Hasta pronto.

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{AU ; Narutoverse}

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Obito casi sufre de un ataque cardíaco cuando Deidara roza imperceptiblemente su mano con la de él. Lo miró de reojo, notando que el rubio seguía con la vista al frente, pero con un leve sonrojo en sus mejillas. Pasó saliva y se gritó internamente muchísimas palabras alentadoras antes de animarse a tomar la mano del contrario. 

  — L-lindo día, ¿n-no? 

— Sí... hm. 

Deidara se muerde el interior de la mejilla e intenta, disimuladamente, entrelazar los dedos con los del azabache. Estaban sentados bajo un árbol cerca del campo de entrenamiento, los exámenes chunnin habían finalizado hace dos días y ambos habían conseguido subir de rango, y como Obito había dicho, habían tenido su primera cita. 

Observar el atardecer juntos, justo cuando el Sol ansiaba esconderse y dejar su lugar a la blanca Luna. Algo muy cliché, pero que a los dos les gustaba; cualquier cosa que hicieran juntos era agradable, aunque Deidara no lo reconociera en voz alta, era así. 

  — ¿Cuánto falta?—preguntó el Uchiha y dirigió su mirada al rubio—. Puede que ya estén esperándote.   

  — Que continúen esperando, hm.

. . . 

Kurotsuchi pateó el suelo antes de resoplar con fuerza.

  — ¿Por qué tardan tanto? 

Akatsuchi se rió, mientras el Tsuchikage rodó los ojos ante la actitud sobreprotectora de su nieta. Estuvo a punto de llamarle la atención de no ser porque visualizó a Deidara con Obito. 

Tomados de las manos. 

 — Debe ser de familia—murmuró el niño, viendo cómo su maestro y amiga adoptaban la misma posición maniática; brazos cruzados, ceño fruncido y mirada de muerte—. Pobre Uchiha-san.

El azabache, al quedar frente al equipo del rubio, sonrió algo nervioso, sintiendo el ambiente cortante y casi tétrico que había para con él. Deidara sólo se limita a gruñir, no le gusta que lo traten como un mocoso estúpido. 

— Vayan adelantándose, hm

— Sólo un momento—concedió Onoki, entrecerrando sus ojos y echando una última mirada al del clan.

Obito soltó el aire que retenía al estar completamente solo con Deidara, al menos, por unos minutos. 

— Uh...—el de ojos oscuros se rascó la nuca, sin saber muy bien cómo despedirse— ¿H-hasta pronto?

Los zafiros del rubio brillan y ante un incontrolable impulso, se inclina hacia él y junta sus labios por... ¿dos segundos? Pero Obito jura que son los mejores segundos de su vida, porque valen como horas si los vive junto al pequeño artista. 

— Hasta pronto, hm. 

 Con un guiño, Deidara corrió hasta su equipo, quienes lo esperaban con la boca desencajada. Menos Akatsuchi. Él simplemente se rió y felicitó a su amigo. 

   

Drabbles {1} | TobiDei/ObiDei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora