Justin
___________ y yo fuimos a la escuela juntos al día siguiente, pero rápidamente
me dejó para ir a hablar con ese chico Bennett. Me había imaginado que
no hablaría con ninguno de ellos, pero parecía decidida a hablar con él,
sola, así que continué hacia el patio, perdido en mis propios pensamientos.
Sentado en la pared, saqué un par de baquetas de mi mochila y comencé
aprovechar el tiempo con los ladrillos de la pared. Los chicos dependían de mí
para una nueva canción y si pudiera llegar a un ritmo que hiciera clic conmigo, lo
conseguiría.
Cerré los ojos y seguí jugando con las baquetas hasta que algo empezó a formarse
en mi mente.
Tap-tap-tap. Tap-tap. Tap. Tap-tap-tap. Tap-tap. Tap
No me puedes romper. Estoy roto, roto. Por este amor.
Mira mis ojos. No te amo. Tenemos que alejarnos. Tengo que olvidarme de ti.
Estaba tan concentrado que no había oído las voces hasta que estaban justo al lado
de mí.
―¿Se lo pides tú?
―No, ¡tú!
―¡Ah, Dios mío, se ve tan sexy con esos palos!
―Yuki, probablemente te escuchó.
―¡Uups!
Se estaban riendo. Abrí los ojos y vi a dos chicas con uniforme de porristas, de pie
a unos metros de distancia, observándome con interés. Una chica tenía rasgos
asiáticos y estaba bastante bien. Tenía la piel color canela, las piernas delgadas y el
cabello largo y negro. Era el tipo de chica que quería que otros la vieran con
alguien. La otra chica era muy linda también. Su cabello era una masa de rizos de
color marrón cálido. No conocía a ninguna, pero sí parecían conocerme.
―¿Decían algo? ―les pregunté colocando las baquetas a un lado.
―Tal vez ahora sí recuerdes quiénes somos ―comenzó la niña del cabello rizado.
―En realidad, no tengo idea de quién eres ―le dije moviendo la cabeza.
―Ah. ―La chica frunció el ceño, claramente forzada a terminar su juego―. Soy
Kendall y esta es...
―Yuki. ―La otra chica prácticamente empujó a su amiga y me ofreció una mano.
Sorpresa. Me sacudió la mano con tanta fuerza que tuve que jalar un par de veces
antes de que me soltara. Tenía un agarre de acero.
―Soy Justin.
―Lo sabemos. ―dijo Yuki con una sonrisa―. Sabemos todo sobre ti.
Kendall disparó a Yuki una mirada que no pude entender.
Al parecer las chicas podían comunicarse telepáticamente, porque Yuki se serenó
un poco.
―Umm… Así que, ¿es cierto que estás en una banda?
Teniendo en cuenta que básicamente habían admitido ser mis fans, me pregunté