23. El drama/¡Me encantas!

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Nicholas Walker.

-Emma, ¿Qué haces aquí?- respondí sorprendido abriendo la puerta de la casa.
-También me alegro de verte Nicholas- dice con sarcasmo, abre más la puerta y entra como si de su casa se tratara. Pone el bolso de mano en la mesa- Quería hacerte una propuesta.
-¿Vino o Champagne?- le pregunte haciendo un gesto de que la estoy escuchando.
-Vino por favor- Emma siempre ha sido una chica sofisticada, que sabe que es mujer, sabe cómo vestirse, andar maquillada, andar arreglada a cada momento. Voy en busca de dos copas de cristal y le sirvo- Como decía, Quiero que salgamos- alce rápida te la botella para no regarla, la mire, como descifrando si decía la verdad o mentía, pero en su cara no había nada, ni emociones, ni sentimientos, nada- ¿Entonces?
-No.
-Andaaa.
-No.
(...)
-Ok, pero solo una vez, y va a ser mañana en la noche- ella se levanto de mi pecho, salto aplaudió y río.
-Yei, nos vemos mañana cariño- y sin más desaparece por el umbral de la puerta.
¿Cómo termine acá? ¿Diciéndole que si?
Ah ya me acuerdo. Me amenazo con un cuchillo, reventó las copas de cristal y el vino.
Ella está loca.
Literal.
(...)
-Hola Nicholas- dice ella entrando al carro, me da un beso efusivamente en el cachete. Yo me limito a asentir.
Solo unas tres horas e iré a donde Michelle.
Nos adentramos a el restaurante preferido de Emma, el que daba la mesa ya nos conocía, por lo que nos dejó pasar la larga cola sin tener reserva.
-¿Y para cuando la boda? Ustedes son la pareja más bonita- dice emocionado. Emma y el me serio estaban una larga conversación mientras ordenamos, finalmente el mesero recoge las cartas y se va.
-Ves, hasta el opina que somos la mejor pareja- dice y río.
-¿Cómo te fue en París?- cambio el tema. Unos cinco minutos después en el que ella me hablaba de lo que había hecho allá, el mesero llego con la comida, ella sigue hablando hasta un punto donde todo lo que veo es más interesante que escucharla.
Agarre mi teléfono y empecé a escribir.
Nicholas.
Ayuda, sácame de aquí, rápido. Llámame en diez minutos para que te vaya a a buscar.
Mande el mensaje y seguí viéndola.
-Ay siento que estoy hablando mucho de mí- ríe educadamente- ¿Y cómo está elizabeth?- levanto los ojos del plato y le sonrió.
-Bien bien, pero no vale, sigue hablándome de ti- en ese momento mi celular vibro.
Ian.
Del 1/10 que tanto me necesitas?
Nicholas.
11.
Su respuesta fue inmediata.
Ian.
Ok perra, ponme en altavoz que te voy a llamar llorando.
Pasaron los Díez minutos más largos de mi vida.
-¿Y tú novia?- suelta de repente. La miro, ella enarca una ceja como sabiendo que estoy a punto de mentir.
-Emmh.... Yo....- busco las palabras correctas pero en ese justo instante suena música ligera de soda stereo. Miró mi teléfono encima de mi mesa, y cuando estoy a punto de contestar ella interrumpe.
-Ian puede esperar ¿Cierto?- ¡Mierda! ¡Qué chica tan posesiva!
-Claro- digo con la sonrisa tensada. Cuelgo el teléfono para que el entienda que me tiene que volver a marcar, abrí la boca para responder pero de inmediato vuelve a sonar el telefono- Creo que es importante- termino diciendo, ella no hace más que resoplar y rodar los ojos. Agarro la llamada y lo colocó en altavoz, como él me ha dicho.-¿Alo?
-Nicholas- ¿Está llorando?, me muerdo el labio inferior tratando de no reír, ella me mira con cara de preocupada- Necesito que me vengas a buscar- suelta un sollozo, ella mira alarmada el teléfono, muerdo más duro mi labio inferior y me pasó la mano por la Cara y el caballo tratando de no reír.
