-Justin
Cuando entré a detención, tuve que salir solo para asegurarme que estaba en el salón correcto, aunque había estado aquí tantas veces con los años era como un segundo hogar para mí. Asombrado, me quede mirando a la mesa en la segunda fila que estaba más cerca a la pared.
¿Qué estaba mal con esta imagen?
Bueno, para comenzar, estaba bastante seguro que ____ estaba sentada en detención. Era eso o estaba alucinando.
Tratando de no verme desconcertado, caminé tranquilamente dentro del salón y tomé el asiento directamente detrás de ella. Me notó, por supuesto, y pude darme cuenta que estaba realmente tratando de no girarse. Cepillo su cabello dorado a un lado, solo lo suficiente para que atrapara un vistazo de la parte trasera de su cuello. Me quedé mirando a esa parte de piel hasta que ______ lanzó su cabello hacia atrás, como si sintiera mis ojos sobre ella.
Podía darme cuenta de cuán consciente de mí estaba. Su mano estaba sujetando su escritorio y se estaba inclinando hacia adelante como si estuviera a punto de saltar fuera de su asiento. Había esta atracción entre nosotros que no podía explicar. Siempre estábamos consientes si uno de nosotros entraba en el área. A pesar de que queríamos estrangular al otro la mayor parte del tiempo, aun así estábamos atraídos el uno al otro.
Quería hablar con ella, pero me detuve. No había manera en el infierno de que pareciera desesperado. Ya había dejado claro que no era suficientemente bueno para ella. Si quería hablar conmigo, podía hacerlo ella misma.
Inclinando mi silla, continué mirando la parte trasera de su cabeza, esperando, a que hiciera el primer movimiento.
No tuve que esperar demasiado.
______ se giró en su asiento, sus ojos azules con irritación.
―Puedo sentirte haciendo agujeros en la parte trasera de mi cabeza.
Me encogí de hombros y me incliné hacia adelante así estábamos a centímetros.
―Es bueno ver llevando tu obsesión al siguiente nivel. No pudiste mantenerte lejos de mí, ¿es por eso que estás aquí?
Rodó sus ojos.
―No te alagues. Como si me perdiera el espectáculo de porristas por ti.
―Cierto, esa cosa esta ahora, ¿eh? ―golpeé mis dedos en la mesa―. Lástima, no estarás en esa pequeña falda agitando tus pompones.
La cara de _____ se puso roja y su boca formo una línea apretada.
―Eso es enfermo. Estás enfermo.
Hombre, era linda cuando estaba enojada. Levanté mis manos en defensa
―Hey, no soy el único pensándolo, créeme.
_____ estaba a punto de decir algo, pero el Sr. Kowalski entró sacudiendo su nariz ruidosamente. Algún otro chico se escabullo detrás de él y tomó asiento en la fila trasera.
El Sr. Kowalski miró alrededor del salón y sacudió su nariz otra vez.
―¿Tienen alguna tarea que hacer, chicos?
Los tres asentimos con poco entusiasmo.
―Está bien, bien ―dijo él―. Voy a ir rápidamente al salón de empleados a conseguir unos ensayos que necesito calificar. Espero que todos ustedes estén haciendo algo de trabajo cuando regrese.
Sin esperar por una respuesta, salió, los sonidos como de bocina de su nariz hicieron eco por el corredor.
Esta vez no esperé que ______ hablara primero. Había un millón de preguntas que quería hacerle, pero dos estaban en lo alto de mi lista.