Drabbles {1} | TobiDei/ObiDei.

Cicatriz.

— Deidara-senpai, Tobi se siente incómodo. 

— ¿Y a mí qué? Cállate y no molestes, hm. 

El azabache guardó silencio mientras permitía que los dedos del rubio recorrieran la horrible marca que cubría la parte derecha de su rostro. Aún no podía creer cómo había llegado a quitarse la máscara ante el artista. 

Ni mucho menos podía creer cómo a él le fascinaba tal deformación.  

Los dedos del menor eran extrañamente suaves, quizá por el hecho de moldear arcilla, quizá porque realmente su senpai tenía un lado femenino y cuidaba de su piel. 

O quizá él lo sentía así. 

— Deidara-senpai —musitó, recibiendo un gruñido como respuesta—. ¿Por qué le gusta la cicatriz de Tobi?

El de Iwa lo miró con el ceño fruncido, molesto por una pregunta que él consideraba increíblemente estúpida.

— Porque es artística —respondió—, debería hacerte explotar por eso, hm. 

Ladeó la cabeza sin saber si eso era un cumplido del histérico rubio o una amenaza de muerte. 

— Tobi está confundido, Deidara-senpai. 

Deidara rodó los ojos y sus mejillas se colorearon de un notable tono carmín.

— Eres arte, imbécil —le gruñó como respuesta—, ahora cállate, molestas.

Sonrió de lado al sentir nuevamente los dedos del artista sobre su rostro deformado. 

Por un mísero segundo, adoró a la gigantesca roca que lo aplastó por darle el privilegio de ser considerado arte ante los ojos del amante de las explosiones.