-¿Pero qué pasó? ¿Dónde estás?- le preguntó rápidamente.
-En el cementerio- otro sollozo y a Emma se le ablandaron los ojos- ven, y solo- cuelgo, me levanto de la mesa agarrando mis llaves del carro. ¿Qué pasará con Emma?
-Ehmm, Emma, tengo que ir.
-¿Qué? ¡No! ¿Porque? ¡Quédate Nicholas!- empezó a gritar, haciendo que todo el mundo se de cuenta y empezarán a murmurar. La agarre del codo y la saque bruscamente del restaurante. Llegamos a mi carro pero antes de que ella subiera la agarre de la muñeca.
-Ojala nunca vuelvas a hacer eso, porque sabes que lo que menos me gusta es el drama- masculle, ella forcejea para que la suelte y eso hago.- Te llevaré a tu casa- le dije ya dentro, el camino comenzó en silencio pero ella tuvo que volver a arruinar mi paz.
-¿Porque no me llevas?
-Porque él no quiere- masculle subiendo el tono de voz. Ella se queda callada y lo agradezco mentalmente. La dejo en la casa, llamó a Ian.
-¿Alo?
-Ian ¿Dónde estás?
-En donde Michelle.
¿Qué?
-¿Qué haces allá?
-Estábamos jugando Play cuando me escribiste eso- dice como pidiendo disculpas.
-Joder Ian ¡¿Y no te podías ir de ahí?!- grite exasperandome
-No, no podía.- esa voz hizo que me calmara y relajara los nudillos haciendo que vuelvan a tener un color carne y no uno blanco.
-¿Quien es el?- se escucha de fondo y cuando Ian la manda a callar.
-Michelle, yo, hay que hablar- ella cuelga.
Cinco minutos estoy al frente de su casa, me bajo, toco el timbre y abre ella.
-Hola- susurro. La luz del farol a mi izquierda hacen que pudiera verla mejor fijamente. Ella me mira y sonríe, inocentemente, como si no supiera que he salido con Emma.
Me acerco a darle un beso y ella se aleja, dejándome pasar. Suspiró resignado. Pasó y la mama de Michelle me recibe con una sonrisa de oreja a oreja, tiene un delantal puesto en la cadera, se me acerca y me da un beso en cada mejilla.
-¡Hola Nicholas! ¡Pasa! ¿Qué te trae por aquí?- se adentra a la cocina y yo tras ella, la cocina huele muy rico, huele a vainilla y chocolate - ¿Quieres? - me alcanza una bandeja con donas- están rellenas de chocolate- agarro una sin pensarlo dos veces.
-Vine a hablar con Michelle- ella voltea de golpe y me sonríe.
-Pues vayan.
Me doy la vuelta y ahí está Michelle riéndose de mi, me hace una señal para que la siga y subimos al cuarto de ella.
-¿De qué querías hablar?- me pregunta sentándose en el puff azul de su cuarto.
Miro a todos los lados de su cuarto pero no está.
-Emma.
-Ya.
Le conté todo.
-Ya, pero ¿Porque me lo dices?
-¿Para que no te molestaras?- respondo en un tono de pregunta.
-Me lo preguntas o lo afirmas- miro cansadamente a a Michelle y ella se relaja- vale, pero aún no entiendo, al fin y al cabo no somos nada- se me descompuso la cara al escuchar eso. Se levanto del puff y camino hacia el armario- Somos amigos- me levante rápidamente y la agarre de los brazos.
-Ok, escúchame Michelle- la llame alterado mientras la agitaba- podremos ser de todo- ella me mira- pero no amigos - ella me mira fijamente, como tratando de descifrar que me pasa.
-¿Te gusto?- susurra. Mi cara y mi corazón se ablanda.
-¡¿Qué si me gustas?!- exclamó riendo-¡Joder! ¡Me encantas! - ella sonríe tímidamente , me agacho a besarla y la abrazo. Yo apoyo mi cabeza encima de la de ella- ¿Michelle?- ella hace un sonido raro -¿Quieres ser mi todo?
Ella me mira y se pone de puntillas, rozando su boca con la mía, sonríe pícaramente, sin besarme.
-¿Ya no era tu todo pues?- y me besa.

NicholasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora