Cama.

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Kakuzu, como el gran tacaño que era, se había negado a comprar otra cama después de que Deidara la hiciera explotar -intentando acabar con su compañero, el buen chico-.

Ahora ambos debían compartir la única cama disponible: la de Deidara. 

— Tú dormirás en el suelo —le gruñó el artista al de máscara anaranjada—, es tu maldita culpa que pasemos por esto, hm. 

— ¡Pero Tobi es un buen chico!—lloriqueó el azabache intentando ablandar el duro corazón del rubio— ¡Tobi promete no patear a Deidara-senpai! ¡No deje a Tobi en el suelo, los bihos lo comerán! 

— ¡Cállate y duérmete, idiota!

Deidara le aventó una almohada en el rostro cubierto y se dio la vuelta, ignorando las súplicas del piruleta.     

Tobi suspiró rendido y apoyó su cabeza en la mullida almohada, mirando fijamente la espalda del amante de las explosiones. Escuchó un suave ronquido y supo que su senpai estaba profundamente dormido. 

Ser histérico debía agotarlo. 

Se levantó con cuidado, recostando los codos en el colchón mientras observaba la tranquilidad del rostro ajeno. 

¿Quién diría que semejante maraña de cabello rubio podría ser una abominación? 

Decidido a no pasar la noche en el frío y duro suelo, Tobi se recostó cuidadosamente en la cama, esperando que el blondo no notara que estaba justo al lado de él. 

— Deidara-senpai—lo llamó en un susurro para saber si estaba profundamente dormido.

Tomó la sábana que se había desparramado por los movimientos del contrario y los cubrió cuidadosamente a ambos. Deidara dio una vuelta y se abrazó al tronco del mayor, balbuceando.

Bajo la máscara, Tobi sonreía divertido. 

— Buenas noches, Deidara-senpai. 

— Cállate, estúpido Tobi —el rubio dibujó una sutil sonrisa apretando más el agarre que ejercía en el azabache—. La próxima pide permiso antes de meterte en mi cama, hm. 

El lollipop se encogió de hombros y abrazó el diminuto cuerpo del artista. 

Así de histérico y bipolar le gustaba su bonito Deidara. 


Drabbles {1} | TobiDei/ObiDei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora