31. Insomnio.

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Nicholas.

Insomnio.

Eso es todo lo que he sentido desde que escuche la noticia de Noah. ¿Que si he pegado un ojo? ¡Ja! Eso quisiera yo... No he podido dormir, no he comido, no me he duchado, mis hombros han estado tensos estas setenta y dos horas.

¡Maldita sea Michelle!

Tengo miedo.

Miedo de perderla.

Miedo de que ya no estuviera.

Miedo.

No lo sentia desde hace tiempo, esa sensación en algún punto de mi vida se hizo indiferente para mi, pero hoy... Hoy renacía, hoy me ahogaba, hoy me esta matando por dentro.

A una persona no se le puede dejar de querer de la noche a la mañana, una persona que fue y es importante para ti siempre sera parte de ti, habrá dejado huella en ti y te habrá condenado perpetuamente a estar con ella, con un pedazo de su alma, de su cuerpo, de su vida, siendo egoísta, sin ni siquiera preguntarse si eso le hace daño a otros, sin preguntarse si la otra persona quería estar amarrada a su vida por completo... Finalmente siendo egoísta se marcha, dejando huella, dolor, sangre, sufrimiento a su paso y no mira hacia atrás, no mira hacia el infierno que ella misma ha construido, no... Mira hacia enfrente, un bello camino, un bello lugar, un lugar tan vulnerable que ella destruirá y asi seguira, por los pasos que hace, por los pasos que hizo y por los pasos que hará, nunca se cansara de destruir, no pensara en los demás, porque lo único y lo mas importante en el ahora es Ella.

— Tienes que comer cariño...— dice mamá colocando un sándwich envuelto en aluminio en frente mio. Solo la miro y me vuelve a dejar solo en la habitación.

Suspiro y le doy el primer bocado a una comida luego de setenta y dos horas, le agradezco a mi mamá internamente y cierro los ojos saboreando el pan con jamón, queso y tomate. Los ojos se me cierran solos cuando decido seguir con la búsqueda.

— ¿Nico?—abro los ojos de golpe y me levanto de la computadora. Observo la ventana y ha oscurecido. ¿Cuánto he dormido? Mamá trae un café comprado entre sus manos y lo deja al lado de la computadora.

— ¿Han salido?— mi mamá se sienta en la cama y pasa sus manos por el pantalón que carga. Ella asiente y suspira.

— Hemos ido a la comisaría con los padres—dice en un tono bajito.

—¿Por que no me dijeron?

— Era la primera vez que te veía cerrar los ojos en setenta y dos horas hijo—Ya se lo que quería hacer. Quería disculparse.

Yo la disculpaba.

— Hijo... Yo— agarro su mano, la aprieto y la abrazo, ella suspira y siento que llora contra mi hombro—Yo... Lo siento... No se lo que me paso...— acaricio su melena y suspiro.— No me odies hijo...— ¿Como odiarla? ¿No fue ella la que me regaño por casi quemar la casa cuando quise cocinar?¿No fue ella la que me regaño por sacar un 01? ¿O no fue ella la que duró hasta las dos de la mañana estudiando conmigo?

— Te amo mamá... Todos tenemos errores, y todos los podemos enmendar— le doy un beso en le frente y me acuesto con ella en la cama.

Tanto a ella como a mi me hacía falta una fiesta, porque ella puede decir que esta bien, pero no, no lo estaba... Yo la conozco... Finalmente es mi madre.




Entró a la casa de Michelle, sin Michelle, saludo a los padres y me fijo en el hogar.

Alguna vez vi un video de una canción donde demostraba que si un lazo de amor en la casa se destruía la casa se iba decayendo y los demás lazos de amor. Y yo tenía como comprobarlo, porque realmente la Sra. Díaz iba decayendo cada hora que pasaba, cada vez tenía mas ojeras y lloraba cada que me veía. El esposo no ha vuelto desde que discutió con la esposa - y ahora esta con mi papá-, lo bueno es que Nathan se ha ido con ellos y me ha dicho que solo entraron a un hotel, que se ha emborrachado unas dos veces y juegan casi todo el día... Esta familia esta destruida, la pregunta es... ¿Se podrá reconstruir?

Los chicos - excepto Nathan- llegan y hacemos lo que hemos hecho estos últimos dos días... Sentarnos en el mueble, escuchar a la mujeres llorar y lamentarse mientras esperamos una noticia.

— Fue tu culpa— miro alarmadamente a Michael quién está mirando a Stephanie.

mi mamá y la mamá de Michelle se han ido a tomarse unas copas, relajarse... ¿Y que hay de Michelle?

—¿De que hablas?—pregunta.

— Ella estaba bailando contigo Stephanie, ¡Por Dios! ¡Las dos estan muy buenas! No pueden andar solas en una discoteca—dice sarcásticamente.

— Callate pendejo— le espeta Ian.

— ¡No! ¡Michelle no estaba bien! ¿Como la dejan irse?— nos regaña.

— Hey Michael, ¡Tu también fuiste a la fiesta, y dejaste a las chicas solas! ¡¿Que crees que estaba haciendo yo?! ¡¿Ah?!—lo regaño. El se calla y asiente cabizbajo.

La puerta de la casa se abre, volteo esperanzado de que sea Michelle pero mi esperanza decae al ver a dos chicas totalmente borrachas, abrazadas, empujándose entre ellas. Ruedo los ojos y suspiro.

—¡Tu!— Kara apunta a Stephanie y se acerca tambaleándose a donde estamos y se agarra del mueble— ¡Eres una perra!— Stephanie la ve pero la ignora.

— Michael tiene razón Nicholas... La deje irse— susurra ella cabizbaja.

— ¿Que? ¡No! Lo siento Steph, fue un impulso— dice Michael.

— Ahora arrodíllate enfrente de ella— dice Ian levantándose. Michael se levanta y le da un leve empujón.

— ¿ Y a ti que mierda te pasa?— dice Michael. Alex se interpone entre ellos y se ríe dándoles en el pecho.

— ¿Pelearán por una chica? ¿En serio?— suelta una carcajada y me mira fijamente— Aquí lo importante es que Michelle se fue—susurra las últimas tres palabras creyendo que no la escucharía.

La puerta se vuelve a abrir, vuelvo a voltear esperanzado pero era mi mamá y la de Michelle. la Sra. Díaz mira a Kara y cierro los ojos esperando el regaño.

Ya era costumbre que Kara y Alex llegaran borrachas pero era la primera vez que mi mamá regañaba a Alex, entre gritos y lloraderas de parte de las chicas se vuelve a abrir la puerta.

NicholasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora