La música se escuchaba tan fuerte que se podía oír desde dos cuadras antes, era típico de Tomas. Para el era un prodigio escuchar su nombre por los pasillos la semana entrante hablando de su fiesta.
Eran las doce de la noche y parecían las cinco de la tarde con tan solo ver la multitud de chicos que iban al mismo destino que nosotros, menos Lila, que se encontraba cinco cuadras antes que nosotros por ponerse unos zapatos altísimos.
Tuvimos que estacionar el auto de Tom lejos de la casa de Tomas ya que donde el vivía era uno de los lugares mas caros de la ciudad y por ende, las familias de aquel lugar tenían autos de ultima gama que ocupaban mas espacio que lo habitual. Lo habitual de un auto normal, claro esta. Todavía me preguntaba como era que Tomas no iba a un instituto privado; con el dineral que tenia.
-¿Quién demonios me dijo que me ponga estos zapatos? –pregunto Lila soltando un bufido cuando llego a mi lado. No pude evitar reír al ver que sostenía sus zapatos en una mano y andaba descalza.
-Tu misma. –le respondí con una carcajada.
Ella frunció sus labios. –Tu no tienes mi estilo.
La mire. -¿Qué tienen de malo mis converse? –ella metió sus dedos en su boca como intento de vomito y yo le saque la lengua en respuesta. Así de normales eramos.
-Ustedes dos están totalmente locas. –hablo Tom detrás de nosotras y a su lado andaba Bruno. Me parecía raro que en ningún momento me hubiera dirigido la palabra, en realidad, a ninguno de los tres lo hizo. Estaba demasiado callado para ser el.
Al llegar a la casa pude ver a varios chicos en el patio delantero y pude intuir que ya estaban hacia mas rato que nosotros; borrachos. Si asi era aquí afuera, no queria imaginarme lo que podría llegar a ser dentro y ni tampoco podia imaginarme la cantidad de alcohol que podría haber.
Tal vez, hasta los chicos con esa categoría podían conseguir cosas que nosotros no podríamos aunque quisiéramos.
Mientras entrabamos pude divisar a varios amigos y conocidos de Adam disfrutando de un buen vaso de cerveza, y con el típico grupo de amigos que parecían hermanos.
De repente quise saber donde el se encontraba. Habiamos hablado en la tarde y habíamos acordado ir por separado, ya que el tenia una cena familiar importante al parecer y sus padres no le permitieron irse antes, asi que decidimos no crear un problema y Lila paso por mi.
Queria verlo, lo extrañaba muchísimo y eso que nos habíamos visto el dia anterior; pero lo necesitaba. El provocaba aquello en mi, la necesidad de tenerlo cerca mio y sentir sus manos en mi cintura. Era como si tuviera frio sin ellas posadas en mi.
Rezaba dentro mio por no terminar desilusionada al final de la noche sin Adam, y con un atuendo que me había costado mas de tres horas conseguirlo. La noche al parecer había querido cambiarme los planes, porque ni la ropa que decidía ponerme me quedaba bien.
Al final me habia decidido por un short suelto de color amarillo claro con un moño en la cintura y un simple top blanco, haciendo juego. Era lo único que habia visto que me quedaba bien y mii cabello quedo suelto con sus ondas al final, algo natural.
Sin embargo, al ver a las demás chicas del lugar, no pude evitar sentirme inferior. Todas ellas estaban demasiado provocativas y, diablos, estaban como modelos de revistas.
-Ni lo pienses, linda. Estas hecha una perra. -hablo alguien en mi oído haciéndome sobresaltar.
Me di la vuelta y sonreí al verlo. -¡Nick! –exclame para luego enroscar mis brazos en su cuello. El me abrazo de la cintura y me alzo al aire, haciéndome reír.
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Mi mundo dado vuelta ©
Romance«Las mentiras pueden traer consecuencias a lo largo de tu vida. Familia, amor, amistades. Todos mienten. Tu lo haces. Entonces, ¿quien es el culpable? » Puesto #873 el 20/8 en Romance Está demás decir que se prohíbe la copia y/o adaptación. ...