Las cosas entre Adam y yo no estaban bien, en absoluto, para nada bien. Por una parte, -muy dentro de mi- , estaba agradecida de que me haya defendido de esa manera, pero por otro lado solo podía odiarlo mas ya que me había dejado expuesta nuevamente frente a todos.
Y lo que menos quería era que otra vez todos en los pasillos hablen de mi.
No sabía que sentir en estos momentos. Por una parte el me hacía sentir cosas, aunque solamente este frente a mí, cosas que no quería sentir. Podía sentir mi estomago revolverse al verlo y mis nervios eran notorios.
Quería poder abrazarlo otra vez, estar bien los dos juntos. Pero después de todo se hacía difícil.
Ambos teníamos que solucionar nuestros pasados, nuestros propios problemas. Y lo mejor para eso, era simplemente mantener distancia del otro.
Yo necesitaba volver a estar bien, necesitaba sentirme viva otra vez. Era duro. Todavía el miedo estaba, lo que hacía que durmiera con mi lámpara prendida toda la noche y ni eso a veces alcanzaba para matar mi insomnio.
-¿Cómo estas llevando esto? –pregunto mi psicóloga.
Rachel, mi psicóloga, había sido la única con paciencia que había podido tolerarme desde que entre en aquel hospital. Luego, al darme el alta, decidió visitarme una vez a la semana para ver que estaba bien.
Era una persona bastante seria pero alegre en sus momentos, se notaba que hacia su trabajo a la perfección, pero conmigo solo era ella.
Me encogí de hombros. –Estoy tratando lo mejor que puedo.
Ella me miro y asintió. –Tu madre me ha dicho que has empezado a ir al Instituto otra vez.. –asentí. –Bien, ¿Cómo fue tu primer día?
-Fue todo confuso. Muchos chicos que no conocía me hablaban solo para hacer una buena acción, ya que a todos les doy lastima. –solté. –No me gusta ser el centro de atención.
-¿Te has puesto a pensar que tal vez, solo quieren ayudarte? –pregunto.
Negué con la cabeza. –Ellos no quieren ayudarme, solo lo hacen para que ''la chica violada'' les hable.
-No concuerdo contigo en eso... –me miro y prosiguió. –Thea, a veces la gente solo quiere ayudar. No todos, algunos si pueden ser como tú dices, pero los demás no siempre son así. Tal vez quieren verte bien, o que te desahogues con alguien.
-No podría desahogarme con ellos nunca... –murmure.
Frunció el ceño. –Nena, necesitas soltar todo de una vez. Eso no hace bien. –suspiro. –Si no quieres hablar de eso, cambiaremos de tema. ¿Y ese chico?, ¿Adam?
La mire. –Adam no es nada.
-Yo creo que sí. –contraataco y me miro también. –Para ti es alguien.
-Alguien que me entrego. –concluí.
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Mi mundo dado vuelta ©
Romance«Las mentiras pueden traer consecuencias a lo largo de tu vida. Familia, amor, amistades. Todos mienten. Tu lo haces. Entonces, ¿quien es el culpable? » Puesto #873 el 20/8 en Romance Está demás decir que se prohíbe la copia y/o adaptación. ...