Luego de aquel viaje Vincent pareció abrirse mucho más a las cosas que rondaban en su mente, había tardes en las que después de la escuela a pesar del frío de la estación nos quedábamos en el parque hablando hasta que estaba a punto de oscurecerse. A Vincent le costaba explicar la relación que tenía con su madre, sabía que había más cosas aparte del alcoholismo que había padecido, aun así, a los ojos de Vincent su madre era la más buena de todas y eso me hacía ver que Vincent era mucho más especial de lo que parecía, Vincent podía buscar lo más hermoso de una pila de basura, Vincent hacía que las personas mostraran lo mejor de si mismas.
―Ya me tengo que ir o Nicky me matara ― dijo llevando sus manos frías a sus mejillas para calentarlas.
―El show de talentos es mañana ¿sirve de algo practicar el día antes?
―Bueno... son bastantes buenos, ni siquiera se por qué estoy en el grupo ― sonrió, abrazándome para calentarse.
―Por que eres el más lindo del grupo, todo grupo necesita un chico lindo. ― lo abracé más fuerte, dándole un montón de mimos y besitos en el cuello que lo hacían reír.
―Chico lindo... Nicky es la chica linda, Sally la lista, Carlos el rudo y Zack el mujeriego, yo soy el personaje de relleno que los hace resaltar, además es super vergonzoso, ni siquiera toco un instrumento, bueno toco el pandero... ¡Pero es muy humillante!
―El chico del pandero siempre ha sido mi favorito ― lo solté para acompañarlo a la parada de autobuses ― ¿Y como se registraron?
―Chicle de uva, fue mi gran aporte, aparte de tocar el pandero.
―Es un buen nombre... creo.
―Apesta ― comenzó a reír, Vincent ahora reía tanto que sabia que algo andaba mal cuando no veía una sonrisa en su rostro, adoraba verlo feliz.
Finalmente llegamos a la parada de autobús, y no perdimos el tiempo, robándonos un par de besos de vez en cuando, al llegar el bus Vincent se despidió agitando su mano, sin dejar de mirarme hasta que el bus partiera. Por mi parte, subí a mi bicicleta y emprendí el regreso a casa.
Sabía que yo era un cursi sin remedio y si bien mi hermana me decía que no debía entregar tanto de mi en las relaciones, no podía evitar pensar en los ojitos brillantes de Vincent cuando viera la sorpresa que le estaba haciendo y escuchando música seguí usando la pistola de silicón caliente de mamá para pegar las paredes de la caja de regalo que le estaba haciendo. A pesar de que el intentaba bajarle el perfil al show de talentos, sabía que era algo importante para él ser el chico del pandero, incluso estaba más que emocionado ya que su mamá había pedido permiso del trabajo para venir a ver su presentación, además también hablaba de como conocerían a los famosos amigos de la antigua banda que tenía Carlos, Vincent comentaba que los chicos incluso tocaban en bares y tenían 2 discos (que nadie compraba).
Alisa me miraba y me pasaba los pequeños corazones que le había pedido que recortara.
―Kevin ¿Sabes que todas estas cosas terminan en la basura cierto?
―Yo guardaba todas las cosas que me daba Tyler.
―Si, porque eres estúpido. ¿Cómo terminaron esas cosas? Si... quemadas en nuestro patio. Estoy segura de que Tyler también hizo lo mismo.
―Vincent es diferente.
―Todos son diferentes en un momento hermano.
― ¡Oye! Yo no te digo nada de tu novio.
―Porque eres estúpido.
― ¡Papá Alisa está molestándome! ― grité mientras papá que veía la telenovela de mamá para contarle lo que pasó se asomaba por la puerta de la cocina.
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Té de Manzanilla
Roman d'amourCuando la vida tranquila de Kevin comenzó a caerse a pedazos encontró un hermoso refugio entre las paredes de la enfermería pintadas de color crema, en caminatas por el parque al atardecer, en las aromáticas plantas del huerto, en las flores y aves...