—Te voy a lavar con un poco de suero para desinfectar por dentro y luego te voy a dar un par de puntos, ¿vale?—me dijo el doctor.
Estaba subido en una trona, desnudo de cintura para abajo y con las piernas levantadas como si fuera una parturienta. Aquella mañana había decidido ir al médico, ya que aunque ya no sangraba mucho, aún seguía manchando un poco.
— ¿Me va a doler?—pregunté con cara de pocos amigos. Ryder a mi lado me cogió de la mano para darme su apoyo.
Le había llamado la noche anterior nada más llegar a casa y le había contado todo. No me había reclamado que le hubiera mentido por el estado en el que me había encontrado, pero sabía que estaba muy enfadado, le conocía mejor que a mí.
—Puede que sientas un poco de malestar cuando te inyecte el suero—dijo el doctor—. ¿No vas a decirme quien te ha hecho esto?
Negué con la cabeza y él echó una mirada fría hacia Ryder. El cuarto de curas era pequeño y daba a la sala de consultas. Había un biombo, tras el cual yo me había cambiado, la trona, un armario con utensilios de medicina, una camilla y varios pósteres de medicina.
—Yo no he sido—le reclamó Ryder al médico por la mirada que le había echado—. Yo jamás le haría daño de esa manera.
El médico se sintió mal por la cara que puso y luego comenzó a trabajar. Como me había dicho, sentí incomodidad con el tratamiento, pero una vez que acabó y yo dejé de sangrar, pude irme como si nada.
— ¿Quieres que te lleve a tu casa?—me preguntó Ryder evitando mirarme para no soltar el enfado que se contenía.
Le había pedido prestado el coche a sus padres, por que le había dicho que le habían robado el suyo, que había denunciado el robo y que la policía le había dicho que ya le llamarían si aparecía. Cosa que era mentira.
—No—le dije mientras me abrochaba el cinturón—. Prefiero ir a la uni, ya he perdido muchas clases, necesito recuperar asignaturas—suspire—y mi vida.
—Como quieras.
Se puso en camino y guardamos silencio casi todo el camino. Ye estábamos casi llegando, cuando hablé de nuevo.
—Gracias—susurré—. Por venir conmigo.
—No sé por que lo he hecho—dijo con amargura—. Siempre esto ahí para ti, pero tú no pareces advertirlo, me engañas y me mientes cada vez que tienes oportunidad.
—No quería meterte en esta historia—suspiré—. Ni siquiera sé por que yo me metí en ella.
—Cuéntamelo cuando lo averigües—dijo enfadado.
Llegamos a la universidad, aparcamos en silencio en una plaza y salimos del coche. El aparcamiento estaba vacío por que hacía ya un par de horas que había empezado las clases. Solo una persona esperaba fumando sentado el los escalones como si hubiera adivinado que yo estaba apunto de llegar.
—Voy a llamar a la policía—dijo Ryan al instante.
Yo suspiré tranquilamente y comencé a subir los escalones con indiferencia, no quería hacer aquello en aquel momento.
—Será mejor que apartes la mano del móvil si no quieres perderla—le amenazó Nate a Ryan mientras soltaba como si nada el humo de su calada—. Lucas, tenemos que hablar.
Ni siquiera me giré para mirarlo.
—Le han tenido que dar puntos ahí abajo—le soltó Ryan furioso—para que dejara de sangrar, por lo que tú le hiciste.
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El Disfraz
Teen FictionLucas es un chico normal, que ya está acostumbrado a los lios de su hermano mayor. Sin embargo uno de esos lios le alcanza sin que Lucas pueda remediarlo, y de la noche a la mañana se encuentra inmerso en una historia de delincuencia, búsqueda y sob...