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ADAM.

No podía dejar de pensar en ella. Quería golpearme por ser tan estúpido. Nunca imagine que me iría a sentir así por una mujer, pero así paso. Desde ese día que me enfrento en aquella clase de Biología. Su rostro aniñado, sus ojos color miel. Juraría que podría estar horas observando aquellos ojos con tanta intensidad detrás de ellos.
El cómo reaccionaba ante lo injusto, ver sus mejillas volverse tomates al decirle algún cumplido, su sonrisa inocente que me hacia desear sus labios.
Era perfecta en todos los sentidos. No era superficial. Solo era una persona.. normal. Y eso me gustaba. No estaba acostumbrado a las personas normales dentro de mi vida, ninguno lo era. Todo gira alrededor del dinero, y ella no era así. Ella me hacia una persona diferente.
No podía dejar de recordar la noche en que la bese. Sentir sus finos labios contra los míos y sus pequeñas pero suaves manos tomando mi cuello.
Había sido un terrible idiota con ella, pero había sido para que se aleje de mi. Cosa que no funciono.
Sentía algo distinto en ella. Lo sentí cuando la tome en mis brazos esa noche en la fiesta. Lo sentí cuando la vi dormir plácidamente en aquel hospital.
Me estaba volviendo loco. Sentir todo esto, era extraño, demasiado pero no podía controlarme.
Saber que pudo confiar en mí, esa noche contándome su historia, su padre y aquella nota.


Negué con la cabeza mientras me sentaba en la acera mientras prendía un cigarro. Todo este problema estaba acabando conmigo.
Quería poder cambiar todo, y conocerla a ella sin tener que hacer, dentro de unas semanas, su vida una terrible pesadilla.


Recordar su rostro al leer aquella maldita nota y saber que ese hombre me había obligado a dejarla sobre su puerta. No quería hacer esto, pero sabía que personas dependían de mi.
El tenia a mi hermana. La tenia y no podía soportarlo.
Mi familia estaba enterada sobre esto, cuando todo paso. Mi padre lo primero que hizo, fue que cumpliera el plan de aquel hombre, por sobre todas las cosas. Solo podía pensar en Katerine, la necesitaba más que a mi vida.


Mire hacia el cielo y suspire.


-Ayúdame, Tom –murmure sintiéndome el tipo más idiota del mundo-


No podía sacarme de la cabeza aquella imagen de mi amigo en la acera. Sangrando. Muerto


Meses atrás..


Veníamos a 100 km por la carretera, más de lo permitido. Le llevábamos una gran ventaja, teníamos que escapar de ellos . Si no acabarían con nosotros.



Tener a aquellos hombres en busca de nosotros, era un infierno. ¿En quepensábamos Tom y yo cuando sin ser conscientes y estando drogados, meternos conuno de su banda? Ahora era cuando me arrepentiría de esa estupidez que nosllevo a un caos.
Nunca he sido un chico correcto, ocupándose en solamente conseguir un empleo,aunque claro estaba que mi padre me querría para ser el jefe de toda suempresa. O tal vez ocupándome de mis estudios todo el maldito día y fines desemanas. Ni tampoco he sido el orgullo de la familia, para ellos soy la ovejanegra. Y no los culpo.
Apenas había empezado el instituto cuando lo encontré a mi padre engañando a mimadre con su puta secretaria. Desde ese día vengo haciéndole la vida imposible,desde ese día merece todo tipo de desprecio hacia el de mi parte. Desde ese diasolo me follo a miles de chicas. Gracias el, huyo del amor.
Gracias a él, mi madre había caído en una depresión de la que nadie podíasacarla. Hasta que undía su rostro, su sonrisa, su actitud. Ella había vuelto. Y ahí es cuando nosenteramos de la nueva integrante a la familia, Kate. Mi hermanita menor.

Mi mundo dado vuelta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora