Adam conducía a una velocidad prohibida, sobre la carretera. El viento frio chocaba contra mi piel desnuda y la hacia erizar. Me sentía mareada, seguramente era debido al alcohol. Lo único que quería era estar en mi cama en estos momentos, no en una moto, junto a Adam y tratando de escapar de unos tipos que ni siquiera sabia quienes eran.
Mi cabeza daba vueltas, mas y mas dudas me surgían. ¿En que rayos se metió?. Ahora es cuando me daba cuenta que no conocía a Adam, para nada.
Y esta vez me había involucrado a mi.
Tenia que avisarle a las mis amigas donde estaba. Mi madre iba a matarme si no llegaba a la hora acordada y había dejado mi auto estacionado en esa fiesta.
Suspire negando levemente con mi cabeza. Maldita sea la hora en la que Nicolás me había dejado a solas con Adam. Maldigo la hora en que tuve ganas de ir a esa puta fiesta.
Mire hacia los carteles de la carretera y por lo que supe, nos estábamos saliendo de California. Oh, iban a matarme y Adam ira conmigo.
-¡¿A dónde crees que vas?!. -le grite desesperada-
-Necesitas descansar y si doy la vuelta me encontraran.-me respondió sin apartar la vista de frente
-Lo entiendo, Adam. Pero necesito volver, mi madre se preocupara y me castigaran.-suspire irritada-
-Tranquila, le he avisado a Kila que estas conmigo, que queríamos un lugar privado. A lo que me respondió con un ''¿me hablas en serio? ¡Dile que no se salvara de mi esta vez! Ok, esta bien, le avisare a su madre''.-dijo mientras trataba de imitar su voz. Eso hizo que causara una pequeña carcajada y sonrió.
-¿Sabes? Debo confesarte que eres pésimo en imitar a las chicas.- le conteste largando otra pequeña risa-
Largo una carcajada y me miro de reojo.-Lo se, lo se. Pero las mujeres son difíciles de entender, ¿Cómo quieres que las imite bien?
-Oye, espera. Tu eres el que esta con miles de mujeres siempre. -reí- Es irónico que digas esto
-Que me las folle no implica que las entienda, Miller –sonrió-
Y ahí estaba. El mismo Adam había vuelto.
-Eres un pervertido.-esto hizo que le diera gracia y largara otra carcajada.-No me parece divertido, Toller. Me gustabas mas cuando no estabas haciendo esos comentarios.-
-¿Así que te gusto?.-me dio una sonrisa picara y me arrepentí de haber dicho eso.
Mis mejillas se convirtieron en un tomate y trate de mirar hacia otro lado.-No, para nada. Me das nauseas.
Soltó una risa.-Aprende a mentir mejor, Miller
Rodee los ojos.
Luego de unos minutos, llegamos a un pueblo que desconocía. Me sorprendía el hecho de nunca haberlo visto. Estaba poblado por unas casitas de madera, todas del mismo formato y color. Realmente eran hermosas.
Nos adentramos un poco mas y pasamos por una carretera que daba al costado de un gran rio.
Al final de esta, daba entrada a una cabaña bastante grande. Mis ojos instantáneamente se abrieron como platos por la belleza que tenia la casa. Estaba adornada por diferentes flores de colores y tamaños. A esta la acompañaba un gran camino de piedras blancas, que también en los costados estaba adornado por antorchas con luces prendidas. En la parte trasera, daba vista a una gran piscina.
Si así de hermosa por fuera, no quería imaginarme por dentro.
Adam estaciono la moto, y ayudo a bajarme.
-¿Cómo sabias de este lugar?.-le pregunte mientras seguía mirando el paisaje.
Se encogió de hombros.-Mi abuelo se la regalo a mi madre hace muchos años.-un silencio de incomodidad se formo entre nosotros dos y sin decir nada, camino hacia la entrada principal.
Contemple un poco mas el paisaje, e incline mi cabeza hacia arriba, viendo como unos arboles hacían una especie de circulo dejando ver el cielo despejado junto con las estrellas. Era hermoso.
