38: Pequeña Esperanza.

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ADAM POV:

Debía decir que todo había salido bien. Que ella y yo nos habíamos reencontrado nuevamente y así poder ser felices de una buena puta vez. Que no habría más secuestros de por medio ni tampoco amenazas. 



Que ambos estaríamos bien. 



Pero la vida, la puta vida, no me lo permitió así. 



-¿Tienes exactamente el paradero? –cuestiono Alex observando la laptop con su rostro totalmente morado. Aquellos hombres lo habían destrozado en cuanto encontró a Thea. Por suerte habíamos llegado a socorrerlo, de lo contrario, ya no estaría con nosotros. 



Henry suspiro. –No será fácil encontrarla. No quiero imaginarme lo que debe estar queriendo hacer William –repitió su nombre a regañadientes. Podía sentir su odio en sus palabras.


William me había jugado una mala, una muy mala. Me había engatusado para poder secuestrar a su única hija. ¿Cómo un padre podía hacer eso? Era injusto y totalmente desquiciado. Y en parte también había sido culpa mía. Yo solo quería quitar a mi hermanita de sus manos, bajo la presión de mi familia. Al principio solo quería librarme de eso pero luego al conocerla, todos los sentimientos se habían ido al carajo, hasta terminar enamorado.


Todos estábamos consumidos en nervios.


No podía soportar el hecho de no encontrarla. No soportaba el no poder tenerla conmigo. Así que solamente resople y encamine hacia el sofá sentándome y escondiendo mi rostro entre mis brazos.
Los parpados me pesaban y los ojos empezaban a picarme debido a la falta de sueño. Estos meses fueron agotables, pero no pararía hasta saber algo de ella. Lo único que había obtenido fue una pequeña llamada. Su voz ya no era la misma de antes y pude sentir en ese momento que estaba destruida.


Ambos estábamos de la misma manera.


Oí unos pasos acercarse a mí y al levantar la vista, vi a un Beck acercarse a mi hasta posicionarse delante de mi. Yo solo lo observe con el ceño fruncido.


El suspiro y luego me miro. –Hay... Un posible paradero donde pueden estar. –soltó.


Podía sentir como todos mis huesos y músculos se contraían. Mi puso empezó a acelerarse y mi respiración calma se convirtió en una agitada. La habían encontrado. Sin dudarlo me levante rápido del sofá. –Hay que ir. –dije.


El copio mi acto. –Espera ahí.. –me freno de modo autoritario. –Es arriesgado, Adam. De solo verte podrían matarte, sabes que quieren cobrar venganza contigo.


-Me importa un carajo, Beck. –solté furioso. –Iré. Iré a buscarla. No me obligaran a quedarme aquí sin saber qué hacer.


Me miro por unos segundos y metió sus manos en sus bolsillos del pantalón. –El rescate de Kate ha sido fácil, Adam. No te aseguro que el de Thea sea igual. Ambos están corriendo el riesgo.


Lo mire con incredulidad y con el ceño fruncido. Era cierto, el rescate de Kate no se comparaba en nada a lo que sería el rescate de Thea. A Kate la habían dejado servida en bandeja, a ellos no les serviría una pequeña de ahora casi siete años. Pero de todos modos nadie me interpondría en buscar a Thea.

Mi mundo dado vuelta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora