―Yo también estaba intentando dormir, pero ese ruido me ha despertado. ―Gesticulé salvajemente con mis manos―. Quiero decir, ¡el chico es bastante guapo, pero aun así!
Mamá levantó una ceja.
―¿Le has visto realmente?
―Sólo por la espalda y qué espalda más bonita.
Se formó una sonrisa en los labios de mamá lo cual me confundió. ¿Por qué estaba tan contenta? No es que me quejara. Era agradable conseguir una sonrisa sincera de ella después de toda la debacle de Elly. Supongo que lo empeoré peleando con ella y culpándola de todos mis problemas, pero realmente quería superarlo.
―¿Por qué no le llevas una jarra de limonada? ―sugirió mamá―. Estoy segura de que él debe tener sed.
―¿Por qué no? ―Me encogí de hombros―. No es como si no pueda volver a dormir.
Agarrando una jarra de limonada de la nevera y un vaso del armario, me puse mis chancletas y abrí la puerta principal. La luz del sol inundó directamente mi visión y entorné los ojos, haciendo sombra con una mano.
Los septiembres en Statlen normalmente variaban en temperatura. Algunos días hacía frío y otros días, como hoy, se sentía como si estuviéramos en la mitad del verano.
Mis ojos vagaron alrededor del jardín y vi que la mayor parte de la hierba había sido cortada y solo quedaban los bordes alrededor de la valla. El chico estaba agachado sobre el cortacésped y no me había visto, pero yo me di cuenta de algo sobre él. Algo que me inquietó.
Tenía una manga de tatuajes en su brazo izquierdo.
No podía ser. No había manera de que fuera él.
―¿H-hola? ―le llamé tentativamente, todavía sin estar segura de lo que estaba viendo.
Él se levantó y mi boca cayó abierta. Oh, dulce bebé Jesús. Era él. Justin Bieber
estaba de pie sin camisa en mi jardín delantero con gotas de sudor chorreando por sus abdominales duros como una piedra. Quiero decir, parecían duros como una piedra. No es como si los hubiera tocado antes pero, chico, quería hacerlo. Lo que era todavía más extraño era que se veía, bueno, normal.
Para empezar, su cabello era castaño, no negro. Debió haberlo teñido de su color natural, y no estaba en punta como un puercoespín. Su cabello parecía suave y simplemente caía sobre sus ojos, también se había hecho un corte de cabello. Tampoco había delineador de ojos negro alrededor de sus ojos.
Se veía… no había palabras para describir cómo se veía. Estaba asombrada.Justin inclinó la cabeza a un lado y caminó hacia mí lentamente.
―¿Eso es para mí?
―¿Huh? ―Mi cerebro no funcionaba. No podía recordar lo que había venido a hacer aquí fuera.
―La limonada. ¿Es para mí? Tengo bastante sed. ―Se detuvo justo frente a mí y cruzó los brazos sobre su pecho, haciendo que los músculos de sus brazos se abultaran.
Oh. Dios. Mío. Iba a tener que retirar todo lo que alguna vez había dicho sobre Justin Bieber. Él era hermoso, era caliente y era sexy. ¿Cómo? ¿Cómo podían estos cambios tan pequeños en su apariencia tener un impacto tan grande en la forma en la que se veía? Quiero decir, sí, siempre había sido guapo, pero el chico rockero había ocultado eso de alguna manera. Y esos músculos, ese cuerpo, esos abdominales… ¿De dónde habían venido?
―_______ ―dijo, con una sonrisa en los labios―. Si sigues mirándome así, entonces voy a tener que hacer algo al respecto.
Mi rostro se puso rojo caliente y rápidamente le entregué el vaso. Me observó de cerca cuando vertí la limonada en él, mi mano temblando todo el tiempo.Justin estaba teniendo un efecto tan profundo en mí que ni siquiera podía manejar algo tan simple como el vertido.