Michelle.
Salgo de la sala un poco aturdida, ¿Qué digo un poco? ¡Muy aturdida!. Ella haría eso y yo no podría evitarlo. Aunque eso me deja una explicación.
Milan mentía.
Nicholas me ve y se acerca, ruedo los ojos. No quiero saber nada que tenga que ver con el, no después de lo que hizo.
¿Estás segura?
Si.
No.Me mira como perro regañado y respiró profundamente. Se me está haciendo muy difícil no ir hacia él y lanzarme a sus brazos, demasiado difícil diría yo.
Cuando está a punto de agarrarme doy dos pasos hacia atrás.
— ¿Qué te dijo Elizabeth?— su voz sonó gélida, muy gélida para mi gusto.
— Nada que les importe— cuando estoy por retirarme el me agarra de un hombro y me estrella contra una pared, pone una mano en mi boca y gimo ante el impacto de la pared con mi espalda. Sus ojos oscuros parecen querer traspasar mis pensamientos, pero no lo logró. Lo sé. Lo conozco.
— Claro que me importa, Michelle ¡Maldita sea! Es mi hermana— rápidamente trato de zafarme pero me retiene— No sé que te dijo Milan, pero si lo que quería era separarnos, él lo logró— me quedo quieta sin inmutarme ¿ Y Si eso era lo que quería?— ¡Maldita....!— me agarra, me separa de la pared, vi sus intenciones. Quiere estrellarme contra la pared. Cerré los ojos, pero no esperando el impacto, sino esperando que lo que estoy pensando sea erróneo y cuando está apunto de hacer lo que trate de negar en mi cabeza me ve. Como si todo este tiempo hubiera estado ciego.Abre los ojos de golpe, por ellos puedo ver terror, miedo, arrepentimiento y como una parte de nosotros muere con un parpadeo.
Me suelta lentamente, se aparta dos pasos e Ian mira alarmadamente a Nicholas, él sabe lo que iba a hacer, también yo.
— Me ibas a golpear— susurro. El niega con la cabeza pero sabe que no miento.— ¿Por qué lo ibas a hacer nicholas? ¿Por qué?- El se aparta más y los miro a los dos— Adiós— pasó al lado de ellos.
— Michelle, te llevo— Ian se para al lado mío y suspiro. El no tenía la culpa de lo que hizo Nicholas, pero aun así, necesito estar sola.
— Ian— susurro— necesito estar sola, por favor.— vacila unos segundos antes de contestar.
— Esta bien— responde finalmente— pero escríbeme cuando llegues a tu casa, y por favor, no te alejes de nosotros— finalmente asiento y le doy un beso en el cachete para adentrarme en el ascensor.
Apenas salgo del hospital no puedo evitarlo pero las lágrimas empiezan a rondar en mis mejillas.
Agarro el primer taxi del hospital que veo, el señor me mira raro pero solo le digo la dirección de mi casa y avanza. De vez en cuando siento su mirada por los retrovisores y me incomoda.
Carraspea y sin poder evitarlo habla— Señori-rita — vacila y tartamudea al hablarme— ¿Está bien?— como inercia me seco las lagrimas con el dorso de la mano y sonrío.
— Si.
Me bajo y le entregó la propina, abro la puerta de mi casa para conseguirme nada más ni nada menos que a 8 cabezas sentadas en la sala.
Ninguna se fija en mi, solo Nathan, quien está sentado al lado de Stephanie agarrándole la mano. Frunzo el ceño ante esa acción pero decido pasarlo por alto, por ahora. Al lado de Stephanie está papá y a su izquierda mamá . En el mueble de enfrente se encuentran los padres de Nicholas al frente mis padres ¿Qué hacían ellos aca? Al lado de ellos están Alex y Kara.
Kara me ve, inmediatamente ruedo los ojos y cierro la puerta de la sala captando la atención de todos. La mama de Nicholas me ve y solloza.
Hipócrita. Pienso, pues Eli me ha dicho todo lo que pasó, y muchas cosas más, muchas.
Sin saludar subo las escaleras corriendo y abro la puerta de la habitación de Travis. Está jugando carritos arrodillado al lado de su cama, no nota mi presencia y me acerco a él.
— Hola campeón — me acuclilló frente a él y le sobo la cabeza.
