Capitulo 6: Maldito cupido

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Vincent jugaba con sus manos constantemente mientras lo observaba por el espejo retrovisor. Mamá había puesto la radio de baladas románticas y música de películas cursi, después de eso nadie dijo nada, se había formado un ambiente totalmente incómodo y recién habíamos partido.

―¿Vincent, estás en el curso de Kevin? ― mamá rompió el hielo.

―No, estoy en el C.

―Oooh, ¿qué especialidades escogiste?

―Ciencias naturales.

―Maravilloso, yo pensé que Kevin se iría a ciencias pero es un poco burro para esas asignaturas. No entiendo por qué si yo soy enfermera, su padre estudió agroecología y su hermana está estudiando medicina veterinaria. Siempre le digo que si estudia periodismo se va a morir de hambre, pero no me hace caso. ¿Y tú que quieres estudiar?

―Yo aún no sé qué quiero estudiar. Nada me llama mucho la atención y no sé si pueda con los exámenes de admisión.

―No te preocupes, yo nunca tomé un libro y los pasé, y antes era mucho más difícil que ahora.

―¿Y no te interesaría estudiar biología y especializarte en botánica? ― pregunté, esperando que nuestras miradas se encontraran en el espejo retrovisor.

―¿Te gusta la botánica? Entonces te vas a llevar bien con mi esposo. Es difícil encontrarle conversación, pero cuando habla de plantas y animales nadie lo calla. De verdad no entiendo como Kevin no tiene intereses así, criándose en el campo y viendo todo tipo de plantas, ni diferenciar árboles sabe.

¿Las madres tenían un interruptor de hacer quedar mal siempre a sus hijos? No es un crimen no reconocer árboles.

―Yo antes no sabía mucho, pero mi abuelo es jardinero y me enseñó todo lo que sabía. A veces voy a trabajar con él y aprendo más. Me gusta mucho.

Al escuchar a Vincent me di cuenta de que el plan de la señorita Lana podía funcionar, si a él le gustaba la jardinería definitivamente estaría dispuesto a trabajar conmigo en el invernadero.

―Y este niño que ni un plato lava... Kevin, aprende de tu amigo. Vincent, hubieras visto el chiquero que tenía en su cuarto, ayer lo tuve todo el día ordenando y ni así, tuve que ir yo a ordenar.

― ¿No que ibas a ser una buena madre hoy? ― dije avergonzado.

―Ups si, Vincent todo lo que dije es mentira, Kevin es súper ordenado, hace todo en la casa.

Por primera vez en todo el camino escuché a Vincent reír, quería escuchar más su risa, quería que los días de Vincent se llenaran por siempre de felicidad. Aún no sabía muy bien que le pasaba, pero estaba seguro que lo merecía, Vincent merecía ser feliz.

Mamá siguió hablando mientras yo, avergonzado, ni siquiera sabía que decir. ¿Qué me hacía poner tan nervioso? No recordaba haberme puesto tan nervioso desde mi primera cita con Tyler, sólo por pensar en algo así mis mejillas comenzaron a arder, comencé a abrir la guantera y mirar los cd's de mamá para desconcentrarme.

―Ayer fue un día agotador ― soltó. Lo que más le gustaba a mamá en el mundo era hablar de su trabajo y las cosas "divertidas" que pasaban en urgencias ― Me llegó un zopenco que jugando con una motosierra se cortó tres dedos, a veces la estupidez humana me sorprende, no te imaginas las cosas raras que llegan o la cantidad de cosas que la gente se mete por el trasero. Por eso siempre le digo a Kevin, que si se va a meter cosas me avise porque ya me volví experta en sacar tanto invento que hay.

―¡Mamá!

―Ups perdón.

Vincent volvía a reir, si algo amaba de mamá era que es la mujer más graciosa de todo el mundo. Podía hacer que hasta la persona más triste riera con sus ocurrencias o sus locas historias.

Té de Manzanilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora