Mi mundo dado vuelta ©

53: Besos lagrimosos.

Adam: 

Después de dejar a Thea junto con Lila intentando tranquilizar sus ataques de nervios camine rápidamente hacia la cafetería donde se encontraba Kila. No era justo lo que estaba haciendo, me importaba una mierda lo que ella pudiera justificar, no quería que vuelva a herir a Thea cuando ella no tenía que estar metida en nuestros asuntos. Solo había sido un beso y par de palabras, estaba jodido después de que Thea haya pedido alejarme de ella, no sabía lo que estaba haciendo y al verla llorando destrozada, me sentí culpable por lo que había causado en ella; dolor.

Y no permitiría que una desquiciada como Kila trate de terminar de derrumbarla.

Empuje con fuerza las puertas de la cafetería buscando con la mirada y en cuanto la vi reírse a una esquina con su otro grupo, me dirigí a ella. Sentía que las venas me explotarían en cualquier momento de tan apretado que tenia los puños. 

Sus amigas al ver que me acercaba codearon su brazo con sus estúpidas risitas haciendo que Kila me mirara con una sonrisa satisfactoria. Si tan solo oyera lo que tengo que decirle, se le iría de una maldita ves esa sonrisa. Al detenerme frente a ella tome su brazo bruscamente y la arrastre conmigo. 

-¡Hey! –grito ella tratando de zafarse. -¿Qué rayos te pasa? 

Frene en el medio de todos dándome la vuelta y la mire seriamente. -¿Qué es lo que estas buscando, Kila? –dije entre dientes. 

-¿De qué hablas? –rió mirando hacia los demás. 

-De Thea. –confirme. -¿Qué es lo que quieres lograr? ¿Qué es lo que buscas de ella, Kila? –solté su brazo bruscamente. – ¿No te alcanza contigo misma que quieres joderle la vida a los demás? Deja de molestarla de una puta buena vez, tú no eres mejor que ella ni mucho menos, solo eres un parásito queriendo llamar la atención. 

Ella abrió sus ojos como platos al escuchar mis palabras, asustada. Ni yo mismo podía reconocerme en ese estado, pero esa chica había sacado lo peor de mi. 

-Es que no entiendes. –dijo. ¡Ella me ha hecho la vida imposible! Y yo haré lo mismo con ella. –soltó con tono frió. Enfrentándome. 

 

-Vuelves a meterte con ella y te arrepentirás toda tu puta vida. –solté seco. –No intentes acercarte a ella nuevamente, ni intentes lastimarla porque entonces te las veras conmigo y no te gustara. –dije entonces dándome la vuelta hecho una furia y caminando hacia la salida. 

-¡Todavía no he terminado! –grito a toda voz haciendo callar a todos allí. 

-Yo si he terminado. –dije sin dejar de caminar y la mire. –Y espero que te haya quedado, la segunda no te lo explicare de la misma manera. 

Salí entonces del lugar soltando el aire acumulado que venía guardando hace bastante y me dirigí hacia la enfermería donde se encontraba Thea. Estaba cansado de que siempre las personas tuvieran la intención de querer destruirnos a ambos y que todo sea más difícil entre nosotros; estaba cansado que hablaran sin saber nada al respecto. Solo querían ver sufrir a los demás, y eso no iba a permitir que pasara con Thea. Me había mandado las mías, la había cagado como un idiota pero quería recuperarla.