— ¿La viste?
Suspiro y pensé. ¿Qué pasaría cuando todo eso pasara? ¿Cómo se sentiría travis?
— Si, esta bien— el sonríe y sigue jugando, agarro un carro y me junto a él.
Aprovecho para mandarle el mensaje a Ian y lo bloqueo sin esperar respuesta.
Oigo que la puerta del cuarto se abre, me seco las lagrimas y colocó la carta que me dio Elizabeth dentro del cofre más importante de mi vida. Volteo. Están Stephanie y Nathan mirándome con lastima. Los fulminé con la mirada. Se sentaron en la cama enfrente mío ya que yo estaba en el mueble de la habitación.
— ¿Qué ha pasado?— susurra en un grito Nathan.
Y no puedo más, decidí decirles todo, desde la muerte de Luke hasta donde Nicholas casi me golpea e Ian se ofrece a llevarme. ¿Qué no les conte? Bueno, no les dije lo que hable con Elizabeth, prometí no decirle a nadie, y tampoco lo de Milán, no hasta confirmar ¿Soy mala persona haciendo esto? En verdad, no se lo que puedo hacer con ella, dejarla vivir con lo que tiene y esa experiencia o dejarla hacer lo que quiere.
Nathan y Stephanie me abrazan.
— Yo estoy seguro de que Nick no te quiso golpear, le gustas y mucho, eso se nota— dice Nathan tratando de aliviarme.
— Esto se arregla con fiesta— exclama Stephanie pero no me negué, necesitaba emborracharme y olvidar todo lo de ayer y hoy, demasiada presión.
Nathan se fue, quedamos en que el nos vendría a buscar.
— ¿Por qué le agarraste la mano a Nathan?— pregunte mientras nos vestíamos, ella se rió, pero no se sonrojó.
— Kara solo lo quiso para una apuesta, era acostarse con el— guay Kara, un récord. — Cuentame todo Mich, por favor.
Decidí contarle lo de Elizabeth, a ella se le aguaron los ojos pero no lloro, algo que admiro y envidio de ella.
— Tienes que hacer algo— susurró , negué con la cabeza, aún no sé qué hacer, y si no estoy segura no haré nada— Al menos trata de que cuando lo digas no sea muy tarde— asentí, eso quizás lo cumpliría.
— Te espero con Nathan, ya está afuera— termine de ponerme los tacones, tengo una falda negra algo corta, con un top con encaje encima negro también, unos tacones azules de aguja altos y un moño, con lentes de contacto y poco maquillaje.
Agarro mi bolso negro que había decidido sacar y salgo de el cuarto decidida.— ¿A dónde vas?— pregunta mi mamá atravesándose en mi camino.
— A un lado— masculle, cuando quise pasar al lado de ella me agarro duro del brazo y me abofeteó.
Mierda....
Creo que mamá nunca me había abofeteado, o una vez, por pegarle a Kara.
— ¡¿Qué te está pasando michelle?!— gritó atrayendo a mi papá — ¡Nos teníamos confianza!
Mi papá nos miro advertido, sabe que cuando empezamos a pelear eso no para fácilmente.
— ¡¿Quién lo dice?!— grite devuelta — ¡La mujer que está aquí parada o la que me oculto lo de Milan, digo Dylan!— grite con la equivocación a propósito. A mamá se le fue el color de la cara cuando grite eso, papá la agarro y me miró asombrado.
En eso Milan no mintió y me dolió.
Tenía claro que eso era verdad, pues 1. Los recuerdos 2. Mamá no me quería dejar salir con el; pero tenía fe en que fuera mentira.
— Ah cierto, es la misma persona— susurro antes de pasar al lado de ellos y escuchar a mi mamá sollozar, bajo las escaleras evitando que las lagrimas salieran de mis ojos, esta noche no lloraría.
Entro al carro y cierro la puerta fuertemente, Nathan y Stephanie me miran raros pero no dicen nada, así está mejor.

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Nicholas
Teen FictionElla, una chica de dieciséis años recién cumplidos, es como cualquier otra chica, divertida, simpatica, celosa, pulcra, terca, como cualquier otra, pero para él no lo es, para el ella es distinta a las demás y que tiene algo en sus ojos que lo mata;...