Hilo dorado.

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{AU ; escolar}

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Obito admiraba la larga melena rubia de Deidara, sorprendiéndose al ver que ésta ya había pasado la cintura del muchacho. 

— Oye, Deidara —llamó el Uchiha—, ¿no crees que tienes el cabello un poco... largo?

El rubio frunció el ceño y lo miró con mala cara. 

— ¿Qué estás insinuando, imbécil? —gruñó—, ¡Mi cabello está perfecto, hm! 

— No entiendo porqué te lo dejas así —Obito se cruzó de brazos desviando sus ojos a las nubes, como si ellas supieran la respuesta—, en primaria también lo tenías algo largo... ¿quieres ser mujer? ¡Ay! 

Un fuerte golpe lo obligó a cerrar su boca, el Namizake estaba con las mejillas rojas, preso de la vergüenza y la ira. 

— ¡No digas estupideces, hm! —vociferó Deidara volviendo a retomar su postura relajada—. Es sólo que... 

— ¿Qué...? —se aventuró a preguntar el azabache, curioso— ¿Es sólo qué...? No me dejes así.

El de ojos oceánicos chasqueó la lengua, incómodo y visiblemente apenado. Obito ladeó la cabeza, ¿acaso era bipolar? 

— Si le dices a alguien, te arranco los ojos, ¿entendido? —amenazó antes de mirar hacia otro lado—. Mamá dijo que su cabello la conectó a papá, hm. 

— Eh...  —el azabache quiso abofetearse al notar la insistente mirada del contrario sobre él— ¿ajá?

— Eres un imbécil, Obito.

Se rascó la nuca, apenado por ser algo lerdo. Recordó el largo cabello rojo de Kushina, la madre de Deidara, también recordó cómo Minato la consentía; siempre acariciaba la cabellera de la Habanera para calmarla. 

— Hilo rojo —murmuró el Namikaze para sí mismo—, mamá siempre dice que su cabello es su hilo rojo.  

Deidara se tensó al sentir un leve tironeo en una de sus hebras, volteó a ver al Uchiha que enroscaba el dedo índice en su cabello. 

— Pues en tu caso sería el hilo dorado, ¿no? —bromeó con una sonrisa y las mejillas rosadas—. Pero yo no soy rubio como Minato-san.

— Estúpido —el azabache soltó una risita nerviosa, mientras que el rubio apoyó su hombro al del contrario—, aunque... es creativo, lo acepto, hm. 

— Entonces... ¿ya eres mi novio? —Deidara volvió a golpearlo con las mejillas rojas— ¡Oye, duele! 

— ¡Entonces mantén la boca cerrada! 

— Realmente eres Kushina-san rubia.

Drabbles {1} | TobiDei/ObiDei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora