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fogata.
a mano de Oliver tocó mi hombro, y me quedé inmovilizada, mi mente
corriendo con repulsión mientras lo miraba. No había manera de que me
alejara sin hacer una escena. Él me tenía bastante acorralada y estaba
tratando de hacerme escuchar sus razones de mierda por lo que había hecho en la
La última cosa que quería hacer era estar ahí y reconocer su existencia. ¿Dónde
estaba Justin de todos modos? Había pasado una hora desde que se había ido a
conseguir bebidas, y me estaba distrayendo mientras charlaba con algunas chicas
que sabía que estaban en el escuadrón universitario de la secundaria Penthill.
Justin me había enviado un mensaje de texto hace cuarenta minutos diciendo que
volvería pronto, pero no lo había visto todavía. Para hacer el asunto peor, no podía
parecer encontrar a Riley y Stace, quienes sospechaba estaban enganchados en este
momento. Eddie y Elly también se habían alejado para encontrar algo para
botanear.
Sin embargo, deseaba que uno de ellos viniera e interrumpiera a Oliver. Más que
nada, esperaba que Justin pudiera aparecer. Era el único que me hacía sentir segura.
―Sabes, no puedo disculparme lo suficiente ―estaba diciendo Oliver―. Lo que
hice estuvo mal y, lo juro, nunca haré nada como eso otra vez.
Rodé mis ojos. En verdad no me importara lo que tuviera que decir. Lo superé y no
quería hablar de eso más.
―Está bien, lo que sea.
―Así que, tú y Justin en verdad están saliendo, ¿huh? ―preguntó, sus ojos llenos
de interés.
Suspiré, preguntándome cuántas veces tenía que decirle la misma cosa una y otra
vez.
―Sí, Justin y yo estamos saliendo. Nada ha cambiado desde la última vez que me
preguntaste. Y la próxima vez que me preguntes, mi respuesta será exactamente la
misma.
Oliver dijo con desprecio:
―Sólo quería asegurarme. Tú sabes, considerando cómo tu supuesto novio está
succionando la cara de tu mejor amiga.
¿Qué? Giré mi cabeza así miraba a través de las puertas de cristal y directo a la
cocina. Mi estómago cayó mientras trataba de dar sentido a lo que estaba viendo.
No había mucho para dar sentido, considerando cómo Kance estaba sentada en el
regazo de Justin, y estaban cerrados en un apasionado abrazo.
Mi cuerpo comenzó a temblar. No. Esto no era real. Justin nunca me haría esto a mí.
Sin embargo, la prueba estaba justo frente a mis ojos. Él estaba besando a Kance,
sus manos vagando por todo su cuerpo. Las mismas manos que me habían
acariciado y sostenido estaban ahora sobre ella.
Tuve esta repentina urgencia de vomitar, pero lo sostuve dentro. Por lo contrario,
calientes, gruesas lágrimas se deslizaron bajo mi cara mientras los miraba, sin
moverme.
Ellos se alejaron y Kance miró afuera y me vio mirándolos. Dijo algo a Justin y saltó
fuera de su regazo. Justin se giró en mi dirección y nuestros ojos se encontraron.
Mis pies me llevaron pasando a Oliver y hacia las puertas de cristal. Las deslicé
abiertas justo cuando Justin se paró, luciendo confundido.
Cuando entré en la cocina, me estaba mirando con ojos vidriosos. No podía formar
ninguna palabra. Me sentía tan rota. No quedaba lucha en mí. ¿Qué puedo hacer?
Él dijo que me quería, pero me había traicionado. Había desperdiciado mis
sentimientos en él.
Justin se tambaleó hacia adelante. Estaba muy borracho, pero eso no cambiaba
nada. Él todavía lo hizo con Kance sin preocuparse por mí.
―________, yo…
―No, no quiero escucharlo. ―La rabia estaba pulsando a través de mis venas
como veneno―. He visto suficiente.
Él sacudió su cabeza, sus ojos dudosos.
―Déjame explicar. Lo sien…
―¡No te atrevas a pedirme disculpas! Eres sólo tan malo como Oliver. No puedo
creer que caí por tu acto de chico agradable. ―Mi voz temblaba con furia―.
Terminé contigo.
Justin se quedó callado, probablemente porque su mente borracha no pudo pensar
en nada que decir. Mi mirada cayó sobre Kance quien estaba bebiendo delante de
nosotros con una expresión engreída en su cara.
―Y tú ―dije, señalándola―. ¿Te llamas a ti misma una amiga? Eres la más baja,
más manipuladora persona que nunca he conocido.
Kance dijo con desprecio:
―¿Crees que en realidad me importa lo que piensas de mí? Pensabas que eras tan
buena con tu novio sabor-del-mes. Bueno, sólo probé que él no es nada especial,
sólo otro perdedor que todos olvidarán en una semana.
No era una persona violenta, pero en ese momento todo lo que vi era rojo. Marché
hacia Kance y la abofeteé tan duro que todo lo que escuché fue un resonante
crujido mientras mi mano hacía contacto con su mejilla.
Kance se tambaleó hacia atrás por la fuerza del golpe mientras su mejilla
rápidamente se volvía una fea sombra de rojo. Me dio una mirada que podría
matar.
―¡Te vas a arrepentir de esto, ________! ¡Me voy a asegurar de que nadie nunca
quiera nada que ver contigo!
―Me gustaría verte tratar, tú puta. ―Mi voz estaba increíblemente calmada
mientras me giraba alrededor.
Una multitud se había reunido alrededor de las puertas de cristal mientras
miraban el intercambio entre nosotros tres. Empujé a través de ellos, ignorando
todo lo que estaba pasando alrededor de mí. Mi mente estaba enfocada en una
cosa, y lo repetía una y otra vez en mi mente.
Estaba sacando a Justin Bieber de mi vida para siempre, y nunca iba a permitirle a
nadie entrar de la manera en que se lo permití a él.
La gente que amaba siempre terminaba lastimándome, y nunca iba a dejar que
sucediera de nuevo otra vez.
Justin
―¿E
―¿Huh?
Asentí distraídamente.
¿Eso es todo?
La voz me sacó de mis profundos pensamientos y miré
alrededor, buscando la fuente de ello.
Eddie era el que había hablado.
―Pregunté si conseguimos todo.
―Sí, creo que sí. ―Miré de nuevo hacia la casa de ________, preguntándome si ella
estaba en casa y si hablaría conmigo.
―¿Cuántas veces la has llamado?
―¿Qué?
Eddie suspiró.
―¿Cuántas veces has llamado a ________ desde anoche?
No podía mentirle.
―Cinco veces a su casa, nueve veces a su celular, y he estado ahí un par de veces.
―Dame un segundo. Déjame decirles a las chicas que comiencen a salir.
Asentí, miré a Eddie caminar hacia el lugar donde la furgoneta de Riley estaba
estacionada sobre la calle. Riley, Stace, Elly, Kendall y Yuki se reunieron alrededor
de él, hablando y riendo. Eddie las interrumpió y dijo algo en voz baja, que hizo
que echaran una mirada hacía mí.
Genial. No tenían nada mejor que hacer que hablar sobre mí. Y no era difícil de
adivinar de qué hablaban tampoco. Anoche, el enfrentamiento entre ________ y yo
se había extendido rápidamente por la fiesta, incluso antes de que Eddie hubiera
logrado sacarme de allí.
Y todo fue mi culpa.
Había sido un estúpido borracho que se había besado con la amiga de ella.
―¡Nos vemos pronto, Justin! ―gritó Elly.
Kendall y Yuki me saludaron, dándome tristes sonrisas. No me habían hablado
mucho, y solo podía asumir que era debido a su lealtad a ________ que mantenían
distancia de mí.