capitulo 3

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―¡______! 

Mi medio hermano de cuatro años gritó antes de que incluso hubiera cerrado la puerta. Probablemente había estado mirándome desde la ventana de la sala de estar, como hacía cada día. 

―Blaze, baja la voz, por favor ―regañé, aunque no podía evitar sonreír ante su entusiasmo. 

Blaze dejó caer su cabeza dorada y puso una cara triste. 

―Perdón, ________. 

―Está bien, bebé Oso. ―Dejé caer mi bolsa y abrí mis brazos para un abrazo. Su cara brilló y corrió hacia mí―. ¿Dónde está el Sr. Rochester? 

Blaze frunció el ceño y señaló a mis pies. 

―Estás parada sobre él. 

―Whoops. ―Levanté mis manos y di un paso hacia atrás―. Lo siento, Sr. Rochester. 

Casi cuatro meses atrás, Blaze había introducido al Sr. Rochester en la familia. Era su amigo imaginario quien estaba de visita de Londres, y tenía afición por el té, los panecillos y los Wiggles2. 

―El Sr. Rochester dice que quiere galletas de mantequilla de maní y leche. 

―Hmm... ―Coloqué una mano en mi cadera―. ¿Eso lo quiere él o tú? 

Blaze me dio su mirada seria la cual, por cierto, era tan malditamente linda. Quería pellizcar sus mejillas. 

―El Sr. Rochester dice que vino aquí para probar buenos primos3. 

Ahogué una risa. 

―Buena cocina, bebé Oso. 

―Eso es lo que dije. Él quiere probar eso. 

―Está bien, cariño. ―No sabía cómo las galletas de mantequilla de maní y leche contaban como cocina fina, pero no se discutía con un experto culinario como el Sr. Rochester. Las galletas de mantequilla de maní eran bastante deliciosas, así que tal vez estaba en lo cierto―. Déjame cambiarme, saludar a mamá, y luego le conseguiré algo de leche y galletas al Sr. Rochester. 

La imaginación del abuelo claramente se había contagiado a mamá porque, a unos años después de que nací, había renunciado a su trabajo de camarera y se convirtió en una escritora a tiempo completo. 

Le había tomado unos cuantos años de consultar y presentar sus manuscritos a las agencias, pero eventualmente había vendido una serie e hizo buen dinero de ello. Trabajaba desde casa, en su estudio, en el primer piso lo que le hacía más fácil cuidar de Blaze desde que su papá y ella se habían separado. 

Bryan Turner y mamá se casaron cuando tenía doce, y lo había odiado desde entonces. Era estricto y controlador, y le hizo la vida miserable. No mucho después de que Blaze naciera, Bryan y mamá consiguieron el divorcio y compartieron su custodia. Bryan lo tenía cada segundo fin de semana, incluso aunque tenía un profundo disgusto por Bryan, estaba agradecida de que tuviera una relación con su padre.

Impossible (justin y tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora