te amo
RomansaHola, mi nombre es Sandra, voy al instituto y solo podría daros un consejo. Tened cuidado si os enamoráis de una profesora. En mi caso, me enamoré de mi profesora de física y química y esos juegos fueron a más causando grabes consecuencias. Primer l...