En cuanto el frió se apodero de mi, corrí rápidamente hacia la puerta y entre. En la parte de arriba se escuchaba agua cayendo, proveniente del baño seguramente. Mordí mi labio al imaginarme a Adam bañándose. Realmente no se que es lo que estaba provocando en mi y negué con mi cabeza.
Me adentre en la gran casa y me detuve en la sala de estar. Podría jurar que esto era mas grande que mi pequeña casa. Tenia en el techo varias pinturas dibujadas de ángeles con instrumentos musicales. De el colgaba una gran lámpara que tenia piedras brillantes en sus costados.
Desvié mi vista hacia el gran salón y no podía creer lo lujoso que era todo. Camine un poco mas, fijándome en las jarras, que seguramente deberían salir mas que mi propio auto.
En una esquina había una estantería enorme con fotos. Me acerque y divise una foto donde aparecía Adam de pequeño. La tome en mis manos y sonreí. Tenia las mejillas regordetas con un color rosa, y unos ojos que reflejaban felicidad.
No se cuantos minutos pude haber estado ahí, admirando aquellas fotos. Pero tampoco me había dado cuenta que el agua de la ducha había dejado de correr y presentí unos ojos observándome.
En cuanto me di vuelta, allí estaba el ,parado contra una columna. Llevaba puesto unos pantalones de pijama y una musculosa, dejando ver sus brazos contorneados. Tenia el cabello todavía mojado y su aroma a jabón se impregnaba mi nariz.
Tendría que mirar para otro lado si no quería tartamudear.
-Lo siento, no quise..-señale hacia los retratos, cuando me interrumpió
-Tranquila, no voy a enojarme.-y dicho eso se fue acercando hacia mi, haciendo que mis piernas temblaran. ¿Cómo podía un simple tipo causarme esto?. En cuanto noto mi nerviosismo, sonrió y acaricio mis brazos.-¿nerviosa, Miller?
Antes de que pudiera responder, estornude. –lo siento- y cerré mis ojos al ver que estaba actuando como una idiota.
-Ve a darte una ducha. Te enfermaras. –dicho eso, asentí y prosiguió- Mientras iré a prender la estufa, el baño esta arriba y puedes buscar alguna pijama en la habitación.-me dijo y en cuestión de segundos, estuve sola de nuevo en la gran sala.
Decidí subir y encontrar el pijama. En el pasillo de arriba había solamente un cuarto, abrí los ojos al entrar y ver que solo había una cama matrimonial. Oh no, esto si que no.
Suspire y busque en los cajones de un ropero. Encontré unos leggins negros junto con una remera bastante ancha y cuando tuve todo en mis manos busque el supuesto baño y me metí en el.
Me di una ducha con bastante agua caliente, y en cuanto termine de secarme, me vestí y peine mi cabello.
Cuando baje, un aroma a café impregno mis fosas nasales y trate de buscar la cocina. Al entrar, Adam estaba vertiendo el café dentro de dos tazas. Me miro y me dio una sonrisa.
-Ten, para que no te enfermes.-me entrego mi taza junto a una pastilla, mientras se sentaba en frente mío con su taza.
-Gracias.-y le devolví una sonrisa, también sentándome.- Oye Adam..-no sabia ni por donde comenzar.- Se que no es de mi incumbencia. Pero me has metido a mi, y creo que me debo una explicación al menos. –suspire.- No puedo estar aquí contigo, mientras me carcomo la cabeza haciéndome preguntas y mientras el miedo me esta ganando.
Me miro a los ojos y pude notar en ellos, que el también estaba igual de asustado que yo.

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Mi mundo dado vuelta ©
Romance«Las mentiras pueden traer consecuencias a lo largo de tu vida. Familia, amor, amistades. Todos mienten. Tu lo haces. Entonces, ¿quien es el culpable? » Puesto #873 el 20/8 en Romance Está demás decir que se prohíbe la copia y/o adaptación. ...