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                                                                               ''Golpe Bajo'' 



-Thea.. –hablo mi madre. –No creo que sea bueno en este momento qu-



-Déjame mama. –la interrumpí seca. 



Había querido frenarme pero simplemente no podía hacerlo, había algo dentro mío que no me dejaba. Había estado meses en ese lugar que, por una maldita vez, quería saber el porqué.


Adam tenía la mirada puesta en el suelo sin decir nada, lo que ya empezaba a irritarme. Todos querían cuidarme, protegerme y querer hacer que todo estaba bien. Pero no era así. Había sufrido demasiado, había vivido cosas horribles en ese lugar que todo lo que ahora me dijeran no me sorprendería tanto. 



Solo quería saber más, quería saber la verdad de todo. 



-No responderé a eso. –dijo Adam luego de levantarse de la silla. –Que tengan un buen día. –los miro a los otros dos en la cocina y salió sin siquiera verme hacia la puerta. 



Lo que menos podían llegar a hacerme luego de volver hecha una furia y destrozada era que me esquiven. Negué con la cabeza y lo seguí rápidamente evitando los gritos de mi madre deteniendo la puerta delantera cuando se estaba por cerrar. 



-¿A dónde crees que vas? –pregunte alzando la voz. 



El dejo el casco a un costado y se dio la vuelta para verme. 



-Lejos de aquí. 



Fruncí el ceño. –Así que te irás.. –asentí. –Eres un maldito cobarde. 



-¿Cobarde? –pregunto atónito. –Te estás equivocando. –negó con la cabeza dándose la vuelta. 



Lo tome del hombro y de un solo empujón lo deje frente a mi nuevamente. –Eres un maldito cobarde porque ni siquiera puedes decirme el porqué lo hiciste. –fruncí el ceño mirándolo. –Necesito respuestas y tu solo empeoras las cosas. ¡Tienes el descaro de aparecer en mi maldita casa cuando tú fuiste el culpable! ¿No tienes vergüenza? 



El solo me miraba fríamente. -¿Quieres que te responda? Sí, tengo vergüenza. –asintió por sus palabras. –Vergüenza de que mis padres me vean como el culpable del secuestro de mi hermanita por un psicópata que me obligo a entregarte a ti, vergüenza por llorar como un maldito idiota cuando no podíamos encontrarte, durante los últimos meses. –me miro escupiendo sus palabras llenas de ira. –Pero déjame decirte algo, no soy ningún cobarde. Corrí el riesgo de perder mi vida solo por seguir a mi corazón y encontrarte, ¿soy un cobarde entonces? ¿Soy un cobarde por estar noches y noches esperando que despiertes? ¿Un cobarde por volverme loco de tal manera que quería salir corriendo a matar a todos por el daño que te estaban haciendo? -cerro los ojos con fuerza y respiro hondo. –Dime Thea, ¿soy un cobarde por estar enamorado de ti?

Mi mundo dado vuelta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora